Dos sencillas decisiones permiten que el poder populista gane en primera vuelta: que no se divida y que la oposición se divida.
Si, por el contrario, la oposición decide presentar un solo candidato fuerte y el populismo es el que se divide, la oposición puede ganar en primera vuelta.
Los cabreados con los abusos del populismo se unirán en torno a cualquier opositor que pase a segunda vuelta. Dejarán de lado sus preferencias por los que no hubieran pasado.
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La mejor opción del populismo
De momento el poder populista está dividido en dos facciones.
Una facción responde a Evo Morales. No se sabe si obtendrá una sigla aprobada por el organismo electoral. Si la obtiene y se presenta sin otro candidato populista podría conseguir hasta un tercio del voto válido. Pasaría a segunda vuelta en la que perdería.
La facción oficial responde al Presidente Luis Arce Catacora. No tiene una base propia como la de Evo. Cuenta con la billetera del gobierno. Eso le asegura el voto de un puñado de dirigentes. Algunos empleados del gobierno central le sumarán sus votos para mantener sus pegas.
La mayor parte de los votantes jamás votarían por él, así lo hubieran hecho el 2020. Están convencidos de que su gestión como economista y como presidente es un fracaso total. Por más que tenga a Andrónico como Vice, no pasará de un porcentaje ínfimo del voto válido.
La única manera de la que puede reelegirse es si sigue alguna variante del camino de Nicolás Maduro en Venezuela.
Cuando miles protesten en las calles contra las trampas que tendrá que hacer, pedirá a los magistrados autoprorrogados del Tribunal Constitucional que acepten algún reclamo que se hubiera formalizado.
Esos descarados decretarán que las elecciones fueron limpias. Sentenciarán impávidos que el ganador indiscutible fue el Presidente Luis Arce Catacora.
Si eso sucede, miles de jóvenes volverán a salir a las calles acompañados por cientos de miles de adultos. No bastará con apresar, procesar, confinar y exilar a unos cuantos manifestantes. Para no caerse, el gobierno tendrá que ordenar que disparen contra los rebeldes callejeros.
Esa no es la mejor opción del populismo.
Andrónico Rodríguez puede ganar sin trampas. Le basta convencer a Evo de que no se presente ni que presente otro candidato. Si la oposición le regala la elección por haber presentado dos candidatos fuertes, su triunfo en primera vuelta será seguro.
Como Vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico Cochabambino puede capturar una mayoría de los votos radicales de Evo. Lo apoyarán incluso si Evo lo denuncia por traidor. Bastaría con que Evo no se presente ni presente su propio candidato.
Andrónico puede sumar la mayor parte de los votos de la clase media emergente. Se los puede quitar a los opositores que perderán sin esos votos. Los emergentes se identifican con su carrera exitosa. Les gusta su pinta. Sienten que ya es clase media como ellos.
Además, puede conquistar una buena tajada de los jóvenes que nacieron alrededor de 2006 o tenían 15 años en ese momento. Estos jóvenes pueden ser hasta un tercio de los habilitados para votar si se inscriben en agosto. No conocen un presidente que no sea populista, exceptuando el corto mandato de Jeanine Añez.
La juventud de Andrónico (como la de cualquier otro joven candidato inexperto) no garantiza su competencia para gobernar ni asegura su honestidad.
Si es presidente Andrónico profundizará el caos producido por el mentado proceso de cambio. Una vez en el poder aspirará a quedarse indefinidamente tal como lo ha hecho Maduro.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
Una primaria abierta puede minimizar la división del voto opositor
Todavía queda tiempo para que algunos activistas de base organicen unas primarias abiertas. Hay varias organizaciones de la sociedad civil que pueden liderar este esfuerzo. Se lo puede poner en práctica mediante la aplicación “Yo Elijo” que se puede bajar desde un celular.
Amparo Ballivián y los autores técnicos de esta aplicación la pueden simplificar al máximo para que la consulta se limite exclusivamente a los tres principales candidatos de oposición (Tuto, Samuel, Manfred) y los tres candidatos del poder populista (Arce, Andrónico, Evo — o su posible reemplazo como podría ser un Leonardo Loza).
Esta primaria no se debe llevar a cabo ni un minuto antes de que el bloque de unidad anuncie al ganador de su encuesta interna, sea Samuel o Tuto. Si el perdedor de esa encuesta interna se presenta de todas maneras, su nombre se debe incluir en esta primaria abierta junto al del que lo ganó y junto al de Manfred.
No se pedirá permiso a ningún candidato para incluirlo en esta primaria. Se la organizará sin la participación del organismo electoral. Marcelo Claure la puede financiar. Los que lo conocen pueden contactarlo y hacerle este pedido. Marcelo entiende mejor que nadie estas razones.
Si un perdedor de esta primaria persiste en presentarse, los votantes concentrarán su voto en el ganador. La opinión pública lo maldecirá. Los historiadores lo execrarán por mal perdedor y por extender el mandato populista.
La oposición tiene excelentes candidatos
Empecemos con Tuto Quiroga. Es un verdadero hombre de Estado, reconocido como tal a nivel internacional. Fue un buen Presidente. Sabe mejor que nadie lo que hay que hacer para enderezar la economía. Puede conseguir los fondos necesarios para financiar la transición.
Le falta armar un equipo político de primer nivel. Lo necesitará para centrarse en la economía. Ese equipo lo defenderá del rechazo al apretón de cinturones del inevitable ajuste estructural. Será su escudo ante el feroz ataque del poder populista arrinconado en la oposición.
Samuel Doria Medina tiene la probada experiencia administrativa de un empresario que ha sido exitoso en un entorno adverso. Ha sobrevivido un secuestro con admirable valentía. Como ministro de estado se ha ocupado de la economía. La entiende perfectamente.
Las soluciones que propone a nivel nacional y local son concretas y muy bien pensadas. Sus contactos con la social democracia europea lo pueden ayudar a conseguir fondos de transición. Tiene gente con criterio político en su entorno.
Necesita asesores de imagen que le permitan centrarse en la economía. Ese equipo lo defenderá de las acusaciones de capitalista poco carismático que le lanzarán los afectados por el necesario apretón de cinturones del ajuste económico.
Manfred Reyes Villa tiene amplia experiencia en el manejo administrativo del gobierno local. Sus obras han mejorado la calidad de vida del sector popular. Los sectores acomodados las reciben bien cuando mejoran su entorno.
Los emergentes prefieren ser como Manfred en vez de Andrónico. Ese apoyo le ayudará a capear la arremetida de los afectados por las duras medidas económicas de su gobierno. Es el único que puede atraer algunos votos del sector populista radical. Cuanto más los obtenga, mejor podrá controlar la oposición violenta de los desplazados del festín estatal.
Su formación militar le permitirá imponer orden. Tendrá el apoyo de los que demandan una autoridad efectiva. Lo que le hace falta es presentar a los votantes un equipo de asesores económicos de primer nivel que le permita trasladar su experiencia local al gobierno nacional.
Qué podemos hacer los votantes
Si no se puede organizar la primaria abierta y dos o más candidatos fuertes de oposición se presentan de una manera insensata, los votantes tendremos que comparar sus capacidades de enderezar la economía y su garra política para concretar las medidas económicas.
Sin esa garra serán presidentes de transición. El populismo les acortará su mandato. El caos y la represión se instalarán por muchos años. Si los candidatos opositores provocan este desastre, los votantes tendremos que hacer nuestra parte para evitarlo.