La falta de alternativas mantiene la paz social a la espera de unas elecciones en las que los “centristas” Chi y Manfred buscan refrescar la agenda. Andrónico Rodríguez amaga de nuevo de la mano de García Linera
Fuente: El País.bo
Muchos analistas, activistas y políticos se preguntan, en serio y sorprendidos, por qué no se levanta la gente. Sin dólar desde hace dos años, sin combustible regular desde hace seis meses, los sueldos congelados, los precios por las nubes… Estas dos últimas semanas corría por redes una afirmación/meme: “por mucho menos sacaron a Goni en 2003” y aunque son dos situaciones diferentes en fondo y forma – entonces había combustible y dólar, pero poco capital para crecer – y, sobre todo, la suerte de Goni fue la consecuencia de una represión insólita e inhumana, hay también una diferencia sustancial: entonces había alternativa.
En 2003, después de casi 20 años de liberalismo ortodoxo, se habían ido recuperando pulsiones nacionalistas de base de la mano de Palenque, Soliz Rada y todo el conglomerado del IPSP, que incorporaban el fuerte elemento popular – identitario del que había huido el MNR; aquello se convirtió en una Agenda de Octubre a lo Laclau, sumando causas de todo tipo que confluían en el mismo significante vacío: “Fuera Goni”. Después se trasladaron a un plan de Gobierno. Había alternativa.
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Hoy, con muchos más medios de difusión al alcance de la mano y mucha más gente participando, aparentemente, en la discusión pública, hay algunas ideas sueltas y muchos prejuicios que se repiten en cajas de resonancia de alcance limitado y que no se han convertido en alternativa. Al menos suficiente alternativa como para movilizar a las grandes mayorías de este país hasta las últimas consecuencias.
Así, la semana ha vuelto a discurrir sobre los pulsos y las promesas habituales: llegará la gasolina, volverán los dólares, bajarán los precios, pero de momento “cuidemos la democracia”. Lo que está claro es que nadie quiere tomar las medidas necesarias en uno o en otro sentido, pero la mayoría (política) “confía” en que la situación se deteriore tanto que sea el propio Arce el que pida el rescate y acepte los ajustes, para después gobernar con la protección de “la herencia recibida”.
Refrescar la agenda
Como de la cumbre no salió nada reseñable, la noticia de aquel día fue la alianza anunciada de Chi Hyun Chung y Manfred Reyes Villa, que no supone que ninguno renuncie a su candidatura, sino que será algo que valorarán más adelante, y por lo tanto, es la alianza no aliada que ha servido para ganar horas de televisión donde, sin duda, Chi Hyun Chung es un maestro.
Chi ha vuelto a desenterrar su clásico “mujeres a la cocina” con una nueva adaptación: “madres solteras anormales”. Imposible mantenerse al margen estés del lado que estés. El giro en la conversación de redes es brutal en cuatro días y seguramente es Luis Arce el más agradecido, y eso que les cuesta mucho pasar inadvertidos: El TCP ratificó la anulación de aquella sesión llevada a cabo por Andrónico en solitario, pero no de todos sus puntos, sino de los que instruyeron el cese de los vocales, pero no en la que aprobaron créditos. Sesión ilegítima, pero no para todo.
Manfred y Chi son ahora considerados “de centro”, pero no por sus posiciones ideológicas, como se puede ver, sino como dice Chi, porque igual puede pactar con un masista que con un ultra “con tal de que me dé votos”. Sin duda un centro consecuente.
La gira de Andrónico y el cuello de García Linera
También hubo cierto revuelo en el MAS. O mejor dicho, en el FPV, y es que Andrónico Rodríguez volvió a viajar para ganar roce internacional, y esta vez coincidió en Buenos Aires con Atilio Borón, Irene Montero, Axel Kicillof y más que probablemente, Álvaro García Linera, al que el evismo ha tildado de traidor y de quién sospechan que es la mano que mece la cuna de la candidatura alternativa a Evo Morales, para disgusto del líder.
García Linera se ha mostrado además “propositivo”: agarrar del cuello a los 25 exportadores que generan el 70 por ciento de los dólares y de los que dejan fuero el 90 por ciento. Una forma muy gráfica de proponer un control de capitales como el que tiene Milei y como el que a su manera tiene cualquier Estado con un sistema de inspección de Hacienda medianamente serio.
El evismo, autodenominado “radical”, apenas difiere en sus propuestas de las de cualquier oposición de derecha, salvo que razona que el problema es Arce y no el modelo. Queda poco tiempo, pero Morales es de los que no perdona: O Andrónico tira la puerta abajo, o se quedará en el anonimato.
Fuente: El País.bo