Decencia política y un acto patriótico


 

Existe una creencia popular que dice: “soñar no cuesta nada y que, a veces, milagrosamente, los sueños se hacen realidad”. Inspirado en ese ejercicio libre, frecuente y necesario del espíritu humano, y ante el complejo escenario político preelectoral que vivimos, me atrevo a lanzar un llamado a la conciencia de los candidatos y precandidatos de oposición que se consideren verdaderamente patriotas.



Les propongo un compromiso real con nuestra nación. Un acto de decencia política. Un gesto de patriotismo histórico.

Este llamado se sustenta en los siguientes considerandos:

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  1. Crisis nacional profunda: El régimen político actual ha provocado una grave crisis política, económica, social y moral. “Bolivia se nos muere” no es una exageración, es una advertencia urgente.
  2. Un clamor por el cambio: La gran mayoría del pueblo boliviano exige una transformación profunda que siente las bases de una verdadera Revolución Cultural y permita un Desarrollo Integral sostenible y equitativo.
  3. Fracaso por el ego: El intento de conformar un “Bloque de Unidad” ha fracasado hasta ahora, en gran medida, por posiciones egocéntricas e intereses personales, que solo han favorecido la fragmentación de la oposición.
  4. Similitud de propuestas: Más allá de algunas diferencias formales, los planes de gobierno que se conocen comparten propuestas similares en el fondo. Esto confirma que la unidad no solo es posible, sino lógica.

Una propuesta concreta y disruptiva

Ante este panorama, propongo un reto tan valiente como necesario:

Que, en el transcurso de esta carrera preelectoral, y a más tardar 30 días antes del 17 de agosto, se realice una medición seria y confiable —ya sea a través de una encuesta nacional o algún otro mecanismo técnico riguroso— que identifique al candidato de oposición con mayor intención de voto.

A partir de ese resultado, los demás candidatos con menor apoyo deberían, en un acto histórico de decencia política y verdadero patriotismo, renunciar a sus candidaturas y brindar su apoyo abierto y decidido al candidato mejor posicionado.

Sé que esta propuesta puede sonar ingenua, utópica, incluso “políticamente incorrecta”. Pero sinceramente creo que es la única forma viable de construir una verdadera esperanza de cambio para Bolivia.

El sueño de un Gobierno de Convergencia Nacional

En ese escenario soñado, se deberán establecer ciertos acuerdos fundamentales para formar un Gobierno de Convergencia Nacional, compuesto por los mejores hombres y mujeres del país, sin importar su origen político. Un gobierno que priorice el país por encima de intereses partidarios y que evite el dañino cuoteo político del pasado.

Sabemos que uno de los mayores desafíos será la conformación de la Asamblea Legislativa Plurinacional, pero si hay voluntad real, también será posible diseñar mecanismos de consenso y representación equilibrada.

Como garantes de este pacto, propongo la conformación de un Comité de Ética, presidido por ciudadanos notables, a la cabeza del Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé, cuya integridad y trayectoria inspiran confianza.

Que este llamado no quede en un simple sueño. Que sea una chispa que encienda una verdadera esperanza. Porque Bolivia merece un futuro distinto, y aún estamos a tiempo de construirlo juntos.

Fernando Crespo Lijeron

Fuente: eju.tv


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