El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó datos de la Encuesta de Demografía y Salud (Edsa) 2023, los cuales reflejan que cinco departamentos están en o por debajo de la tasa de reemplazo poblacional.
Los datos por departamentos reflejados por la encuesta. Infografía: Lizeth Machaca.
Un cambio progresivo se está dando en el país. La tasa de fecundidad va en una continua disminución, que en cinco departamentos está en o debajo de la cifra límite de la tasa de reemplazo. Chuquisaca tiene la cifra más baja de hijos por mujer.
“La tasa de reemplazo poblacional se refiere al número promedio de hijos por mujer necesario para que una población mantenga su tamaño. Este número se estima en torno a 2,1 hijos por mujer”, explicó el director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia.
Pero, de acuerdo con la más reciente Encuesta de Demografía y Salud (Edsa) 2023, cinco de los nueve departamentos están en 2,1 e incluso debajo de ésta.
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DEPARTAMENTOS
“Cuando analizamos a nivel departamental, encontramos que Potosí, Beni, Pando y ligeramente Cochabamba son los únicos departamentos que tienen tasas globales de fecundidad por encima de la tasa de reemplazo”, indicó.
No pasa lo mismo con el resto de los departamentos.
“El resto de los departamentos de Bolivia tiene tasas globales de fecundidad por debajo de esta cifra que es tan crítica”, señaló.
De acuerdo con los datos presentados por Arandia, el último Edsa 2023 elaborado por el INE, con un indicador que considera a mujeres en “edad fértil” de 15 a 49 años, refleja que Santa Cruz está en una tasa global de fecundidad; es decir, nacimientos por mujer, idéntico a la tasa de reemplazo, 2,1; en cambio, Tarija, Oruro y La Paz están por debajo, en 1,9.
HIJOS
La tasa más baja en el análisis por departamento la tiene Chuquisaca, que presenta 1,8. Para Arandia, este primer vistazo del Edsa respalda los datos hallados ya en el Censo de Población y Vivienda realizado en 2024.
“Chuquisaca tiene la tasa más baja, con solo 1,8 hijos por mujer”, corroboró el INE por medio de una nota institucional.
Justamente, tras el Censo, y con los resultados preliminares, el INE informó que Chuquisaca fue el departamento con menor crecimiento poblacional, con la suma de 18.995 habitantes desde 2012, año de la encuesta previa.
Esto llevó incluso a que se determine que este departamento pierda un escaño parlamentario.
EDSA
“En concordancia con los datos del Censo, ¿cuál fue el departamento que tuvo el menor crecimiento? Chuquisaca. Y ¿cuál es el departamento que tiene la menor tasa global de fecundidad? Chuquisaca, con tal solo 1,8; esto llega a mostrar la coherencia y la concordancia”, destacó el director.
En tanto que, de nuevo bajo el indicador que considera a mujeres en edad fértil de 15 a 49 años, Potosí es el departamento con mayor tasa global de fecundidad con 2,8, según el Edsa 2023. Le siguen Beni con 2,7 y Cochabamba y Pando, cada uno con una tasa de 2,2. (Revisar infografía).
En todos los departamentos, y en el país, la tendencia es a la disminución. Bolivia pasó de una tasa de fecundidad de 4,2 hijos por mujer en 1998 a 2,1, en 2023.
Pero, ¿es esto algo negativo? En entrevista con La Razón, el representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) Bolivia, Pablo Salazar, explicó que en realidad el país está aún lejos de temer por una reducción de su población. “Es una preocupación legítima, pero que está muy lejos de ser una preocupación todavía para Bolivia. La población boliviana va a seguir creciendo los siguientes 50 años (…). Nada que preocuparse en que haya un invierno demográfico”, puntualizó.
CIFRAS
Indicó, más bien, cómo esto puede entenderse en el marco de derechos de las mujeres de decidir cuándo, cuántos y todos los aspectos sobre hijos que desean tener.
“Todas las reducciones de fecundidad siempre tienen que verse como un signo de empoderamiento de las mujeres, siempre y cuando, esa reducción de la fecundidad cierre la brecha entre la expectativa de la fecundidad y la fecundidad observada”, dijo.
Esto —detalló— se encuentra relacionado a la cantidad de hijos que una mujer desea tener y la cantidad de hijos que tiene.
“Al hacer esos promedios, por ejemplo, en Bolivia encontramos que la fecundidad observada en este momento es de 2,1 hijos por mujer, pero la expectativa de fecundidad es de 1,9. Eso quiere decir que todavía hay una brecha chiquita”, informó el representante.
La diferencia que ahora se observa en 0,2 entre la cantidad de hijos que desea y tiene una mujer, empero, esta brecha era mayor.
“Pero esta brecha, por ejemplo, en 2016 era de 0,8 hijos por mujer (…) y en 2008, el anterior Edsa, (la brecha) era de 1,4 hijos por mujer. Es decir, las mujeres, hace 17 años, era tener 1,4 menos hijos de los que realmente tenían, entonces algo hacía que no puedan cumplir con esa expectativa de lo que es su deseo de fecundidad y, por lo tanto, eso se puede interpretar como una brecha de derechos”, explicó Salazar.
FECUNDIDAD
Si bien la tasa global de fecundidad ha bajado tanto a escala nacional como departamental, también se ha ido reduciendo esta brecha. “Nosotros celebramos que la tasa de fecundidad, justamente por esta reducción de la brecha, sea específicamente una buena noticia en términos de mayor ejercicio de derechos de las mujeres en Bolivia”, destacó Salazar.
Y a qué puede deberse este fenómeno. El representante de Unfpa observó que, dado que la edad de inicio de la vida sexual incluso se ha reducido en el país, lo que implica más mujeres sexualmente activas, se considera que los métodos anticonceptivos son una de las piezas clave.
“Si vemos, por ejemplo, el nivel de uso de anticonceptivos entre las mujeres casadas y unidas entre 2008 y 2023 pasa de 34,6% a 49%, sube mucho el uso de métodos anticonceptivos. Y también para las mujeres que no están casadas y unidas, pero son sexualmente activas, pasa de 48% a 63%”.
Salazar indicó que una vez se tengan los resultados completos del Censo se podrá entender con detalle los comportamientos regionales, pero hay hipótesis.
Una de ellas es que la disponibilidad de métodos anticonceptivos puede variar entre regiones.
“No es el mismo acceso que tenemos en comunidades rurales al que tenemos en comunidades urbanas. No es el mismo acceso, probablemente, que vamos a tener en ciudades principales respecto a secundarias”, puntualizó.
Pero también pueden influir las preferencias y expectativas de las mujeres. “Muy probablemente, estas diferencias parten por, primero, temas relacionados con el acceso a educación y, después, acceso a los mercados laborales”, dijo.
Al igual, apuntó, se podría tratar de preferencias culturales, o términos de roles, y otros; subrayó se tratan de hipótesis en un tema que debe ser ampliamente estudiado.