El mundo desde enero de 2025 está pendiente si el poder de Donald Trump en ejercicio de la presidencia de los Estados Unidos, es capaz de acabar con la guerra de Rusia a Ucrania, empleando la filosofía estratégica de suprimir el término » invasión» que en alguna forma esconde la responsabilidad rusa por crímenes de guerra.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado el lunes 24 de febrero, una nueva Resolución, denunciando una vez más la agresión rusa a Ucrania instando a una paz «completa, justa y duradera» y exigiendo una retirada de las tropas invasoras.
El texto de la Resolución de la ONU al ser impulsado por Zelensky y sus socios de la Unión Europea ha contado con 93 votos a favor, 65 abstenciones y en contra votaron 18 países. Lo sorprendente es que EE.UU., esté de lado de Rusia, siendo que el Congreso de Demócratas y Republicanos en los últimos tres años desde que estalló la guerra apoyaron al pueblo ucraniano.
En los prolegómenos de la decisión de la ONU., mediante un memorándum de 22 de febrero, desde Washington, se instaba a todas las delegaciones diplomáticas de Estados Unidos a «comunicarse con los locales en los niveles más altos posibles» y exhortaba a apoyar la resolución estadounidense a alentar a Ucrania a retirar su propia Resolución, «que no promueve el objetivo de EE.UU., de lograr una paz duradera”. La línea de la diplomacia estadounidense de apoyar a Rusia, en principio podría verse como que las grandes potencias a espaldas del pueblo afectado y sus líderes, promueven la paz a cualquier costo, sin pensar en quienes viven la tragedia, y tienen derecho a la reconstrucción devastadora de tres años. Y también como un cierto protagonismo minando el multilateralismo.
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Como Washington no tuvo éxito con su proyecto de resolución de no responsabilizar a Rusia por la invasión a Kiev, invasión que violó la Carta de las Naciones Unidas, trasladó su voto al Consejo de Seguridad sin las enmiendas europeas al lenguaje que menciona la invasión rusa.
Sobre el tema, la representante interina de Estados Unidos Darothy Camille Shea dijo que nuestra resolución no es un plan de paz, pero es un sendero hacia ella.
Adicionó por las múltiples enmiendas a su proyecto que recibió del lado de los países de la OTAN y los demás socios de Ucrania, que la resolución presentada y aprobada por la ONU no acabará con la guerra. Sin embargo, elogió y agradeció al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su cooperación y enfoque de resolución, siendo la primera resolución en tres años que pide terminar el fin de la guerra. Esta Resolución del Consejo de Seguridad que se aprobó por 10 votos a favor y 5 abstenciones, tiene la característica de ser vinculante, lo que no deja de despertar más de una crítica, que resoluciones del seno de 183 países de la ONU tengan una legitimidad menor que 15 países, donde las tres grandes potencias del mundo (China, EE.UU., y Rusia) tienen derecho al veto, obviamente en conflictos que les interesa contener.
Se enfatiza que la visible división del grupo de occidente se expandió del pleno de la sesión de la ONU al Consejo de Seguridad por una movida política de Estados Unidos, que pretendía no ser tan descafeinado con su proyecto de apoyar a Rusia. La prisa revela que jamás en la historia emergió una resolución del Consejo de Seguridad en una forma más simple y breve que se recuerde, tal resolución menciona un «conflicto entre Ucrania y la Federación de Rusia», «implora un fin rápido al conflicto» y «urge a una paz duradera». No obstante que Francia y el Reino Unido tienen el derecho al uso de veto no utilizaron para votar en contra del proyecto de EE. UU, pero en sus sendos discursos exigieron sobre la necesidad de diferenciar entre «agresor» y «agredido» en Ucrania y la exigencia que la resolución recogiera el respeto a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania. El pragmatismo y el simplismo de la diplomacia de Washington podría acabar con la filosofía del debate y la construcción de consensos multilaterales en problemas de la humanidad.
Mariana Betsa, Viceministra de Asuntos Exteriores de Ucrania dijo: «Al cumplirse tres años de esta devastación, la invasión total de Rusia contra Ucrania, hacemos un llamamiento a todas las naciones para que se mantengan firmes y se pongan de lado de la Carta, del lado de la humanidad, del derecho de la paz justa y duradera».
El presidente de Ucrania, Zelensky en el programa de Breat Baier de Fox News dijo «el presidente Trump quiere terminar esta guerra, pero nadie quiere terminarla más que nosotros, porque en Ucrania estamos en esta guerra, estamos en esta batalla por la libertad, por nuestras vidas». El mensaje ha calado con fuerza en la humanidad por la defensa íntegral de su territorio.
Richard Gowan experto de la ONU del Internacional Crisis Group, señaló este choque es sin duda «la mayor división entre las potencias occidentales en la ONU desde la guerra de Irak, y probablemente aún más fundamental». Un ejemplo más de una escalada sin precedentes. «La nueva era de la ONU».
Estados Unidos se pone de lado de Rusia y vota en contra de la resolución que condena la invasión rusa y China se abstiene. La polarización puede marcar nuevas tendencias geopolíticas y comenzar a reinscribirse un multilateralismo vinculante para los 183 países del mundo, suprimiendo el veto a las tres potencias que se escudan en esta prerrogativa, desconociendo decisiones de la Corte Penal Internacional y el Estatuto de Roma.
El profesor de filosofía política en la Universidad de Harvard John Rawls dijo: «Las instituciones básicas de la sociedad no deben distinguirse simplemente por ser ordenadas y eficientes; ellas deben ser, sobre todo justas. Y si no lo son, deben ser reformadas o abolidas».
Santa Cruz, marzo 3 de 2025
Pedro Gareca Perales
Fuente: eju.tv