En su homilía, René Leigue indicó que más de 3.000 niños y adultos mayores viven actualmente en 75 hogares en Santa Cruz, muchos de ellos sin apoyo estatal.
Ariel Melgar Cabrera
Fuente: eldeber.com.bo
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
“En este tiempo seguro que vamos a escuchar hablar de todo, menos de ellos, porque no les sirven todavía a aquellas personas que necesitan un voto. Ellos son niños y no votan por eso no se los tiene en cuenta”. Con esa contundente frase, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, denunció durante la misa de Jueves Santo, el abandono en el que se encuentran los hogares de acogida en el departamento. También criticó la indiferencia de las autoridades hacia los más vulnerables.
En su homilía, Leigue indicó que más de 3.000 niños y adultos mayores viven actualmente en 75 hogares en Santa Cruz, muchos de ellos sin apoyo estatal. Agregó que 34 centros son administrados por la Iglesia Católica en los que se acoge a unos 1.300 menores. “Últimamente no estamos teniendo apoyo. Yo no sé hasta cuándo vamos a aguantar con esto”, lamentó.
El arzobispo recordó que el origen del deterioro en la atención a estos hogares se remonta a la implementación del doble aguinaldo, una política que golpeó severamente su sostenibilidad. “Desde ahí empezó todo el problema”, subrayó.
Llamado a vivir el Evangelio con hechos
A lo largo de su mensaje, Leigue insistió en que la conmemoración del Jueves Santo no debe limitarse a un acto ritual. Inspirado en el gesto de Jesús al lavar los pies a sus discípulos, por lo que instó a los católicos a vivir el amor al prójimo con compromiso: “Amarse, respetarse, perdonarse. Eso significa lavarse los pies unos a otros”.
El monseñor pidió a los fieles que sus visitas a los monumentos esta noche tengan un propósito más profundo: “No debe ser solo una caminata o cumplir con una tradición. Pidan al Señor ser personas buenas, honestas, respetuosas, que amen la vida y se respeten entre ustedes”.
Leigue también se dirigió a los laicos, a quienes exhortó a involucrarse activamente en la vida de sus parroquias y en el acompañamiento de los sacerdotes. “Oren por los sacerdotes, anímenlos. Si lo ven tristes o saben que no están haciendo bien las cosas, acérquense. Nosotros también aprendemos de ustedes”, afirmó.
Incluso, se mostró abierto a la corrección: “Los obispos también esperamos la corrección de ustedes. Aprendemos cada día. No lo sabemos todo. Ayudémonos unos a otros”, cerró el religioso.