El alza de precios en productos esenciales obliga a las familias bolivianas a reducir sus compras y modificar sus hábitos de consumo. La inflación interanual alcanza el 13,22%, la más alta desde 2009
Fuente: El Deber
La actual realidad económica golpea con a la población boliviana. En los mercados del país, la canasta básica de 10 productos esenciales se ha convertido en un desafío económico cada vez más difícil de sobrellevar. Los datos revelan un panorama preocupante: en un año, los precios de los productos básicos han experimentado un incremento del 58,8%.
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Esta escalada de precios está obligando a muchos ciudadanos a modificar drásticamente sus hábitos de consumo. En los mercados locales, se observa una clara tendencia: las familias están reduciendo significativamente el volumen de sus compras, adaptándose a una nueva realidad económica marcada por la escasez y el alto costo de los productos de primera necesidad.
Economistas consultados sostienen que el impacto va más allá de las estadísticas: detrás de cada cifra hay familias que luchan por mantener su poder adquisitivo y garantizar su alimentación básica en un contexto de creciente incertidumbre económica
Los números de la realidad
Para este reportaje, EL DEBER realizó un recorrido en diferentes mercados donde se consultó a los comerciantes la evolución de precio, en un año, de 10 productos esenciales como la carne de res, de pollo, el arroz, papa, cebolla, tomate, aceite, queso, azúcar y leche.
Las diferencias son evidentes. En 2024, una ama de casa podía comprar todos los productos de esta lista por un valor de Bs 119,90. Pero ahora esta misma persona paga Bs 190,40, esto significa un incremento de hasta 58, 8%. La tendencia según los comerciantes es al alza debido a factores como la escasez de diésel y dólares.
El suministro irregular de diésel incrementa el flete de camiones que deben sacar los productos desde el campo, y la falta de dólares encarece los insumos que se necesitan para producir.
Hay un producto que grafica la crisis: el tomate. En solo un año, su precio se ha disparado de Bs 5 a 14 por kilo. El kilo de carne no se queda atrás. Su valor saltó de Bs 38 a Bs 60. un incremento del 57, 9% . Para muchas familias, esto significa que un producto proteico básico se aleja cada vez más de la capacidad de compra de las personas.
Las malas noticias siguen: el arroz duplicó su precio, pasando de Bs 6 a Bs 12. Por su parte, la cebolla aumentó un 100%, de Bs 4 a Bs 8 el kilo. Otro alimento que disparó su costo es el queso que subió hasta un 66,7%, elevándose de Bs 24 a Bs 40.
Este aumento en los precios se da en un contexto de alta inflación que tiende a acelerarse. Según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia, alcanzó el tercer puesto en la región con una inflación interanual del 13,22%, la más elevada desde 2009. La variación mensual es del 1,26% .
La inflación acumulada en los primeros dos meses del año llegó al 3,24%, y la meta planteada por el Gobierno es del 7,5% para 2025.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, sostiene que la tendencia sugiere que la inflación seguirá en ascenso, consolidando una espiral impulsada por el desabastecimiento de carburantes, el incremento del costo de vida y la incertidumbre generalizada.
“Si esta tendencia se mantiene, no sería sorprendente que el año cierre con una inflación cercana al 20%, lo que podría hacer que Bolivia pase del tercer al segundo lugar en la región”, advirtió.
“Compro poquito para él día”
Detrás de los números hay personas que han tenido que modificar, de manera obligada, sus hábitos de consumo. Este cambio va desde dejar de comprar algunos alimentos y reemplazarlos por opciones más económicas, hasta reducir sus compras y ajustar su presupuesto al máximo.
Tal es el caso de Cinthia Gil, que diariamente acude al mercado La Chacarilla, ubicado entre la avenida Paragua y Canal Cotoca. Vive cerca del mercado y prefiere comprar solo lo necesario, limitando su consumo de carne. “Antes compraba un kilo, pero ahora solo llevo medio”, cuenta mientras selecciona sus compras.
“Compro poquito para el día. Así no se me frega. Ahora todo está muy caro, lo que uno gana ya no alcanza para nada”, dice Cinthia, mientras elige tres tomates medianos y tres cebollas.
A unos pasos de donde Cinthia compra sus verduras, don Jorge Huanca espera la llegada de clientes. Fue una mañana silenciosa, asegura, mientras hace cuentas en su calculadora y espera la llegada de compradores.
“El kilo de carne está a Bs 60. Eso ahuyenta a la gente”, lamentó.
A pocos pasos del puesto de Huanca, Daniel Flores saca su celular y paga Bs 82 por QR por un pollo entero y un kilo de queso. Luego, añade un maple de huevos de 30 unidades por Bs 28 y repite la operación desde su teléfono móvil.
En apenas tres productos ha gastado Bs 110. “Ya no me va a alcanzar para las verduras, el arroz o la leche. Todo está caro y nadie hace nada”, dice mientras revisa el saldo de su cuenta bancaria.
En el antiguo mercado Abasto, varios carniceros reportan una caída del 50% en sus ventas debido a la disminución de clientes.
Proyección de la inflación
Ante este escenario inflacionario, el economista, Germán Molina, explicó que el costo de vida aumentó para los bolivianos en 2025 , “en dos meses representó en promedio que los precios subieron un 3,24% y a doce meses a febrero es 13,22%”.
Según Molina, de acuerdo con el comportamiento inflacionario es muy complejo revertir el proceso de encarecimiento de los precios de los alimentos y servicios por lo que considera que, de acuerdo a las proyecciones, este año la inflación, durante esta gestión llegará a dos dígitos.
Según Molina, esta espiral se explica por la política fiscal de expansión del gasto público, la subvención a los hidrocarburos y el control de precios para algunos alimentos y servicios básicos.
“Esto permitió que los datos de inflación al principio sean bajos, un promedio anual de 2,94% durante el período 2022-2024, porque tenían liquidez en moneda nacional y dólares para financiar. En la actualidad la iliquidez, el atraso cambiario, la brecha cambiaria, la cotización del dólar paralelo y la escasez de dólares y combustible, afectan las transacciones cotidianas y provocan una mayor inflación”, sostuvo Molina.
Claudia Pacheco, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, indicó que en función del comportamiento observado en los precios y de las condiciones macroeconómicas actuales, espera que la inflación continúe con una tendencia moderada, a tiempo de alertar que, en escenarios menos favorables, se puede registrar un aumento más pronunciado hacia fin de año.
“De no implementarse medidas correctivas efectivas, la inflación podría llegar hasta un 30%. La proyección dependerá en gran medida de la evolución de la demanda interna, la respuesta de la política monetaria y fiscal, y el impacto de factores externos, por lo que es crucial implementar medidas de ajuste oportunas para evitar un ascenso descontrolado”, señaló Pacheco.
Pacheco indicó que es posible frenar el fenómeno inflacionario a partir de un conjunto de medidas políticas
“En primer lugar, es imprescindible que el Banco Central funcione de manera independiente y aplique una política monetaria restrictiva para controlar la emisión de dinero sin respaldo, para con ello, moderar las presiones inflacionarias. Simultáneamente, una política fiscal responsable que equilibre los ingresos y los gastos es fundamental para evitar déficits que alimenten la inflación. Esto es imperativo dado que nuestro déficit fiscal sigue en aumento, si se desea lograr estabilidad económica, debe hacerse un uso más eficiente de los recursos”, dijo la economista.
A tiempo de agregar que la implementación de medidas estructurales que impulsen la producción interna, inversión nacional y extranjera con seguridad jurídica que coadyuvan en la creación de empleo, que traen innovación, tecnología y diversifican la economía contribuyendo a fortalecer la oferta nacional, son determinantes para reducir el costo de vida.
Fuente: El Deber