A riesgo de ingresar en el sinuoso, como muy pocas veces comprensible mundo de la clarividencia, bajo el sugestivo título de “Las Malvinas Venezolanas” hace unas tres semanas rotulamos una entrega que trataba de la inconsulta incursión de un buque militar venezolano en una plataforma petrolera de Guyana, acción que fue inmediatamente advertida por el gobierno de los Estados Unidos hacia el autoritario y dictatorial régimen venezolano de Nicolás Maduro, sobre posibles consecuencias, indicando que dicha acción constituiría una inaceptable y clara violación del territorio marítimo internacionalmente reconocido de Guyana. Asimismo, la Organización de Estados Americanos se sumó a dicha advertencia, calificando el hecho, como uno de los “actos de intimidación del chavismo”.
Sin embargo, y pese a dichas admoniciones, y en el marco de los despliegues militares que Guyana preparaba para el lanzamiento del cohete Ariane 6 para el mes de febrero, el gobierno de Guyana denunció la incursión de una corbeta militar venezolana en el Esequibo, zona disputada entre ambos países.
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Como señalamos en nuestra entrega de hace 25 días, la Guyana Esequiba, o “Zona de Reclamación” para los venezolanos, comprende un área de 159.500 Km2, (casi el territorio del Uruguay) que la República Cooperativa de Guyana considera como parte integrante de su territorio y cuya soberanía es reclamada por Venezuela a nivel internacional. Por su antigüedad, este litigio es semejante al de las Islas Malvinas. Se origina en 1777, con la jurisdicción española de la Capitanía General de Venezuela, donde el límite de los territorios españoles y holandeses era el río Esequibo. En 1814, Gran Bretaña tomó posesión de los territorios holandeses y en 1831 los denominó Guayana Británica, comenzando así un proceso activo de colonización hacia el Oeste. En 1844, los avances de los colonos británicos al Oeste del río Esequibo provocaron el inicio de los reclamos de Venezuela.
Ahora bien, esta escueta reseña histórica expresa los argumentos válidos que confieren a Venezuela un derecho justo y suficiente sobre el territorio reclamado. Si bien las negociaciones para su recuperación siempre estuvieron marcadas por un razonable afán de concluirlas pacíficamente, no fueron pocas las ocasiones donde se estuvo a punto de llegar a cruentos enfrentamientos. Tal es el caso de 1968, donde hacendados y campesinos amerindios, liderados por dos hermanos de origen norteamericano, se rebelaron contra las autoridades al frente de un movimiento independentista, que contaba con el encubierto apoyo venezolano. Algunos policías guyaneses fueron muertos y heridos inicialmente en la toma de un puesto policial. La Fuerza de Defensa de Guyana concurrió rápidamente para reprimir a los sublevados, quienes huyeron a Venezuela sin oponer resistencia.
Profundizando tensiones con Venezuela, el crucero de misiles USS Normandy (CG-60) de la Armada de Estados Unidos (US Navy) hace unos días llevó a cabo un ejercicio en aguas internacionales con el patrullero Shahoud de la Fuerza de Defensa de Guyana. La actividad se desarrolló en un contexto de crecientes tensiones entre ambos países por la disputa citada y por razones políticas, cuyo origen emerge de la estrepitosa caída del bloque de países que abrazaron la causa fallida del castrochavista Foro de São Paulo, devenido en Foro de Puebla y Socialismo del Siglo XXI, cuyos patrocinadores, para cuidar sus propias espaldas, están obligados a generar focos de conflicto y de tensión bélica preocupante.