El fin no justifica los medios…


COLUMNA – BUSCANDO LA VERDAD

Gary Antonio Rodríguez Álvarez (*)



“Quisiera su opinión sobre esto”, me dijo hace poco cierta amistad. “Tal cual, así es, una lacerante realidad que de verdad golpea, y mucho”, le respondí. “Es que, siempre lo leo o escucho a favor de la exportación y en eso incluye también la minería”, me dijo. Le contesté: “Correcto, siempre estaremos a favor de la exportación, pero no a cualquier costo, de hecho, la égida del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) es, económicamente viable, ambientalmente sostenible y socialmente responsable; si no cumple con esa tríada, no apoyamos», le respondí.

La pregunta en cuestión tenía que ver con el artículo titulado “Doce horas en la mina para extraer todo el oro posible: ascender a costa de la salud y el planeta”, publicado por Caio Ruvenal en la Sección América Futura del periódico “El País”, en España, el 16 de febrero de 2025. Como mi respuesta le agradó, quedamos en tomar un cafecito para hablar sobre nuevas posibilidades de desarrollo para Bolivia, como el turismo sostenible, en lugar de ese tipo de minería.

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La investigación de Ruvenal, nacido en Brasil, criado en Bolivia y formado en Comunicación Social, daba cuenta de la inhumana labor de cientos de trabajadores bolivianos, principalmente en la minería ilegal del oro, poniendo como ejemplo de su preocupación la zona tropical de Los Yungas en La Paz, que, “históricamente una región destinada a la agricultura, ha sucumbido en las últimas décadas a la fiebre del oro”, provocando que cientos de campesinos ya no cultiven papa, chuño, cítricos y hoja de coca, al convertirse en mineros.

Basado en uno de los testimonios del investigador Fernando Alcons, en su artículo científico titulado “Extractivismo aurífero y organización del trabajo: dinámicas territoriales en la minería aurífera cooperativizada en Los Yungas, Bolivia”, publicado a fines del 2024, Ruvenal da cuenta, “cómo los jornaleros -trabajadores que reciben un salario por hora o día, y el estrato más bajo en la cadena de trabajo de la minería- explotan la mina hasta por 15 días consecutivos con el objetivo de escalar en la jerarquía laboral de la cooperativa. En el camino del sacrificio no solo queda el desgaste del entorno ambiental, sino también el de la fuerza de trabajo”. He aquí, cómo ejemplifica, el autor, tal situación:

“Cuando eres jornalero, estás obligado a trabajar dentro de la mina, en el interior del socavón y los túneles (…) Tienes que trabajar todos los días sin fallar; si no, te dicen: ‘Te vas a ir’. Pero cuando eres socio, estás mejor: cada uno asume su propia responsabilidad y se cuida también de los accidentes”, comenta Huanca, nombre ficticio que utilizó su entrevistado a fin de evitar represalias.

El boom aurífero boliviano deviene del hecho que el precioso mineral ha trepado más de 10 veces su cotización internacional en este siglo, un dulce demasiado apetitoso para poder ignorarlo, habiendo llegado a ser el principal rubro de exportación del país en 2022, superando al gas natural, aunque se especula que gran parte de aquello tuvo que ver, también, con el contrabando de oro peruano.

Sea como fuere, el alza de la cotización del oro hizo proliferar las cooperativas mineras que, de acuerdo con el indicado autor suman ya 2.300 con 130.000 socios, según cifras del Viceministerio de Cooperativas Mineras, con un negativo impacto, principalmente de la minería aluvial en los ríos, además de la deforestación en las laderas de los valles y la devastación de áreas protegidas.

El impacto medioambiental, según había reportado anteriormente Alcons en su estudio “Enclaves de devastación y minería aurífera en el departamento de La Paz, Bolivia”, en junio de 2024, destacaba, además, el impacto sobre la vida misma, ya que las jornadas de trabajo por una paga inestable y muchas veces insuficiente, cuando la extracción del oro no rinde lo esperado, hace que el jornalero se autoimponga trabajos de más de ocho horas y hasta por 15 días en la mina, mal alimentado y en condiciones verdaderamente precarias.

A decir del investigador, el sueño de los jornaleros es llegar a convertirse en accionistas para tener un ingreso fijo mensual y bajar el riesgo de salud, dados los elementos químicos que se utilizan para purificar el mineral. Ahora, mi opinión personal…

La actividad minera del oro aluvional está fuertemente cuestionada por el daño ambiental, dado el indebido uso del mercurio, además de cundir la explotación ilegal, por ejemplo, en el Río Madre de Dios, Riberalta, Beni, donde en cierto momento se dio cuenta que más de 25 dragas operaban al margen de la ley. Han sido frecuentes los reclamos violentos de los mineros para explotar oro en áreas protegidas, entre otras de sus reivindicaciones, sin embargo, no todo lo que brilla es oro, dice el adagio.

Más de una vez aclaré mi apoyo a toda actividad que sea económicamente viable, pero también, ambientalmente sostenible y socialmente responsable, de ahí mi rechazo a sus protestas con dinamita y la explotación de áreas protegidas: El fin no justifica los medios…

 

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional


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