Los ganaderos intentan salvar a sus animales llevándolos a zonas altas, pero éstos se debilitan y más de 9.000 ya murieron en el intento.
Las inundaciones y la lluvia que no cesa están provocando un verdadero drama en el oriente boliviano, donde el ganado muere o se debilita. En su afán de salvar los animales, ganaderos de Beni optaron por subirlos en canoas y pontones para trasladarlos a lugares más altos.
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En Puerto Almacén, localidad trinitaria, los ganaderos cruzan el río Ibare en canoas y pontones cargados de animales. Calculan por día mueven al menos 300 cabezas de ganado a lugares altos para evitar que mueran y sigan sumando pérdidas económicas.
Las imágenes televisivas o en redes sociales muestran el drama del sector ganadero que sufre para salvar a sus animales, que son su sustento de vida.
Otro grupo de animales es movilizado en medio del agua, donde el ganado se debilita y muchas veces termina ahogado.
La preocupación crece debido a que el pronóstico del clima no es alentador, pues se prevé la llegada de “otro golpe de agua” durante esta semana.
Ganado
Asimismo, temen que cuando las aguas desciendan no habrá pastura para alimentar a los animales; el agua y el lodo destruyen todo a su paso. La falta de combustible se suma a los inconvenientes, ya que los ganaderos requieren del combustible para movilizar sus canoas y pontones.
Existen al menos 200.000 cabezas de ganado en las provincias Yacuma, Cercado e Iténez, en Beni, que tratan de ser salvadas trasladándolas a zonas altas. Algunos ganaderos informaron que el menos unas 9.000 reses ya perecieron en el intento.
Carmelo Arteaga, asesor de la Federación de Ganaderos de Beni (Fegabeni), indicó que al no contar con combustible (diésel) para sus maquinarias y otros vehículos, no tienen cómo mover el ganado hasta otro sector. Esperan una respuesta de ayuda por parte del Gobierno.
En localidades como San Cristóbal y Peñita de Río Negro, las propiedades llevan más de 20 días inundadas, lo que ha agravado la crisis. Según Edwin Balcázar, un ganadero de Santa Rosa, ya evacuó unas 1.100 cabezas de ganado a terrenos más elevados.
Pero ese esfuerzo debilita a los animales y al no haber pastura, aumenta la probabilidad de mortandad.
La gobernación de Beni declaró a esa región en “situación de desastre departamental por lluvias, inundaciones y grave deterioro de caminos y carreteras.
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