Dos años sin dólares en Bolivia: Sin divisas y con un mercado informal en alza


La divisa americana se ha estabilizado en 11,20 bolivianos. La economía boliviana se debate entre la escasez de dólares, la especulación y la resignación de sectores económicos, que han tenido que adaptarse a operar con el mercado paralelo

Dos años sin dólares: Sin divisas y con un mercado informal en alza     No hay dólares en Tarija

 



Fuente: elpais.bo / Tarija
Leonel Suárez

Han pasado dos años desde que se advirtió sobre la escasez de dólares en Bolivia. Sin embargo, lejos de regularizarse el flujo de esta moneda, la situación ha desencadenado una serie de consecuencias que han golpeado la economía local. Lo que comenzó con protestas y reclamos de distintos sectores económicos, hoy parece haberse transformado en una resignación silenciosa ante una nueva realidad marcada por la falta de la divisa estadounidense.

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Cuando los dólares comenzaron a escasear en febrero de 2023, el gobierno de Luis Arce inicialmente negó la existencia de un problema económico. Desde entonces, se han atribuido responsabilidades a diversos factores y actores. Primero, se culpó a los “opinadores” por generar incertidumbre en la población; luego, a los asambleístas nacionales por no viabilizar créditos ni la Ley del Oro. Posteriormente, el Gobierno apuntó a los exportadores y supuestos “especuladores” que estarían acaparando dólares, para finalmente responsabilizar a los bancos por las restricciones en la entrega de la divisa extranjera.

Entre las medidas adoptadas por el Gobierno para tratar de mitigar la escasez de dólares, determinó realizar la venta directa de dólares a través del Banco Central de Bolivia (BCB), la liberación de algunas exportaciones, la emisión de bonos por parte del ente emisor y algunos incentivos para bajar el gasto en la importación de combustibles. Además de haber efectuado algunos operativos esporádicos contra “algunos” librecambistas a quienes culpó de especular con la moneda extranjera.

Mientras el Gobierno mantiene el tipo de cambio oficial en 6,96 bolivianos por dólar, en el mercado negro la cotización ha escalado, situándose entre los 11,20 y 11,50 bolivianos por dólar, según constató El País en un recorrido por las casas de cambio del centro de la ciudad de Tarija. Esta diferencia refleja la creciente desconfianza en la política cambiaria y la incapacidad del sistema financiero para satisfacer la demanda de divisas.

A diferencia de la gestión pasada, en donde las casas de cambio no solían tener disponibilidad de la moneda americana, ahora sí tienen. Sin embargo, vuelven a ratificar que en su mayoría traen desde Argentina y Perú.

Señalan que ser cambista se ha tornado un negocio lucrativo. Uno de los propietarios de una casa de cambio que está situada sobre la calle Bolívar pasando la Daniel Campos, explica que al no existir la divisa americana en las entidades financieras, la población acude donde ellos en busca de dólares.

Detalló que comprar 3.000 dólares en una entidad financiera, al tipo de cambio oficial (Bs 6.96), cuesta 20.880 bolivianos, pero al no existir dólares en la banca, se ven obligados a acudir a las casas de cambio y al tipo de cambio del mercado informal (Bs 11,20) tiene un valor de 33.600 bolivianos.

Romero: se consolidó el mercado paralelo

El analista financiero y presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, detalló que la escasez de dólares ha llevado a una mayor incertidumbre económica del país, un desequilibrio en el mercado cambiario, especulación, además del fortalecimiento y consolidación paulatina de un mercado paralelo de la divisa americana.

“Si bien ya existía hace mucho tiempo un mercado paralelo del dólar, pero era un mercado de poca importancia, que todo mundo compraba y vendía al tipo de cambio oficial, ahora es todo lo contrario, el tipo de cambio oficial y el mercado regulado no se lo usa para nada. La mayor parte de los agentes económicos tienen que recurrir por escasez de dólares al mercado negro o informal donde ha llegado inclusive a valer 15 bolivianos”, mencionó.

Romero señala que en estos últimos tres meses de cierta manera se ha “estabilizado” la divisa americana. Sin embargo, advierte que a corto plazo no ve que esta situación sea revertida por el Gobierno, ya que la escasez no es coyuntural ni casual, sino el resultado de una crisis fiscal de más de 10 años, donde a pesar que los ingresos fiscales en dólares han caído (exportaciones, remesas, inversión extranjera directa e incluso el crédito externo por condicionamiento político), el gasto público no redujo, ya que en la gestión 2024 se han gastado más de 3.300 millones de dólares para importar diésel y gasolina, lo que no está siendo compensado por la entrada de divisas.

El analista dejó entrever que es probable que la escasez de dólares persista hasta que exista un cambio de gobierno. Sin embargo, advirtió que si bien en este momento los sectores económicos se han mostrado calmos, después de carnaval las movilización y protestas serán reanudadas.

IBCE: La falta de dólares golpea al comercio

La escasez de dólares en Bolivia sigue generando un impacto negativo en la economía nacional, con consecuencias visibles en el comercio exterior, las importaciones y la producción interna. Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), hasta septiembre de 2024, el país registró una caída de casi 3.000 millones de dólares en el comercio exterior, lo que refleja un difícil panorama económico. La disminución de las exportaciones en 1.643 millones y la reducción de las importaciones en 1.337 millones han llevado a un segundo déficit comercial consecutivo, agravando la crisis.

Uno de los efectos más preocupantes es la disminución del flujo de dólares en la economía, lo que ha encarecido la divisa en el mercado paralelo y ha elevado los costos de importación y producción. La reducción en la compra de bienes de capital, equipos de transporte, combustibles e insumos afecta directamente la actividad productiva y comercial. Además, la alta dependencia del abastecimiento externo, especialmente en el sector energético, profundiza la vulnerabilidad del país.

El sector privado ha advertido que la falta de divisas y la caída de las exportaciones afectan el crecimiento económico y el empleo. Con menos oportunidades de inversión y producción, las empresas enfrentan mayores dificultades para sostener sus operaciones y generar nuevos puestos de trabajo. La restricción en la importación de insumos también pone en riesgo la estabilidad de diversos sectores productivos.

Para contrarrestar esta crisis, los expertos sugieren eliminar impuestos a la importación y comercialización de combustibles, además de flexibilizar normativas que limitan el acceso a insumos estratégicos. Asimismo, insisten en que la única solución estructural para aumentar la disponibilidad de dólares en el país es impulsar las exportaciones y diversificar los mercados. Sin políticas de estímulo a la producción y el comercio exterior, la economía boliviana seguirá enfrentando dificultades para recuperarse.


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