Hacer de la necesidad virtud: Civismo en modo política


 

«Estamos viviendo uno de los momentos más oscuros de las últimas décadas. Son varias las encuestas que muestran que el pesimismo ciudadano supera el 70% y que la desesperanza es el sentimiento de más de la mitad de la población… A cinco meses de las elecciones nacionales, ¿qué certidumbre es capaz de dar la clase política? Los bolivianos necesitan esperanza y necesitan un sueño de país… Esta elección es diferente a las anteriores y es por eso que los precandidatos no deben pretender que el voto se defina por impulsos emotivos o por piezas graciosas en las redes sociales… Bolivia no se merece líderes que piensen en sus propios apetitos personales o sectarios, sino líderes que sean capaces de transformar y de mostrar un amanecer soleado después de la oscura noche que se vive en este momento.»



“LA CLASE POLÍTICA DEBE DAR CERTIDUMBRES”, Editorial El Deber, 14/03/2025.

Pues sí, esta elección es diferente a las anteriores. Este es un momento crucial para una gran parte de la ciudadanía boliviana que necesita que los Comités Cívicos asuman su representación para concretar las complicadas elecciones generales de agosto próximo porque además de elegir a un candidato opositor único se requiere planificar y organizar el proceso electoral y el eficiente control del voto con la participación mayoritaria y comprometida de los ciudadanos opositores: antes, durante y después del acto electoral. Estas actividades no pueden quedar sólo en manos del candidato y su entorno militante, sino que debe ser una responsabilidad compartida por todos los ciudadanos de oposición cuya aspiración es ganar la elección con solvencia en primera vuelta.

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Entre paréntesis recordemos que Civismo proviene del latín civis que significa ‘ciudadano’, que a su vez deriva de civitas, que significa ‘ciudad’. Y Política proviene del griego ‘polis’ que igualmente significa ‘ciudad’. Por tanto, civismo y política son dos caras de la misma moneda. El primero se ejerce desde la ciudadanía y la segunda desde el poder establecido como decisiones que se aplican en pos de organizar a esa misma ciudadanía que le delegó el poder.

Dicho esto, es preciso reconocer que elegir democráticamente un nuevo gobierno para el país es el asunto más importante que nos debe preocupar y ocupar a los bolivianos en general y cruceños en particular. En tal sentido, el tema de las elecciones deja de ser un asunto de orden privado de cada ciudadano y se convierte en la gran causa del pueblo. Causa que necesita ser abanderada por los Comités Cívicos de todo el país. No debemos desestimar que el régimen en su afán de mantenerse en el poder no escatimará ninguna acción o estrategia distractora para evitar la unificación y organización de la oposición, mientras ahí vamos los electores como los convidados de piedra o simples espectadores de los devaneos y cálculos electoralistas de los precandidatos.

Causa indignación la aparición de viejos dirigentes ‘volviendo a las andadas’ de la despreciable política partidista caudillista, que precisamente necesitamos dejar atrás, con adhesiones oficiosas a los precandidatos, siquiera fuera para entonar un mea culpa en lo que les corresponde de la triste historia de saqueo y corrupción de la política boliviana.

Sí, estas elecciones son distintas a las anteriores. Hoy, por responsabilidad social, los electores de oposición haciendo de la necesidad virtud hemos decidido tácitamente dar nuestro voto al precandidato con mayor apoyo ciudadano, con abstracción de cualquier ideal personal, para que sea el CANDIDATO DE LA UNIDAD OPOSITORA, que por supuesto no significa darle carta blanca para que actúe a su libre albedrío, porque perdería el sentido de unidad y representatividad que requiere la oposición para ganar la contienda electoral.

El factor de unidad sólo podría darse a través de los Comités Cívicos en representación de los ciudadanos para lograr los siguientes objetivos:

1) Elaborar las demandas ciudadanas, departamentales y nacionales para que sean parte del plan de gobierno del candidato elegido. Con especial énfasis en atender y proteger a los sectores más desfavorecidos del país.

2) Asegurar que los candidatos a senadores y diputados sean ciudadanos con excelentes cualidades para conformar liderazgos políticos de nueva generación – Millennials y Centennials –premiando la continuidad de los parlamentarios de destacada actuación en la defensa de los intereses de su región.

3) Organizar la movilización y participación ciudadana en cada uno de los aspectos del proceso electoral en pos de la victoria de la unidad opositora.

Ingrid Wichtendahl

 


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