Falsos socialistas, zurdos y derechistas


 

A propósito del año electoral se levantan las voces y se vuelven a repetir los viejos discursos de salvar al país. Según los izquierdistas que se consideran socialistas y los derechistas que dicen tener la receta mágica, se busca defender la revolución democrática y cultural, elevar la dignidad, incentivar la industrialización, incitar el patriotismo y acrecentar el amor a la Patria.



Pero olvidan los elogios a nuestros padres fundadores e ignoran hacer el llamado a la juventud boliviana a seguir el ejemplo del profesor Jaime Escalante, de Enrique García Rodríguez, Enrique Hertzog Garaízabal y de Pantaleón Dalence Jiménez para hacer un país donde la educación media y superior sean pilar de desarrollo, reine la honestidad y la justicia. El año 2025, año de elecciones, año de los zurdos, falsos socialistas y derechistas, todos falso afanes.

Los falsos patriotas han estado en nuestra historia y son los que más daño le han hecho a la patria. Con repasar los acontecimientos acaecidos en la República y el Estado Plurinacional fallido, la traición al pueblo, las violaciones a los derechos humanos y de niñas y adolescentes, la capitalización en 1994 y la nacionalización el 2006 nos basta para cuestionar a quienes hoy desde posiciones gubernamentales, a través de programas de radio, televisión y redes sociales nos llaman a defender la Patria.

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Los falsos zurdos, socialistas y derechistas se alimentan de las debilidades sociales y les es muy propio el eterno discurso del enemigo con el que sostienen su máscara de pulcritud y su falsa montaña de honestidad. Empero, estos individuos propios de nuestra historia viven en tal contradicción que raya en el insulto a la inteligencia natural de los bolivianos. Lo anterior es evidente cuando escuchamos a esos falsos extenderse en discursos de odio hacia otros, en teorizar y explicar teorías; pero al mismo tiempo no dudan en salir a la defensa de nuestros connacionales que dada la falta de empleo y de oportunidades en el país, han ido a buscar mejores días en otras naciones para salir de la pobreza y de la miseria.

Los falsos socialistas, zurdos y derechistas claman por la justicia, se lamentan terriblemente por la pobreza del pueblo y llaman a la unión de los bolivianos para combatir las desigualdades; sin embargo, son quienes dividen a la sociedad en criminales –los marginados- y santos, así como los que descorchan champagne con dinero del tesoro público en los más finos restaurantes, mientras el pueblo devora el polvo de las calles, y defienden la libertad como valor esencial en una sociedad democrática y la exaltan como pilar de la Patria,  y no dudan en lo más mínimo por reducir las garantías fundamentales de todo imputado en un proceso penal.

No les tiembla la voz para hacer ejecuciones mediáticas contra el mejor posicionado y aceptado por la mayoría, son tibios en pedir mano dura los corruptos y desfalcadores del Estado. A esos falsos patrioteros, se suma un fantoche y soberbio que vive a cinco mil millas de distancia y cree que dar órdenes a los que vivimos en nuestro amado país y decir lo que le viene en gana y hacer encuestas fraguadas.

¿Dónde están estos falsos devotos cuando los ciudadanos reclaman el respeto a los derechos fundamentales y denuncian impunidad ante colosales actos corruptos contra las arcas estatales?

Ellos están ahí en sus curules, denostando las manifestaciones ciudadanas, blasfemando contra los que opinamos de frente, deslegitimando las protestas contra las injusticias diarias, tildando de delincuentes a quienes ejercen sus derechos civiles y a su vez, vendiendo el país, traficando con el litio, el hierro del mutún y los combustibles. Son estas personas, estos falsos socialistas, izquierdistas y derechistas, los Morales, Quiroga, Doria Medina, Arce, Costas, Claure y Marinkovic de siempre, quienes más daño le han hecho al país y a los que la ciudadanía, el domingo 17 de agosto de 2025, tiene que derrotar por una mejor Patria. No nos dejemos engañar por los falsos socialistas, zurdos y derechistas que han mostrado ser falso afanes.


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