Panamá anunció este viernes que otorgará un permiso de 30 días a 112 migrantes deportados desde Estados Unidos, en su mayoría asiáticos, para salir del albergue donde permanecen recluidos para gestionar visas.
Fuente: RFI
Con este permiso, que puede ser prorrogado hasta 90 días, los migrantes deberán buscar por su cuenta una solución a su problema migratorio.
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«El compromiso es el retorno voluntario bajo su propio recurso a su país de origen o a un tercer país que los quiera recibir», señaló el ministro de Seguridad, Frank Ábrego, en conferencia de prensa.
«Si en 90 días ellos no han abandonado el país serán expulsados o deportados», agregó.
Estados Unidos deportó a Panamá en febrero a 299 migrantes. La mayoría aceptó ser repatriado o viajar a un tercer país, bajo la gestión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los que no aceptaron esas condiciones, fueron llevados en autobuses al albergue de San Vicente, en la provincia del Darién, fronteriza con Colombia, a la espera de una solución, sin que pudieran salir de ese refugio.
«Ellos prefieren pagarse su propio pasaje y hacer sus propias coordinaciones hacia los países que ellos consideran les puedan prestar el apoyo», afirmó Ábrego.
Según el ministro, los beneficiarios del permiso son 24 migrantes de Irán, 21 de Camerún, 12 de China, 10 de Nepal, 9 de Afganistán, 7 de Vietnam, 6 de Etiopía, 6 de Uzbekistán, 5 de Nigeria, 2 de Eritrea, 2 de Pakistán, 2 de Somalia, 2 de Ghana, 2 de Rusia, 1 de Angola y 1 de Sri Lanka.
Al llegar a Panamá, los migrantes fueron instalados unos días en un hotel de la capital, donde algunos de ellos mostraron letreros en las ventanas pidiendo ayuda y advirtiendo que corrían riesgo de ser devueltos a sus países de origen.
Varias ONG han denunciado las condiciones en las que se encuentran encerrados estos migrantes en el albergue de San Vicente.
© 2025 AFP