En su primer discurso tras los comicios federales celebrados este lunes, el primer ministro canadiense reiteró que negociará con el presidente estadounidense “como lo hacen dos naciones soberanas”
Mark Carney llamó a la unidad nacional tras ganar en Canadá y advirtió que Trump “no nos quebrará” (REUTERS/Jennifer Gauthier)
(Con información de EFE)
Fuente: infobae.com
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El primer ministro de Canadá, Mark Carney, prometió gobernar “con todos los partidos y todos los territorios y la sociedad civil” en su primer discurso tras las elecciones federales celebradas este lunes, en las que el Partido Liberal obtuvo su cuarto mandato consecutivo.
Con el recuento aún en marcha, pero con resultados suficientemente claros como para descartar una alternancia de poder, Carney asumió el desafío de liderar un gobierno en minoría con un mensaje enfocado en la unidad nacional y en la defensa de la soberanía frente a las presiones externas.
“Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país, y no son amenazas gratuitas. El presidente Trump quiere quebrarnos para poseernos. Y eso no pasará, nunca jamás pasará”, proclamó entre aplausos en el acto de celebración en Ottawa, donde cientos de simpatizantes lo esperaron durante horas.
El nuevo jefe de Gobierno, que asumió el cargo apenas nueve días antes de convocar elecciones anticipadas, destacó su intención de liderar con pragmatismo en un Parlamento sin mayoría absoluta (REUTERS/Jennifer Gauthier)
Vestido con un sobrio traje azul y corbata, Carney evitó una celebración eufórica. Los resultados, aunque positivos, quedaron por debajo de las expectativas iniciales del partido. No obstante, el ambiente en la sala era festivo, con militantes entonando cánticos y aplaudiendo cada mención a la soberanía y la resiliencia del país.
“Estamos ante una nueva realidad, hemos superado el shock de la traición americana. Pero nunca deberíamos olvidar la lección: debemos cuidarnos a nosotros mismos, y sobre todo, cuidar los unos a los otros”, señaló.
El nuevo jefe de Gobierno, que asumió el cargo apenas nueve días antes de convocar elecciones anticipadas, destacó su intención de liderar con pragmatismo en un Parlamento sin mayoría absoluta.
Durante su discurso, reiteró que negociará con el presidente estadounidense, Donald Trump, “como lo hacen dos naciones soberanas”, y enfatizó que “Canadá tiene muchas, muchas otras opciones que los EEUU para lograr la prosperidad”.
Durante su discurso, reiteró que negociará con el presidente estadounidense, Donald Trump, “como lo hacen dos naciones soberanas” (REUTERS/Blair Gable)
Una parte importante de su intervención estuvo dirigida a los votantes de Quebec, cuyo respaldo resultó clave para inclinar la balanza electoral a favor del Partido Liberal, en detrimento del soberanista Bloque Quebequés.
“Durante esta campaña, los quebequeses me abrieron sus puertas y me dieron su confianza. Y estoy profundamente conmovido y por eso quiero daros las gracias”, expresó Carney en francés.
“La lengua francesa y la cultura quebequesa definen a este país, y yo voy a defenderla sin descanso”, añadió, al prometer trabajar junto a sus diputados electos en Quebec para impulsar políticas inclusivas y de desarrollo regional.
Carney también abordó las principales preocupaciones sociales, y se comprometió a responder a la grave crisis de acceso a la vivienda.
“Vamos a construir muchísimas casas cada año con una industria de la vivienda enteramente nueva que usará tecnología canadiense, trabajadores cualificados canadienses y madera canadiense”, anunció, subrayando además su intención de relanzar la industria nacional.
Carney también abordó las principales preocupaciones sociales, y se comprometió a responder a la grave crisis de acceso a la vivienda (REUTERS/Blair Gable)
El resultado electoral confirmó una recuperación inesperada del Partido Liberal, que meses atrás parecía encaminarse a una derrota segura.
La renuncia de Justin Trudeau y la designación de Carney marcaron un punto de inflexión, junto con el efecto movilizador de las declaraciones del presidente Trump, que incluyeron amenazas de anexión y comentarios sobre la soberanía canadiense.
“Es hora de poner fin a las divisiones y los rencores del pasado”, dijo Carney al concluir su intervención, marcando el tono que pretende imprimir a su gestión: un equilibrio entre el diálogo interno y la defensa externa de los intereses del país.