La apuesta boliviana por el litio enfrenta la caída de los precios


Los precios del carbonato de litio se ubican debajo de $us 10.000 por tonelada. Los expertos hablan de una sobroferta para explicar el desplome.

Por Pablo Deheza



 

Fuente: La Razón

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Bolivia intenta a posicionarse en el mercado internacional del litio en medio de una caída histórica de los precios globales. Los expertos citan el crecimiento de la oferta como la causa principal que mueve la cotización a la baja. Por su parte, la Agencia Internacional de Energía (AIE) espera que la demanda de baterías continúe en aumento.

Según datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) generó Bs 256,91 millones durante 2024 por la comercialización de carbonato de litio y cloruro de potasio, dos de los productos clave en la industria de baterías y energías renovables.

La empresa estatal logró vender 2.032,05 toneladas métricas de carbonato de litio, captando ingresos por Bs 119,80 millones a lo largo del año pasado. Adicionalmente, la venta de 78.566,07 toneladas métricas de cloruro de potasio reportó Bs 137,11 millones adicionales.

Estos resultados llegan tras la inauguración de la Planta Industrial de Carbonato de Litio el 15 de diciembre de 2023 en el municipio de Colcha K, departamento de Potosí. Esta instalación, que representa una inversión de Bs 766,94 millones, tiene capacidad para producir 15.000 toneladas métricas al año. Hasta diciembre de 2024, la planta produjo 1.474,53 toneladas métricas de carbonato de litio, aproximadamente un 10% de su potencial.

Desplome mundial de los precios

La entrada de Bolivia al mercado coincide con una pronunciada caída en los precios internacionales del carbonato de litio. En febrero de 2025, el precio CIF en el norte de Asia cayó por debajo de los $us 10.000 por tonelada métrica, disminuyendo un 4,5% hasta los $us 9.550 por tonelada, según datos del Mercado de Metales de Shanghái. Así, el mineral llega a su nivel más bajo desde febrero de 2021. Esta tendencia refleja un exceso de oferta en el mercado global, combinado con una desaceleración en la demanda.

El desplome en los precios representa un contraste dramático con los niveles récord alcanzados hace poco más de dos años. Según Benchmark Mineral Intelligence (BMI), «los precios del litio se dispararon a $us 81.375 por tonelada en China en diciembre de 2022». Esta volatilidad evidencia las dificultades que enfrentan los productores para planificar inversiones a largo plazo.

Factores que impulsan la caída del litio

Varios elementos confluyen en esta crisis de precios. Por un lado, «la producción de litio ha estado creciendo rápidamente. En enero de 2025, las exportaciones de litio de Chile aumentaron un 22,8% de mes a mes, inundando el mercado con suministro adicional», señala BMI en un reporte reciente. Se debe contar además que nuevos proyectos en Mali y Argentina están incrementando significativamente la oferta global.

En el lado de la demanda, «China, el mayor comprador de litio del mundo, experimentó una fuerte caída en la demanda a principios de 2025», sostiene BMI. Las festividades del Año Nuevo Lunar ralentizaron la actividad industrial, mientras que «muchos fabricantes de baterías también pospusieron sus compras», contribuyendo a una mayor presión a la baja sobre los precios.

Otro factor relevante es el cambio tecnológico en la fabricación de baterías. «El cambio hacia baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), que requieren menos litio que las baterías tradicionales basadas en níquel, está reduciendo la demanda de litio», observa BMI. Empresas como Tianqi Lithium e IGO Ltd. ya han detenido la expansión de sus refinerías de hidróxido de litio debido a las débiles condiciones del mercado.

Respuestas ante la crisis

Frente a esta situación, los principales actores del sector están tomando medidas drásticas. Los grandes productores como Albemarle y SQM planean reducir la producción. Esta medida tiene como objetivo detener nuevas caídas de precios. Al mismo tiempo, algunas empresas mineras están retrasando nuevos proyectos, mientras que otras reducen costos para mantener la rentabilidad.

Las empresas más pequeñas son las que enfrentan mayores dificultades. «Aquellas que no cuentan con un fuerte respaldo financiero son las que más sufren. Algunas han tenido que detener operaciones o buscar fusiones para sobrevivir», señala BMI. Esta tendencia hacia la consolidación quedó evidenciada en diciembre de 2024, cuando Rio Tinto adquirió Arcadium Lithium por 6.200 millones de euros, consolidando su posición en el mercado global del litio.

El panorama a futuro

A pesar de la actual situación de crisis, la Agencia Internacional de Energía (AIE) mantiene una perspectiva optimista sobre el futuro del mercado de baterías y, por ende, del litio. Según un reciente informe, el organismo considera que «la industria de las baterías ha entrado en una nueva fase» caracterizada por un crecimiento exponencial de la demanda y una continua reducción de costos.

«En 2024, a medida que las ventas de automóviles eléctricos aumentaron un 25% hasta los 17 millones, la demanda anual de baterías superó 1 teravatio-hora (TWh), un hito histórico», señala la AIE. Simultáneamente, «el precio promedio de un paquete de baterías para un automóvil eléctrico cayó por debajo de los 100 dólares por kilovatio-hora, comúnmente considerado un umbral clave para competir en costo con los modelos convencionales».

La AIE también destaca que «después de años de inversiones, la capacidad global de fabricación de baterías alcanzó los 3 TWh en 2024, y los próximos cinco años podrían ver otra triplicación de la capacidad de producción si se construyen todos los proyectos anunciados».

Bolivia y el Triángulo del Litio

En este contexto, Bolivia busca consolidar su posición como parte del llamado «Triángulo del Litio«, denominación que comparte con Chile y Argentina, y que alberga las reservas más ricas del mundo. Argentina ha tomado ventaja, buscando convertirse en el principal productor del Triángulo del Litio, con proyectos como el de Ganfeng Lithium Group que ha comenzado la producción en el proyecto de salmuera Mariana, añadiendo otras 17.420 toneladas métricas de carbonato de litio anualmente.

Analistas del sector anticipan que la actual sobreoferta dificultará una recuperación de los precios en el corto plazo. S&P Global Commodity Insights predice que «la sobreoferta hará difícil que los precios del litio aumenten hasta la próxima década». Sin embargo, la AIE prevé que creciente demanda impulsada por la transición energética global podría eventualmente reequilibrar el mercado.

Tecnología y transición energética

El futuro del mercado del litio estará estrechamente vinculado al desarrollo de tecnologías energéticas más eficientes. Goldman Sachs Research estima «un aumento general en el consumo de energía de los centros de datos por IA de 200 teravatios-hora por año entre 2023 y 2030». A medida que crezca el uso de IA y la computación de alto rendimiento, también aumentará la necesidad de baterías de iones de litio para respaldo energético.

Para Bolivia, el desafío consistirá en aumentar su producción y mejorar su eficiencia mientras navega un mercado volátil. Con la planta de carbonato de litio operando a solo una fracción de su capacidad instalada, el país tiene margen para incrementar su producción y capitalizar una eventual recuperación de precios.

A pesar de las actuales dificultades, tanto la AIE como las consultoras especializadas del mercado coinciden en que la demanda de litio crecerá significativamente en las próximas décadas, impulsada por la electrificación del transporte y el almacenamiento de energías renovables. Para productores como Bolivia, el desafío será sobrevivir a la actual crisis de precios y posicionarse estratégicamente para el futuro.

Fuente: La Razón


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