El sector forestal de Bolivia atraviesa un momento decisivo. Con un alto potencial para generar ingresos y aportar al desarrollo económico del país, enfrenta sin embargo desafíos estructurales y coyunturales que limitan su crecimiento.
Fuente: lostiempos.com
Según Jorge Ávila, gerente general de la Cámara Nacional Forestal (CNF), el sector podría superar los 1.200 millones de dólares anuales en exportaciones para 2025, siempre que se establezcan las condiciones adecuadas. No obstante, este objetivo parece lejano si no se abordan problemas clave como la falta de seguridad jurídica, los bloqueos de caminos, la escasez de diésel y la reducción de áreas de producción forestal.
En 2024, la industria mostró una resiliencia destacable, alcanzando exportaciones superiores a 70 millones de dólares hasta septiembre, lo que representó un incremento del 10% respecto al mismo período de 2023. Sin embargo, las proyecciones iniciales de cerrar el año con 100 millones de dólares fueron ajustadas a un rango de 89 a 91 millones, debido a los obstáculos que enfrentó el sector.
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Diagnóstico del sector
El 2024 ha sido un año de contrastes para el sector forestal boliviano. Por un lado, hasta septiembre, las exportaciones crecieron un 15,2%, alcanzando 71,8 millones de dólares, frente a los 62,3 millones registrados en el mismo período de 2023. Este incremento responde a la capacidad del sector para adaptarse a adversidades económicas, políticas y sociales, tanto en el ámbito nacional como internacional, según Pedro Colanzi, presidente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB).
Sin embargo, el crecimiento registrado no bastó para cumplir las expectativas del sector. Bloqueos de caminos y escasez de diésel afectaron significativamente las operaciones forestales, limitando su expansión. Además, la inseguridad jurídica y los avasallamientos han reducido drásticamente las áreas de producción forestal, que pasaron de 16 millones de hectáreas en 1996 a solo 2 millones en la actualidad.
“El impacto de los incendios forestales, la reversión de tierras y los conflictos con actores interculturales ha sido devastador”, advirtió Ávila.
Balance comercial
A pesar de los desafíos, el sector forestal cerró 2024 con una balanza comercial favorable. Las exportaciones de productos de madera elaborados —como pisos, molduras, puertas, ventanas, muebles, tableros y láminas— representaron el 63,5% del total**, mientras que los productos semielaborados constituyeron el 36,5%.
China se consolidó como el principal destino de las exportaciones, con un incremento del 55%, lo que generó ingresos de 23,2 millones de dólares. Le siguieron Estados Unidos, con un aumento del 14% (16,8 millones de dólares), y Brasil, que registró un crecimiento del 65,7% (4,3 millones de dólares).
Por otro lado, las importaciones de productos forestales cayeron un 26,2%, totalizando 32,2 millones de dólares, frente a los 43,6 millones registrados en 2023. Esta reducción se atribuye, en parte, a la escasez de divisas en el país. Brasil se mantuvo como el principal proveedor de madera para Bolivia, con 22 millones de dólares en exportaciones, aunque con una caída del 28,8%, seguido por China, cuyas ventas al mercado boliviano disminuyeron un 13,1% (4 millones de dólares).
Desafíos estructurales
Uno de los principales obstáculos que enfrenta el sector forestal es la falta de seguridad jurídica. Las concesiones forestales son constantemente amenazadas por avasallamientos y conflictos con actores interculturales, lo que ha resultado en una pérdida significativa de áreas de producción. Además, la reversión de tierras y los incendios forestales han exacerbado este problema.
“El sector empresarial ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad, respetando los ciclos de corte y gestionando áreas con alta biodiversidad y volumen de madera”, afirmó Ávila. Sin embargo, persiste el prejuicio de que la industria maderera es la principal responsable de la deforestación, cuando en realidad esta se debe, en gran medida, a actividades agropecuarias no reguladas.
Otro desafío crítico es la logística. La escasez de diésel y los bloqueos de caminos han ralentizado las operaciones forestales, encareciendo costos y limitando la capacidad de exportación.
“Pensábamos que 2024 tenía todas las condiciones para ser un año excepcional, pero los problemas estructurales y coyunturales nos impidieron alcanzar nuestras metas”, lamentó Ávila.
Apoyo gubernamental
A pesar de los retos, el sector forestal boliviano sigue siendo un actor estratégico con un potencial significativo. Para alcanzar la meta de 1.200 millones de dólares en exportaciones para 2025, es fundamental implementar reformas estructurales que garanticen seguridad jurídica, soluciones logísticas y un respaldo estatal efectivo para promover el uso sustentable de los bosques.
“El sector forestal puede aportar significativamente al desarrollo económico y ambiental del país, pero necesitamos condiciones favorables para operar”, subrayó Ávila.
El 2025 se perfila como una nueva oportunidad para que el sector supere sus desafíos y potencie su impacto en la economía boliviana. No obstante, el éxito dependerá de la capacidad del gobierno y otros actores clave para impulsar políticas que fomenten un crecimiento sostenible.
“Confiamos en que las condiciones mejoren y que se reconozca el papel fundamental de nuestra industria en el desarrollo del país”, concluyó Ávila, enviando un mensaje de esperanza y compromiso.
Un sector resiliente
El sector forestal boliviano ha demostrado una notable capacidad de adaptación frente a crisis económicas, políticas y sociales. A pesar de los desafíos enfrentados en 2024, logró mantener un crecimiento moderado y una balanza comercial positiva.
Sin embargo, para que la industria alcance su verdadero potencial y contribuya de manera decisiva al desarrollo sostenible del país, es indispensable abordar los problemas estructurales que limitan su expansión.
Fuente: lostiempos.com