Principal instrumento de su política económica desde que regresó a la Casa Blanca, Donald Trump ha usado ampliamente los aranceles en estos dos primeros meses de su presidencia, un mecanismo que amenaza con intensificar.
Washington (AFP)
¿Qué medidas se han adoptado hasta ahora?
Lo primero que anunció Trump fue la aplicación de aranceles de 25% al conjunto de bienes mexicanos y canadienses que ingresen a Estados Unidos.
Los productos chinos, en tanto, fueron gravados con aranceles adicionales de 20%.
La Casa Blanca justificó las medidas con el argumento de que esos tres países no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de fentanilo, un potente opioide que ha causado una grave crisis sanitaria en Estados Unidos.
Sin embargo, Trump excluyó de inmediato a los productos de México y Canadá cubiertos por el acuerdo comercial de América del Norte (T-MEC) que él mismo había negociado durante su primer mandato.
En cambio, no ha habido ninguna suspensión a favor de las importaciones de China.
Otra medida emblemática ha sido la imposición de aranceles de 25% a las importaciones de acero y de aluminio sin distinción de su origen. Se trata en este caso de una decisión proteccionista a favor de ese sector de la industria estadounidense, considerado como estratégico.
Las tasas al acero y el aluminio se añaden a los aranceles ya vigentes. Por tanto, si su procedencia es china la suma se eleva velozmente y el producto es gravado 45% más que antes de esta segunda presidencia de Trump.
A partir del 2 de abril, los automóviles y las autopartes que entren en Estados Unidos pagarán también aranceles de 25%.
Los anuncios más recientes alcanzan a los países que compran petróleo y gas de Venezuela, a los que se les podría aplicar aranceles adicionales de 25% sobre sus exportaciones a Estados Unidos. El crudo venezolano se vende principalmente a China, pero también a India y … a Estados Unidos.
El gobierno de Trump analiza imponer aranceles a otros sectores, como la madera de construcción o el cuero. Los productos farmacéuticos y los semiconductores también están en la mira.
Siguiente etapa: aranceles «recíprocos»
Definido por Trump como «Día de la Liberación», el 2 de abril deberían anunciarse los aranceles «recíprocos». La idea es colocar tasas aduaneras equivalentes a las que cada país aplica a los productos estadounidenses.
Se supone que Washington apuntará a aquellos países con muchas exportaciones hacia Estados Unidos o a aquellos a los que la Casa Blanca acusa de «cerrar» sus mercados a los productos estadounidenses a través de reglamentaciones constrictivas.
– ¿Cómo han reaccionado los Estados? –
Las reacciones han sido variadas. Ante el anuncio de aranceles de 25% a los productos canadienses, más los gravámenes al acero y el aluminio, Ottawa respondió con tasas sobre las importaciones procedentes de Estados Unidos por miles de millones de dólares.
En cambio, México se ha mostrado cauteloso antes de anunciar cuál será su respuesta, privilegiando la búsqueda de un «trato preferente» de parte del gobierno estadounidense.
En Europa, la inminencia de aranceles «recíprocos» desencadenó la amenaza de gravar productos estadounidenses por unos 28.000 millones de dólares, entre estos el whisky. En contrataque, Trump prometió tasas de 200% al vino y otras bebidas alcohólicas europeas.
Pero hasta ahora, el principal blanco de la guerra comercial de Trump es China, que por el momento ha reaccionado con aranceles de 15% a una serie de productos estadounidenses, especialmente los agrícolas.
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