Quien quiere tumbar a Arce


Todos los grupos que aspiran a tomar el poder tienen un plan para Arce, pero no todos coinciden

Quien quiere tumbar a Arce
Luis Arce en problemas

 

Fuente: El País.bo



La semana pasada el presidente Luis Arce reconoció la gravedad de la crisis de combustibles que atraviesa el país identificando claramente el problema: no hay dólares, e inmediatamente enumeró las cuatro cosas que no iba a hacer: renunciar, devaluar, retirar la subvención al combustible ni controlar los capitales. A renglón seguido conminó a los ciudadanos a la resistencia.

En aquella alocución no hubo propuestas de soluciones, salvo la de exhortar a la Asamblea Plurinacional a aprobar unos créditos internacionales que servirían esencialmente para bicicletear la situación. Una semana después se celebró una cumbre multipartidaria para “blindar la democracia”, pero de la que tampoco salieron otras medidas concretas.

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El Gobierno ha forzado algunos mecanismos y ha prometido que se están descargando más combustibles de lo habitual, pero mientras no se resuelva el problema de los dólares, difícilmente se podrá lograr la estabilización necesaria.

¿Dónde conseguir dólares?

Los analistas básicamente ofrecen algunas soluciones para recuperar los dólares, cada una con diferente rango temporal y cálculo político.

La primera es acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y escuchar sus “propuestas” para estabilizar la economía nacional, que como es conocido suelen contener medidas de ajuste fuertes para los ciudadanos, más que para los capitales. En Bolivia, con salarios paupérrimos y jubilaciones parejas, seguramente obligaría a aumentar la edad de jubilación, subir el IVA, obviamente eliminar la subvención a los hidrocarburos y liquidar unas cuantas empresas públicas incluyendo seguramente las estratégicas.

La segunda es implementar un severo control de capitales, donde los exportadores rindan cuentas dado que son los que se benefician de la economía subsidiada con energía y combustible. En la práctica, los ciudadanos ya no pueden acceder a sus dólares porque les son devueltos en bolivianos y por ello las grandes corporaciones las guardan en el extranjero.

La tercera es dejar de pagar la deuda externa, entrar en default y encomendar al siguiente gobierno una buena negociación incluyendo también al FMI.

Hay algunas otras medidas sobre la mesa que son básicamente variantes más “radicales”: acudir a China en lugar de al FMI, nacionalizar el agro; otras de sentido común, como ahorrar lo posible y otras basadas ya en el esoterismo o la oración.

¿Qué hacer con Arce?

De momento el presidente ha optado por la más espiritual de las posibilidades y esto ha desencadenado otro debate. ¿Hasta donde es capaz de resistir la sociedad boliviana?

Sobre esta cuestión se están organizando los diferentes frentes y posiciones.

El bloque opositor clásico – Tuto, Samuel, Mesa y sus acólitos – tienen claro que su solución va por el rescate con el FMI (deuda) adoptando las medidas que exigen y que tienen una consecuencia social y política inmediata que incluye estallido y quien sabe, caída del gobierno. En esas, es evidente que prefieren que sea Arce el que pida el rescate y haga los ajustes a cinco meses de las elecciones, porque aparentemente sería como tender la alfombra roja para sus intereses.

El bloque opositor liberal – aparentemente ya abrazado sobre Jaime Dunn de Ávila – plantea no hacer nada que implique contratar deuda ni tocar el tipo de cambio, sino simplemente liberalizar el mercado de los combustibles (y de todo) y cruzarse de brazos en un rincón a ver qué pasa.

El bloque garcialinerista, que es nuevo en el debate como tal, pero que se supone es el que arropa al candidato de la conciliación masista, que puede ser Andrónico Rodríguez, plantea agarrar del cuello a los grandes exportadores y exigirles que traigan sus dólares de vuelta al Estado bajo amenaza de expropiación.

Se trata por cierto de la primera propuesta concreta en este sentido que se plantea desde el MAS, pues el expresidente Evo Morales, más allá de cargar la responsabilidad sobre la mala gestión de Arce acusándole de corrupción e ineficiencia, y hacer giros dialécticos sobre la subvención al combustible, no ha dicho exactamente cómo pretende conseguir dólares.

La apuesta de Morales a concentrar culpas sobre Arce para “salvar el proceso” nacional – popular ha dado ciertos frutos, pero un deterioro profundo de la situación en los próximos cinco meses puede acabar en naufragio total.

¿Y ahora qué?

Todos estos escenarios están sobre la mesa del “gabinete de guerra” de Luis Arce. Adelantar las elecciones, aunque sea un mes, está a su disposición; incluso la renuncia inmediata para que otros tomen las decisiones que él se niega a tomar. También cabe la posibilidad de que Arce agote la legislatura, pida el rescate y tome otras medidas impopulares que tal vez sean necesarias, quizá como su último servicio.

Haga lo que haga, acabará condicionando las elecciones del 17 de agosto, para las que parece que falta poco, excepto si te ves obligado a pasar cada fin de semana en tu auto frente al surtidor.

Fuente: El País.bo


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