«Ella perteneció al clan de los fundadores que entraron por el sur de las indias en pos de sueños y quimeras; su padre fue uno de los fundadores de Buenos Aires, su esposo intervino en la fundación de Asunción, su yerno fundó Santa Cruz de la Sierra el 26 de febrero de 1561. (Eduardo Cortés León)
Doña María de Angulo y Arvizu, también conocida como María de Angulo y Manrique de Lara, fue la suegra de Ñuflo de Chaves, por el matrimonio con su hija Elvira de Mendoza. Era madre del gobernador Diego de Mendoza y de Juana Manrique, esposa de Hernando de Salazar, segundo hombre al mando de Santa Cruz de la Sierra, La vieja.
Se trata de la primera madre sobresaliente de la conquista del Río de la Plata por los avatares que tuvo que sufrir, por ser progenitora de grandes personajes de la historia y por haber muerto en plena lucha por su familia.
Hija de Pedro de Angulo y de Juana de Arvizu. Su padre fue integrante de la expedición del Primer Adelantado del Río de la Plata, don Pedro de Mendoza. Era una familia acaudalada y decidieron emprender las aventuras de las Sierras de la Plata.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Según las investigaciones de Johnny Antelo Saucedo, quien se estuvo ocupando recientemente sobre sus referencias, María de Angulo habría nacido en el Alcázar de Nájera, en La Rioja, al norte de España, “que era la residencia de su tío (…) Allí en aquel Alcázar de origen musulmán del que ya existen referencias en el Fuero de Nájera del año 1020, asentado sobre un denso estrato prehistórico y tardorromano, dio sus primeros pasos nuestra heroína.
Allí transformó en su patio de juegos infantiles el núcleo residencial remodelado por los Manrique de Lara en los siglos XV y XVI, tras serles concedida en propiedad la plaza de Nájera; el incómodo recinto medieval dejó paso a un palacio plenamente renacentista, en este extenso y complejo sistema defensivo medieval…”
Dice que la familia también vivió en Calabazanos, localidad próxima, en un monasterio en donde su bisabuela se había recluido con una de las hermanas de su padre, “pues quedó huérfana de madre muy niña”.
“Maria de Angulo tenía 17 años cuando embarcó junto a su padre Juan Manrique de Lara y Castilla en la expedición de su tío el adelantado Pedro de Mendoza en 1535”, afirma Antelo. Esto nos da como referencia de nacimiento el año 1518.
Cabe remarcar que el testamento de la propia María de Angulo, transcrito por el investigador y documentalista Eric Soria Galvarro Balcázar, dice claramente el nombre de su padre:
“En el nombre de Dios nuestro Señor. Sepan cuantos esta carta vieren como yo, doña María de Angulo, viuda, mujer que fui de don Francisco de Mendoza, hija legítima de Pedro de Angulo y de Juana de Arbizu, vecinos que fueron de la ciudad de Sevilla en los reinos de España…”
Por cierto, qué iba a imaginar Doña María que usted, amable lector/a, sería una de las personas que “esta carta vieren…” tantos años después.
Sigamos. La documentación original nos referencia como lugar de origen a Sevilla, en Andalucía, al Sur de España. Pero lo uno, no elimina lo otro, pues a la muerte de su madre, la familia pudo haberse trasladado al Norte.
Según María Graciela Monte de López Moreira, en una publicación de la Real Academia de la Historia, dice que “llegó a las Indias acompañando a su padre. El hallazgo de las Sierras de la Plata representaba la fortuna, el poder y la gloria para todos los integrantes de la empresa mendocina. Manrique fue uno más de los visionarios en desear la posesión de tales riquezas, a pesar de haber pertenecido a una familia acaudalada.
Por consiguiente, se alistó con (Pedro de) Mendoza y llevó consigo a su hija. Nada se sabe de la madre de María, no aparece en ningún registro; de hecho, ni siquiera María de Angulo ni su padre figuran en los asientos de la Casa de Contratación…”
Obviamente la articulista no conoció su testamento. Por su lado, Soria Galvarro nos informó que evidentemente en el Archivo de Indias no se encuentra documentación sobre esta familia.
Rumbo a las Indias
Ante la falta de recursos en la monarquía española para enviar expediciones a Sudamérica, a fin de limitar los avances portugueses, Don Pedro de Mendoza asumió con sus propios recursos la empresa y el rey Carlos I lo nombró “Adelantado”, con potestades de fundar fortalezas y ciudades. El 24 de agosto de 1535, Mendoza zarpó desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda, con una docena de naves y unos tres mil expedicionarios.
Pocas mujeres hicieron la travesía, pero una de ellas fue la hija de Pedro de Angulo y Manrique de Lara: la joven doncella Doña María de Angulo. Llegaron al Río de la Plata en enero de 1636 y a principios de febrero fundaron un puerto al que denominaron Santa María del Buen Aire.
Aclaro que este nombre de Pedro de Angulo y Manrique de Lara, lo hemos compuesto para el fácil entendimiento en este artículo, porque varios autores hablan de Juan Manrique de Lara como padre de María de Angulo, tomando el apellido de su abuelo. En la cita de Antelo se habla de Juan Manrique de Lara y en las de M.G. Monte de López, Eduardo Cortés y la de Francisco Gilet, dicen “Juan Manrique”.
Sin embargo, en su testamento dice claramente que su padre fue Pedro de Angulo y nadie puede discutirle a ella. Futuras investigaciones darán el nombre correcto o la razón por la que aparecen dos nombres.
En el lugar de aquel asentamiento, sobre el Rio de la Plata, habitaban los indios Querandíes, que inicialmente colaboraron con alimentos, pero luego se acobardaron y les hicieron la guerra. El 15 de junio de 1536, en combate con los nativos, falleció Pedro de Angulo y Manrique de Lara, dejando huérfana a su hija María.
De la primera Buenos Aires hacia Asunción
En tales circunstancias difíciles, la doncella se relacionó con Francisco de Mendoza, capitán de Caballería y miembro de la expedición. Fue después uno de los oficiales de confianza del gobernador Domingo Martínez de Irala, quien llegó en la misma armada.
Ante la carestía y sufrimiento que se vivía en la moribunda “primera” Buenos Aires, Francisco y María, en riesgosa expedición pasaron a Asunción (1538-9). Allí nació su primer hijo, Diego de Mendoza. Contribuyeron a la construcción de Asunción que, meses antes había fundado Juan de Salazar de Espinosa, sobreviviente también de la misma armada.
En 1547, Irala emprendió jornada hacia el Chaco, delegando el mando de la provincia, como teniente de Gobernador al capitán Francisco de Mendoza. María, entonces, era la influyente Primera Dama de la ciudad.
Por divergencias políticas, otros capitanes apresaron al teniente de Gobernador y lo sentenciaron a muerte. Antes de morir, Francisco de Mendoza se casó con María de Angulo, legitimando con ello a sus cinco hijos.
Ñuflo de Chaves, general de confianza de Irala, se casó con su segunda hija, Elvira de Mendoza en 1550. Años después fundó Santa Cruz de la Sierra el 26 de febrero de 1561, en tierra de los gorgotoquis. La empresa de Chaves la hizo con recursos propios y de sus allegados; es muy probable que Doña María, su suegra, poseedora de recursos heredados de su padre y de su esposo, haya contribuido sustancialmente a la expedición.
De Asunción hacia Santa Cruz de la Sierra
Una vez establecida la ciudad, Don Ñuflo decidió recoger a su familia de Asunción. Fueron tan alentadoras las noticias que llevó, a tal punto que provocó el conocido “Exodo de 1564”. Así, Doña María de Angulo pasó a Santa Cruz de la Sierra, acompañando a su yerno, su hija Elvira, sus hijos Diego y Francisco y sus otras dos hijas, una de ellas Juana Manrique, casada con el capitán Hernando de Salazar, quien había participado en la expedición de Mencía Calderón, el año 1555.
En el éxodo de 1564 hacia Santa Cruz de la Sierra, estaba también aquella célebre Doña Mencía y parte de su familia. Ambas mujeres enormes y pioneras, contribuyeron al asentamiento de los nuevos pobladores y comenzaron a construir la nueva sociedad cruceña.
Chaves, había independizado políticamente a Santa Cruz de la Sierra, de Asunción. Pero la gran familia conquistadora tuvo que sufrir un nuevo revés del destino. En octubre de 1568, el gobernador Ñuflo de Chaves fue asesinado por un grupo de indios itatines rebeldes.
A raíz de su muerte, el pueblo eligió a Diego de Mendoza como gobernador sucesor. Esto aparentaba también una independencia de Charcas y lo cual no fue del agrado del Virrey del Perú, quien primero intentó sustituirlo provocando la ira de doña María de Angulo, que levantó al pueblo en rebeldía. Después de varios intentos militares, repelidos por los chiriguanos, con diplomacia lo apresó y condenó a muerte a su hijo, en Potosí. Seguidamente, la familia de María de Angulo fue condenada a la pérdida de todos sus bienes y el destierro.
No había familia más pobre en Santa Cruz de la Sierra, que la de Doña María. Sobre sus hombros pesaba la responsabilidad de sus tres hijas, su hijo, sus cinco nietos Chaves y sus dos nietos Mendoza, además de las viudas. Eran tres viudas cruceñas ya…
El único apoyo que tuvieron fue el del brazo derecho del fundador, el granadino Don Hernando Salazar, casado con su hija Juana de Mendoza. Con él iniciaron las representaciones judiciales ante la corona, reclamando sus derechos por los grandes servicios del general Ñuflo de Chaves.
El martirio de Doña María de Angulo
Pocas mujeres de la historia han sufrido tantas desgracias juntas, al ver a sus seres queridos morir, uno tras otro, en el empeño de defender causas justas.
Eduardo Cortés León resume de la siguiente manera el martirio de Doña María de Angulo:
“Como amante esposa y madre, sufrió las peores tragedias que mujer alguna pudo sobrellevar en el nuevo mundo; venció las tempestades, la bravura de la indómita selva, vio morir flechado a su padre Juan Manrique combatiendo con los Querandies, vio caer la cabeza decapitada de su esposo y compañero Francisco de Mendoza con hacha de verdugo, vio morir a su yerno Nuflo de Chaves golpeado con un garrote por un indio de los Itatines, finalmente sintió la muerte en la horca de su hijo Diego en Potosí.
Cómo no admirar la fortaleza de esta mujer nacida para el amor y el dolor al mismo tiempo, cómo no engrandecer a esta heroína, que por amor se lanzó desde la vieja Europa a lo desconocido, acompañando a su padre y a su amado hombre. Cómo no escribir y enaltecer una historia de amor y sufrimiento de esta reina apasionada de la abnegación y el sacrificio; cómo no venerar la memoria de esta gran mujer, honrando la conducta de todas las mujeres nacidas y aquerenciadas en estas tierras orientales…”
La trágica muerte de una heroína
Doña María de Angulo, famosa como mujer de carácter fuerte, morirá por flechazos chiriguanos en medio de la selva, cuando trajinaba con su familia en busca de aquellos derechos para sustentarlos. Esto fue en 1583 y tenía la edad de 65(?) años.
En el poema histórico “La Argentina”, una joya escrita sobre la conquista del Río de la Plata, por el arcediano extremeño Martin del Barco Centenera (1535-1602), está registrada las circunstancias de su trágica muerte:
“Viuda Doña Elvira, pues, y sido
de Don Diego el dislate ya contado,
con su madre al Perú hubo salido,
que así por el Virrey les fue mandado.
A España el de Toledo siendo ido,
a Santa Cruz volver han procurado:
Hernando Salazar lleva la guía
de los treinta que van en compañía.
En un paso se ponen peligrosos
los indios chiriguanos en celada:
El español del daño receloso
no fue, que si supieran la emboscada,
no fuera el mal suceso tan dañoso.
Mas no siendo la cosa bien pensada,
sucede contra el voto, y lo pensado,
y luego se atribuye al triste hado.
El buen hado es Divina Providencia,
servir el hombre á Dios con mucho tino,
poner en todas cosas diligencia,
y no faltar en medio del camino.
Si Salazar tuviera la advertencia
que aquí digo, bien cierto yo imagino
que no murieran nueve, que pensando
no haber peligro, iban caminando.
La gente va marchando, pero viendo
que los tristes, que fueron delanteros,
murieron, del negocio se temiendo,
quisieran hallar todos agujeros.
Salazar desmayó que va rigiendo;
desmayan los soldados compañeros,
que tantas flechas ven venir lloviendo,
que la tierra con ellas van cubriendo.
Fenece aquí la triste su triste hora,
cubierta de mil flechas y arpones:
Doña Maria de Angulo, causadora
de motines, revueltas y pasiones,
amiga de mandar, y tan Señora,
que con todos tramaba disensiones:
Su nieta Doña Elvira, mal herida,
quedaba entre las yerbas escondida.
Doña Elvira su madre con recelo
procura por su hija; pero viendo
que no parece, grita hacia el cielo,
sus dorados cabellos descogiendo.
Sotelo revolvió con grande duelo,
y entre los chiriguanaes se metiendo,
sacaba á la doncella, aunque llovían
sas flechas ya sobre él que le cubrían.
Tras ellos la victoria van gozosos
los bárbaros, siguiendo grande trecho:
Como corderos mansos temerosos,
los nuestros el huir por gran provecho
juzgaban: mas los indios codiciosos
del interés, curaron muy de hecho
a partido venir con los cristianos,
y así se les hinchieron bien las manos.
Doña Elvira en aquesto el todo ha sido,
que con dulces palabras les hablaba,
y como en la Asunción hubo nacido,
la lengua Guaraní bien pronunciaba.
Al fin con interés se han convencido,
y el rescate con sobra se les daba,
de suerte que cesaron de la guerra,
y ayudan á pasar el agra Sierra…”
Los restos de Doña María de Angulo
Parece que Doña María, cuando pasaba a realizar tantos papeleos reclamando sus derechos en el Perú, en sus pascanas por Mizque encontró buena acogida (a unos 140 kilómetros de Saipina).
El testamento encontrado por Soria Galvarro fue registrado en Mizque en 1582. Según ella se encontraba “buena en mi juicio y entendimiento natural (…) Y temiéndome de la muerte que es cosa natural de la cual persona viviente no puede escapar (…) hago y ordeno este mi testamento…”
Qué iba a imaginar la gran dama que el año siguiente moriría atravesada por las flechas.
Eduardo Cortés León afirma que “enterada doña Maria Manrique de Angulo de la desgracia de su hijo, emprendió con su familia y sus acompañantes el largo viaje a saber de los acontecimientos. Fue así que se confirmó hasta entonces su última desgracia y de regreso a su amada Santa Cruz de la Sierra, con toda su corta familia y acompañada de su séquito de seguidores originarios, fue atacada en el sillar (La Angostura) por los feroces Chiriguanos y herida de muerte.
Ésta invoco al cacique Vitupue hablándole en su Idioma nativo, que su yerno Chaves era su amigo y tenga compasión de su hija herida; así fue que Vitupue la reconoció y la llevo con todos los muertos y heridos al próximo lugar de Jorochito y allí, pasando la edad de los 60 años en 1583 dejó para siempre en ese lugar su osamenta con su mortaja de sueños y quimeras…”
Doña María había ordenado en su testamento lo siguiente:
“Mando que si Dios fuere servido de me llevar de la presente vida, que mi cuerpo sea sepultado en el monasterio del señor San Francisco de este dicho valle de Mizque, o en la que nuevamente sea fundado de esta vocación de Santa María de Los Ángeles, en la sepultura que mis albaceas les pareciere…”
No ocurrió así y fue enterrada en Jorochito. Este pueblo está a unos 40 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en el municipio de El Torno.
Pero algún día, algún entusiasta historiador llevará su imagen a ese valle, como homenaje a su voluntad testamental.
Madre de conquistadores
Del artículo publicado por el español Francisco Gilet, que resalta la figura de Doña María, destacamos esta frase:
“Mujeres hay que son madres de reyes e infantes, y las hay, como María de Angulo, que lo son de conquistadores y aventureros…”
En esa misma nota el articulista describe el destino de los hijos de la conquistadora:
“Resulta llamativo el destino que tuvieron los cinco hijos de María de Angulo. Diego de Mendoza, se convirtió en el conquistador de los xarayes, vecino encomendero de Santa Cruz; la hija Elvira de Manrique, contrajo matrimonio en 1550 con el dicho Ñuflo de Chaves, conquistador y fundador de Santa Cruz de la Sierra; Juana de Mendoza casó con el capitán Hernando de Salazar, Alguacil Mayor de Santa Cruz; Francisco de Mendoza, nacido un año antes del fallecimiento de su padre, fue el conquistador de los mojos y participó en la campaña contra Túpac Amaro. María de Mendoza, la cuarta hija se casó con un tal Osorio, pobre e hijodalgo, avecindado en Santa Cruz, sin historia conocida”.
En el último dato hay una confusión con una de las hijas de Ñuflo de Chaves; pues fue María de Sotomayor y Mendoza quien se casó con Diego de Osorio y fueron padres de Francisco Osorio de Chaves, alcalde de Santa Cruz de la Sierra en tiempos de la segunda traslación de la ciudad.
Sin embargo, cabe mencionar un dato que aporta Eric Soria Galvarro. Dice que “por la información del testigo Pedro de Segura tomada en 1575, se sabe que Francisco de Escobar y María de Sotomayor (llamada María de Mendoza por aquel testigo) fueron los hijos mayores de Ñuflo de Chaves…” Al parecer había dos Marías de Mendoza.
La familia de Doña María
Aún no hay un trabajo genealógico bien documentado sobre los orígenes familiares de Doña María de Angulo, pero si lo hay sobre su descendencia. Lo que mostramos a continuación, que sirva para la discusión y un futuro trabajo documentado.
ABUELOS:
Pedro Manrique de Lara y Sandoval, “El Fuerte”. II Conde de Treviño, I Duque de Najera.
Inés de Mendoza y Delgadillo. Sin referencias.
PADRES:
Pedro de Angulo (de acuerdo a su testamento). Fue cofundador del Fuerte de Buenos Aires (1536). Algunos autores lo registran como Juan Manrique de Lara (1480 – BsAs 1537).
Juana de Arvizu (de acuerdo a su testamento). (1453?).
ESPOSO:
Francisco de Mendoza (Castrojeriz de Burgos, España, 1515 – Asunción del Paraguay, noviembre de 1547). Capitán. Cofundador del Fuerte de Buenos Aires (1536). Teniente de Gobernador de Asunción, por Irala.
HIJOS:
Elvira Manrique de Lara y Mendoza. Heroína, esposa de Ñuflo de Chaves.
Diego de Mendoza y Manrique. Gobernador de Santa Cruz, conquistador de los Xarayes.
Juana de Mendoza y Manrique. Esposa de Hernando de Salazar, Alguacil Mayor de Santa Cruz de la Sierra.
Francisco de Mendoza y Manrique. Conquistador de los mojos y participó en la campaña contra Túpac Amaru.
María de Mendoza y Angulo. Sin referencias.
Para más detalles sobre su descendencia se recomienda la lectura del libro “Ñuflo de Chaves y los suyos” del investigador Eric Soria Galvarro Balcázar.
Esperamos haber cumplido con una primera biografía, más o menos completa, sobre esta gran mujer de la conquista, cofundadora de Buenos Aires y pionera de Santa Cruz de la Sierra.
El retrato de Doña María de Angulo
Hemos ilustrado esta nota con una con una figura de referencia, pero hay una buena noticia:
Por encargo de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, con los auspicios de la agrupación “Rotonda Toborochi”, el investigador y artista plástico Carlos Cirbián ha elaborado el retrato de Doña María de Angulo, el cual se presentará el jueves 27 de marzo en el Museo de la Independencia.
*
- del A.- Bienvenida a nuestras vidas Doña María, después de 442 años de injusto olvido.
Marzo del 2025