El día después del temporal en Bahía Blanca y la angustia de la gente: “Esto recién empieza, ahora viene lo peor”


  • La ciudad está llena de barro, autos apilados y gente que saca muebles y electrodomésticos arruinados de sus casas.
  • Confirmaron que hay 13 muertos y siguen buscando desaparecidos.

Guillermo Villarreal / Enviado Especial

El día después del temporal en Bahía Blanca y la angustia de la gente: "Esto recién empieza, ahora viene lo peor"
Barrio y escombros en el centro de Bahía Blanca el día después del temporal y la inundación. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial) Imagen: 1/5

 

Fuente: El Clarín



Vecinos paleando barro o sacando a la calle cualquier cosa inutilizada por la inundación, desde libros, muebles hinchados y desvencijados, baldosas de pisos de madera, alfombras, ropa, artefactos eléctricos; gente intentando regresar a su casa con el agua a la cintura, panorama que todavía se padece en algunos barrios, para ver si «algo se salvó»; comerciantes tapiando las vidrieras que la presión del agua hizo estallar, o yendo cargar agua en bidones, todos, absolutamente todos en Bahía Blanca, saben que lo peor todavía no pasó.

Este sábado las autoridades confirmaron que el número de personas muertas ascendió a 13, de los cuales 11 fueron identificados. Son María Isabel Oliva, Perla Re, Sara Rueda, Margarita Peusquiza, Elba Ressia, Estela Iturbide, Hilda Elvira Pompei, Nelson Zinni, Sofia Gonzalez, Rolando Ortega y Nélida Eliseis. Lo que no está claro es el número de desaparecidos. Entre ellos están las hermanas Delfina (1) y Pilar Hecker (5), que fueron arrastradas por la corriente de agua en la ruta.

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«Esto recién empieza: ahora viene lo peor», corrobora la percepción general de los vecinos de esta localidad devastada por la peor inundación de su historia un operario de Defensa Civil ante lo que ahora se asemeja más a una laguna que a lo que es, el barrio Viajantes del Sur, al costado de la Ruta 3. «Hoy, sin luz ni agua, y trabajando en volver a poner las cosas en orden, todavía no se dimensiona el problema», explica.

Ocurre, dice, y al ver lo que surge a cada paso en las calles su explicación cobra lógica, que las casas que fueron afectadas quedan inhabitables, que las instalaciones deben ser revisadas para determinar que reinicien sin fallos y, luego, trabajar en la desinfección. Surgen problemas, uno de ellos se lo sufre hoy mismo en distintas barriadas, como la falta de agua potable.

En Bahía Blanca hay por lo menos cuatro surgentes naturales, fuentes de agua subterránea que emergen a la superficie. Uno está en Parque de Mayo, sobre la avenida Alem, y al mediodía de ayer llegaban vecinos del barrio San Cayetano para llenar bidones y baldes.

En busca de agua potable en Bahía Blanca, el día después del temporal y la inundación. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial)
En busca de agua potable en Bahía Blanca, el día después del temporal y la inundación. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial) Imagen: 2/5

 

Taiel Acimoff carga recipientes en ambas manos. En su casa sobre la calle República Siria al 1700, el agua superó el metro, debieron abandonarla y es muy poco lo que pudieron salvar. «No quedó habitable, es como si fuera una casa que fue abandonada hace 20 años». Su amigo Juan Cruz Spinaci también carga bidones para tener en la noche.

El agua cristalina que brota de la tierra, canalizada aquí en media docena de grifos abiertos, contrasta con el entorno de lodo y destrucción que rodean al Parque de Mayo.

Los bahienses llegan en auto para proveerse de agua. A esa hora, avenida Alem está atestada de vehículos, que transitan a paso lento, y no solo por los surgentes: el canal Maldonado, en el tramo que atraviesa la ruta 3 hacia el sur, con una correntada descomunal, colapsó, y el riesgo que conlleva esta a la vista: hay tres vehículos sumergidos, uno es una camioneta cuya marca es imposible identificar.

La chance de cargar el celular en uno de los pocos lugares con luz eléctrica en Bahia Blanca. Foto: Diego Izquierdo. (Enviado especial)
La chance de cargar el celular en uno de los pocos lugares con luz eléctrica en Bahia Blanca. Foto: Diego Izquierdo. (Enviado especial) Imagen: 3/5

 

Un agente de tránsito asegura que es la Hilux que pasó «de prepo» otro puente caído por el aluvión. No saben si hay gente dentro del vehículo; el agua le pasa por encima de la cabina.

Ese tramo de la ruta conduce a uno de los barrios más complicados de Bahía, el General Cerri, al oeste de la ciudad, bajo y ubicado cerca de una ría. Sus calles son como canales. Solo de este barrio fueron evacuadas 850 personas de las 1.320 de todo el distrito, según el registro hasta la tarde de este sábado. Para llegar, hay que dar una vuelta enorme, porque la ruta 3 está cortada.

También hay zonas cercanas al centro muy afectadas, como un tramo de por lo menos una decena de cuadras de la calle 12 de Octubre que describe la violencia con la que golpeó el temporal: sobre las calles embarradas, con trozos de troncos y ramas, veredas a las que dejó sin baldosas, vecinos sacando todo a la calle en la tarde de este sábado. En cada esquina, escenas de la hecatombe, con autos apilados uno sobre otros.

El puente del ferrocarril, un auto hundido y escombros que quedaron por el temporal y la inundación en Bahía Blanca. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial)
El puente del ferrocarril, un auto hundido y escombros que quedaron por el temporal y la inundación en Bahía Blanca. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial) Imagen: 4/5

 

Aunque el agua drenó por completo en el centro, las imágenes que depara son desoladoras. «Pérdidas totales», simplifica Marina Santagada en tanto mira el interior oscuro del mercado La Ilusión, primero destrozado por la correntada, que le hizo estallar el frente, y luego por los saqueos. Tiene 25 años el comercio. «Va a costar mucho», asegura sobre la recuperación; «Esto recién empieza».

En la otra cuadra, el encargado de la galería Visión 2000, que tiene 131 locales y todos quedaron bajo el agua, cuenta que nunca había visto algo igual en su ciudad natal. Alberto Minich tiene más de 60 años y palea barro con un vigor que denota el ímpetu con el que los habitantes de este pueblo golpeado emprenden el desafío de la reconstrucción.

Minich se queja por la falta de seguridad («además del daño de la catástrofe hay locales saqueados»), y por la falta de previsión: «Cierto, llovió mucho, pero la obra del canal del arroyo Maldonado la hizo Perón. Creo que eso explica muchas cosas».

Barrio y escombros en el centro de Bahía Blanca el día después del temporal y la inundación. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial)
Barro y escombros en el centro de Bahía Blanca el día después del temporal y la inundación. Foto: Diego Izquierdo (Enviado especial) Imagen: 5/5

 

Fuente: El Clarín


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