Malgastando la poca democracia: algunas sugerencias preelectorales 3 (y más)


Anuncié que esta columna sería dedicada a las circunscripciones electorales pero, sin faltar al compromiso (con el que abriré), hay mucho más que comentar. Empecemos, amigos, con las circunscripciones.

 

 



En la Asamblea Plurinacional hay 130 diputados (de 175 asambleístas titulares): 63 son uninominales y 60 plurinominales, además de siete “especiales” (ya he comentado qué pienso de esa discriminación inversa, pero saltémoslos ahora). Partamos que hay un diputado uninominal por cada circunscripción (no “especial”): por ende, representan a todo el país, mientras que los diputados plurinacionales —o “de lista”— sólo representan al partido y no a la circunscripción. Usted me dirá quizás: «Habla mucho de democracia pero está hablando de menos representantes ciudadanos…!» y a priori, sin ver números y con poca memoria, le diría (como algunos políticos entrevistados): «Mmmmm»; pero enseguida le recordaré lo que semanas antes publique: Argentina, con un PIB PPA que es (a 2023 por el FMI, gracias a los K) casi 10 veces del boliviano, tiene sólo menos del doble de congresistas titulares que nosotros para una población cuatro veces más. Para México, el PIB PPA es 75 veces más que el nuestro pero sus congresistas titulares sólo son más de 3,5 veces que Bolivia para una población más de 12 veces mayor. Respecto Brasil, su PIB PPA es casi 94 veces el de Bolivia pero sólo tienen menos de 3,4 veces congresistas titulares que nosotros para una población casi 19 veces mayor. Por último, EE.UU. tiene poco más de tres veces congresistas titulares que Bolivia —el 33 % menos que la comparación con Brasil— para una población casi 30 veces mayor. Pero como alguien puede decir justificadamente «¡es una jerigonza de números!», mejor hagámoslo gráficamente:

O, si preferimos, sólo comparemos congresistas (parlamentarios) titulares versus población:

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Lo que nos da una muy ineficiente proporción de asambleístas plurinacionales (uninominales + plurinominales) totales por millón de habitantes.

Pero si, en pro de la eficiencia de gestión parlamentaria y la representatividad, eliminamos los plurinominales (y de yapa los nueve diputados plurinacionales decorativos que no he incluido en mi análisis), eliminamos el Senado y duplicamos los uninominales (120 circunscripciones exclusivamente uninominales), quedaríamos más eficientes.

¿Por qué eficientes? Primero, porque podrían aumentarse (duplicarse) la cantidad de circunscripciones uninominales y eso solucionaría en buena medida la disparidad actual del voto urbano vs. rural y la representatividad de los parlamentarios uninominales. Segundo, porque (incluso sin racionalizar los municipios como propuse en la columna anterior) habrá más contacto directo uninominal / munícipes —lo que se potenciaría más si racionalizamos los municipios por población. Tercero, porque ahorraríamos 64 salarios (55 entre senadurías y diputaciones plurinacionales no convertidos en uninominales más nueve diputaciones “plurinacionales”).

¿Hace falta más cuenta?

Me quedan dos cortos comentarios: sobre el dizque Encuentro ‘Por La Estabilidad Y La Democracia” y los desbarres de García Linera.

Del Encuentro sólo daré dos apreciaciones: Una, que no quedó duda alguna de que el intento de ahogado de Arce y su grupo fue para sobrevivir hasta las elecciones pero, a mi entender, fue el mejor momento —por lo mediatizado, la libertad de expresarse (porque los del Gobierno no podían censurar) y la asistencia múltiple— para que los precandidatos políticos fueran y expresaran sus posiciones y sus críticas. Aunque vivimos en un mundo ocupado por la virtualidad, el exponer ideas y reprobaciones en persona y mediáticamente en vivo sigue siendo de un valor enorme. Ya mucho hemos incurrido en la política boliviana en no querer decir cara a cara los pensamientos —no importan si son positivos o negativos para quien se los dirigen— y hemos sufrido sus dañinos resultados para la sociedad.

Sobre AGL, voy sólo a recordar cuán dañino, envidioso, manipulador y falsario —no sigo con las diatribas pero si gusta pueden sumar las suyas quien me lee— fue el antiguo terrorista katarista durante los años que compartió el Poder; también voy a recordar cuán desesperado de ser “adoptado” ha tenido en estos últimos años y cuán rechazado ha sido por todos. ¿A quién representa? A unos desclasados —algunos pseudointelectuales—, otrora fieles abanderados del socialismo 21, que no encuentran ya padrinazgos y que se agrupan en el Grupo de Puebla y en CELAG en espera de nuevas sinecuras. ¿Para qué sirve, en Bolivia, repetir los ayes y dislates del pluriolvidado?

Seguiremos la semana próxima. Gracias.

Fuente: eju.tv


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