El avance de la inteligencia artificial generativa ha traído consigo desafíos legales y éticos en la industria musical. En los últimos meses, Sony Music ha intensificado su lucha contra las canciones deepfake que imitan a artistas de su catálogo, eliminando más de 75.000 pistas falsas de diversas plataformas en línea. Sin embargo, la compañía advierte que esta cifra representa solo una fracción del contenido ilegal que circula en Internet.
El impacto de los deepfakes en la industria musical
La proliferación de canciones generadas por inteligencia artificial plantea un problema significativo para los artistas y las discográficas. Modelos de IA pueden analizar y replicar las voces y estilos de cantantes reconocidos, produciendo temas que, en muchos casos, son prácticamente indistinguibles de las grabaciones originales. Entre los afectados, se encuentran grandes nombres de la música como Harry Styles y Beyoncé, cuyos timbres vocales han sido clonados sin autorización.
Sony ha argumentado que estos deepfakes provocan daños comerciales directos a los artistas, afectando su propiedad intelectual y reduciendo sus ingresos. La compañía presentó estos argumentos en una reciente consulta del gobierno del Reino Unido sobre nuevas leyes de derechos de autor y el uso de IA en la industria creativa.
Un dilema legal en crecimiento
El gobierno británico, liderado por el primer ministro Sir Keir Starmer, ha propuesto normativas que permitirían a las empresas de inteligencia artificial entrenar sus modelos con contenido protegido sin necesidad de pagar licencias. Este enfoque busca fomentar el desarrollo de IA en el país, pero enfrenta una fuerte oposición de la industria musical, que considera que dicha política devalúa el trabajo de los artistas y creadores.
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Sony y otras discográficas advierten que una política de opt-out, en la que las empresas deben solicitar ser excluidas del entrenamiento de IA en lugar de dar consentimiento explícito, genera una carga administrativa innecesaria y podría facilitar la explotación no autorizada de su catálogo.
¿Notará el público la diferencia?
Uno de los mayores temores en la industria musical es que el público no distinga entre las canciones reales y las generadas por IA, lo que podría llevar a una normalización del contenido artificial. En 2023, el lanzamiento de un tema con voces generadas de Drake y The Weeknd causó revuelo al evidenciar el potencial de estas tecnologías para engañar a los oyentes.
Si bien algunos argumentan que la IA reducirá los costos de producción musical, permitiendo mayor accesibilidad a la creación artística, otros temen que su abuso lleve a un ecosistema musical dominado por contenido sin autenticidad ni creatividad humana. En un escenario extremo, la dependencia de la IA para generar música podría resultar en una disminución del talento humano, pues los modelos de IA necesitan referencias reales para entrenarse y evolucionar.
El papel de los artistas y la resistencia ante la IA
Algunos músicos han optado por licenciar sus voces y estilos para el uso de IA en proyectos específicos, aunque siguen siendo casos aislados. En el Reino Unido, la oposición a la normativa de uso libre de datos ha llevado a múltiples protestas por parte de artistas, quienes consideran que su trabajo podría ser explotado sin compensación justa.
Desde WWWhatsnew, creemos que la inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa en la creatividad musical si se utiliza de manera ética y regulada. Sin embargo, es fundamental establecer normativas claras que protejan a los artistas y garanticen que su trabajo sea respetado y valorado.
El futuro de la música en la era de la inteligencia artificial
El debate sobre la legalidad y el impacto de la música generada por IA está lejos de resolverse. La tecnología avanza rápidamente, y las discográficas, artistas y legisladores deben encontrar un equilibrio entre innovación y protección de derechos.
Mientras tanto, la eliminación de más de 75.000 canciones deepfake por parte de Sony es solo el primer paso en una batalla continua contra la proliferación de contenido no autorizado. La industria musical se enfrenta a un reto sin precedentes, donde la regulación y la educación del público jugarán un papel clave en la preservación de la creatividad genuina.
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