Tras una breve oración liderada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, el ataúd fue trasladado hacia la Basílica de San Pedro, acompañado de los sones de las campanas del Vaticano
Fuente: infobae.com
La ceremonia del traslado del féretro del Papa Francisco comenzó la mañana de este miércoles en la capilla de Santa Marta, donde el cuerpo del pontífice reposaba desde su fallecimiento el pasado lunes a los 88 años. Tras una breve oración liderada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, el ataúd fue trasladado hacia la Basílica de San Pedro, acompañado de los sones de las campanas del Vaticano.
El cardenal Farrell, quien también fue el encargado de anunciar la muerte de Francisco el lunes, presidió la oración en la que expresó el dolor de la Iglesia, pero también su agradecimiento por los innumerables dones que el Papa dejó a los fieles.
“Con profundo pesar, ahora acompañamos los restos mortales de nuestro Papa Francisco a la Basílica Vaticana, donde ejerció su ministerio como Obispo de la Iglesia de Roma y Pastor de la Iglesia Universal”, dijo Farrell durante la ceremonia.
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Tras una breve oración liderada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, el ataúd fue trasladado hacia la Basílica de San Pedro, acompañado de los sones de las campanas del Vaticano (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)
El camarlengo también pidió al Señor que acogiera a Francisco “en el reino de los cielos” y ofreció consuelo a la familia papal, la Iglesia en Roma y los fieles de todo el mundo.
La oración culminó con una invocación para que el papa Francisco, conocido por su humildad y cercanía con los más necesitados, sea recibido “en la morada de luz y paz eterna”.
La procesión hacia San Pedro
A continuación, el féretro de Papa Francisco comenzó su lenta y solemne marcha hacia la Basílica de San Pedro, mientras decenas de cardenales vestidos con sus hábitos rojos y Guardias Suizos escoltaban la urna.
El camarlengo también pidió al Señor que acogiera a Francisco “en el reino de los cielos” y ofreció consuelo a la familia papal, la Iglesia en Roma y los fieles de todo el mundo (REUTERS/Claudia Greco)
Los asistentes en la Plaza de San Pedro, que se habían reunido para rendir homenaje, estallaron en aplausos mientras el ataúd pasaba por ellos. El silencio, interrumpido por los aplausos, reflejaba el profundo respeto y la emoción de los presentes.
La procesión, aunque llena de solemnidad, también estuvo marcada por un sentimiento de gratitud hacia el Papa argentino, que durante su pontificado buscó acercar la Iglesia a las personas más vulnerables.
A lo largo de su recorrido, el féretro fue rodeado de una profunda reverencia por parte de los presentes, que se unieron en oración y reflexión.
A lo largo de su recorrido, el féretro fue rodeado de una profunda reverencia por parte de los presentes, que se unieron en oración y reflexión (REUTERS/Susana Vera)
Un adiós con humildad
A diferencia de otras ocasiones, donde las ceremonias fúnebres papales incluían rituales más pomposos, el papa Francisco había solicitado que su despedida fuera sencilla y reflejara los valores de humildad que siempre promovió. Así, la ceremonia del traslado se ajustó a su visión de una despedida sin ostentaciones, centrada en el respeto y la espiritualidad.
La Basílica de San Pedro recibió el féretro de papa Francisco en un ambiente de recogimiento y respeto. La Misa Exequial, que se celebrará el sábado, será presenciada por miles de fieles de todo el mundo.
Un papa cercano y lleno de legado
El traslado de papa Francisco marca un momento decisivo en los días de luto y homenaje que la Iglesia Católica vive actualmente.
La Basílica de San Pedro recibió el féretro de papa Francisco en un ambiente de recogimiento y respeto (REUTERS/Yara Nardi)
El Papa, reconocido por su cercanía con los fieles y su lucha por la justicia social, deja un legado que será recordado por generaciones. Su despedida, sencilla pero cargada de significado espiritual, refleja la vida que vivió y el profundo amor que sentía por la comunidad global.
Mientras el féretro avanza hacia su última morada, la Basílica de Santa María la Mayor, donde descansará por última vez, el mundo entero se prepara para despedir a uno de los papas más influyentes y cercanos de la historia reciente de la Iglesia Católica.