Klaus Frerking: “El agro está estancado, necesitamos seguridad jurídica para producir”


El próximo presidente de la CAO advierte que la falta de diésel, las restricciones a las exportaciones y la ausencia de biotecnología están afectando gravemente al sector

Ernesto Estremadoiro Flores

 

Klaus Frerking / Foto: Enrique Canedo
Klaus Frerking / Foto: Enrique Canedo

 



Fuente: El Deber

El agro boliviano enfrenta un panorama complejo. Klaus Frerking, recientemente electo presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), asume el reto de representar a más de 70.000 productores en Santa Cruz en medio de una crisis marcada por la incertidumbre jurídica, la escasez de combustible y las regulaciones estatales.

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¿Cuánto tiempo lleva en la dirigencia productiva?

Bueno, llevo muchos años en este sector. Tengo 41 años y comencé en 2015 en mi asociación de ganaderos y lecheros, Agalech. Tengo mi predio La Esperanza, ubicada en Okinawa. Luego asumí la presidencia de la Federación Departamental de Leche (Fedeple). Posteriormente, fui secretario en Fegasacruz y ahora soy vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), acompañando al actual presidente saliente José Luis Farah.

¿Cuándo asumirá como presidente de la CAO?

La posesión oficial será el 13 de marzo. Me acompañarán Yamil Nacif, presidente de Asocebu, como primer vicepresidente, y Rodrigo Suárez, presidente de los grupos CREA Bolivia, como segundo vicepresidente.

En esta década como dirigente ¿Cuáles considera que son los principales problemas del sector agropecuario?

El principal problema es la falta de seguridad jurídica. En cuatro años de Gobierno, entregó ocho títulos de mediana y gran propiedad, y todos han sido comunitarios.

Hay regulaciones de precios que afectan a los productores. Por ejemplo, el sector lechero lleva 13 años bajo regulaciones en la venta de leche y en 2024 cerraron 100 unidades productivas en el país.

La situación es incierta debido a la escasez de diésel, la falta de dólares, los avasallamientos y la ausencia de biotecnología. Los países vecinos avanzan, pero Bolivia está rezagada. Esto desmotiva a los productores, quienes, en lugar de enfocarse en producir, deben lidiar con estos obstáculos.

En cuanto a la producción de leche, ¿cuál es el panorama?

Bolivia produce 1,8 millones de litros de leche por día, de los cuales Santa Cruz aporta 1.2 millones, más del 70% de la producción.

Pero los costos subieron, el maíz alcanzó los Bs150 por quintal y el sorgo, Bs120. Además, venimos de dos años de sequía sin precedentes en los últimos 30 años. Esto golpea la producción de proteínas como cerdo, pollo, huevo y leche.

¿Cómo ha impactado el clima en la campaña de verano?

El clima ha sido benigno. No obstante, debido a la falta de combustible, algunas zonas tuvieron que sembrar tarde. Es fundamental respetar los ciclos agrícolas, ya que las plantas requieren condiciones específicas de sol y humedad. El gobierno no puede imponer fechas de siembra arbitrarias porque cada región tiene su propio calendario de cultivos.

Cuando asuma la presidencia de la CAO, ¿cuáles serán sus primeras acciones?

Ya hemos tenido un congreso en el que se han discutido problemas críticos como el corte de exportaciones, la escasez de combustible y la disposición séptima. Con el comité multisectorial estamos buscando soluciones.

Es importante que la población entienda que el sector agropecuario está estancado. No hemos crecido en superficie ni en productividad por hectárea. Antes de pensar en expandir la frontera agrícola, necesitamos incorporar biotecnología para mejorar los rendimientos en la misma cantidad de tierra. Bolivia tiene un enorme potencial productivo, pero necesitamos condiciones adecuadas para desarrollarlo.

¿A cuántos productores agrupa actualmente la CAO?

La CAO representa a 70.000 productores en Santa Cruz, abarcando sectores como la producción de proteínas (leche, cerdo, pollo, huevo), cultivos (soya, maíz, algodón) y la agroindustria (azúcar). También formamos parte de Confeagro, la Confederación de Agropecuarios Nacionales.

El desabastecimiento de diésel sigue siendo un problema. ¿Cómo afecta esto al sector?

La cosecha de soya, que es la más grande del país, está a punto de comenzar, y si no hay diésel oportuno, se perderá la producción. La planta de soya no espera: si el grano cae al suelo, ya no se puede recoger. Necesitamos garantías para trabajar y evitar un colapso en la cadena productiva.

¿Han podido dialogar con YPFB para garantizar el suministro de combustible?

Hemos tenido incontables reuniones, pero no avanzamos. Necesitamos 1,5 millones de litros de diésel diarios para mantener en marcha el aparato productivo. Pero seguimos enfrentando dificultades. Además, restricciones a la exportación han causado déficits en productos como el maíz. En 2011, se prohibió la exportación de maíz cuando había excedente y ahora somos deficitarios en 700.000 toneladas por año.

¿Cómo afecta el contrabando al sector?

Es un problema serio y constante. Se han encontrado camiones transportando grandes volúmenes de carne y otros productos a países vecinos. Solo en lo que va del año, el 20% más de animales han sido ofertados en el mercado, pero los precios no bajan. Esto demuestra que el problema no está en la producción, sino en la inflación y en la falta de control del contrabando.

Fuente: El Deber


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