Publicar encuestas favorables desestimula a los votantes de quien aparece como seguro ganador, que se activan solo cuando ven que está en riesgo lo que prefieren. Nunca hubo en Ecuador una concentración tan grande de consultores, comedidos y militantes de tantos países, reunidos para ayudar a la candidata correísta Luisa González, que obtuvo en el balotaje el mismo 44% de la primera vuelta y fue ampliamente derrotada por Daniel Noboa. Aunque sobre el dinero, no es aconsejable reunir a tantos generales. Los jóvenes que hace veinte años ofrecieron en Ecuador acabar con el pasado y “la partidocracia” cantando “hasta siempre comandante” han caducado. Correa, Evo, Maduro, Ortega, Cristina, fueron.
Fuente: Perfil.com
En las elecciones ecuatorianas, la candidata correísta obtuvo en la segunda vuelta casi los mismos votos que en la primera. Le habría ido mejor con menos dinero para viralizar sus equivocaciones o si no hacía campaña. Daniel Noboa consiguió en la primera vuelta el 44% de los votos, pasó al 56% en la segunda. Luisa González tuvo en ambas ocasiones el 44%. Un caso semejante al de las eleciones argentinas de 2019, en las que Alberto Fernández sacó en las PASO el 48% de los votos, frente al 31% de Macri. En la primera vuelta Alberto repitió su 48%, mientras Mauricio subió al 40%.
En ambas ocasiones se ratificó lo dicho en nuestros libros: publicar encuestas favorables desestimula a los votantes de quien aparece como seguro ganador, que se activan solo cuando ven que está en riesgo lo que prefieren. De estas elecciones se desprenden lecciones que tienen que ver con el análisis de la política en la sociedad actual.
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Bastantes quisieron ayudar para que triunfara Rafael Correa, el líder más preparado del “socialismo del siglo XXI”. Nunca hubo en Ecuador una concentración tan grande de consultores, comedidos y militantes de tantos países, reunidos para ayudar a Luisa, pero aunque sobre el dinero, no es aconsejable reunir a tantos generales. En un avión, no es bueno meter en la cabina diez capitanes porque eso puede producir un desastre. Es mejor tener un capitán preparado y con experiencia. En la multitud de consultores de Luisa, nadie tenía experiencia en campañas presidenciales, excepto un grupo brasileño de publicistas, que ayudó a que la catarata de errores estuviera bien presentada.
Antiguamente se decía que la pared y la muralla son papel de la canalla. Con el desarrollo de internet y la inteligencia artificial, el papel creció. En la próxima etapa todas las campañas van a ser más sucias, pero en esta campaña comprobamos que la basura no convoca al votante. Algunos, estimulados por el anonimato de la red y el clima conspirativo que se ha implantado, creen que para ganar las elecciones hay que acusar y calumniar. La millonaria campaña del correísmo atacó a Noboa y a todos los miembros de su familia de la manera más baja en las redes.
Mientras enlodaban la campaña, pretendieron instalar una imagen positiva de su candidata, diciendo que “el cambio tiene rostro de mujer”. No definir claramente la identidad de la candidata es un error estratégico. Cuando colaboramos con candidatas como Marina Silva en Brasil en 2010, o María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires en 2015, participamos de campañas positivas, que comunicaban que eran dirigentes valiosas, “madres leonas”, mujeres pero firmes. Ninguna de ellas hizo campaña sucia.
Las experiencias de Milei y Trump confundieron a la asamblea de consultores. La idea de que Trump y Milei ganaron porque son violentos los llevó a la conclusión de que su candidata debía ser vulgar. En el debate, intentaron copiar la campaña de Guillermo Lasso cuando instaló el meme drop “Andrés, no mientas otra vez”, con una candidata desencajada que le decía constantemente “mentiroso” a Noboa. No han estudiado el concepto. Un meme drop como el de Bernie Sanders en la posesión de Byden, el de Trump con los haitianos comiendo perros y gatos o el que usó Lasso con Arauz suponen pensamiento lateral, humor, inteligencia, no insultos callejeros. Los berrinches de Luisa no instalaron nada y le hicieron daño.
Noboa supo usar la broma. En chats con dirigentes del partido, Correa había usado el nick “ají picante”, Luisa el de “rana René”. Noboa bromeó con eso y produjo una avalancha de memes que repitieron el apodo. Esa es la esencia del meme drop: algo divertido que se instala en la población. Jugó también con la frase “Luisa desdolariza”, que aludía a un tema sensible: la dolarización tiene el apoyo del 90% de la población y el correísmo siempre quiso terminar con ella.
Luisa hizo un anuncio imprudente: dijo que si era elegida reconocería y apoyaría a Maduro. En Ecuador viven cientos de miles de venezolanos que huyeron de su país por el hambre, muchos mendigan una moneda en los semáforos de las ciudades. Cuando la candidata dijo que en Venezuela se vive una democracia plena y en Ecuador una dictadura, consolidó su imagen de poco inteligente. Anunció además que armaría una red de espías que vigilen a la población como en las peores etapas del estalinismo, asustando a la clase media. El resultado fue que Noboa subió en la ciudad de Quito del 48,44% en la primera vuelta al 62,11% en la segunda.
Algunos suponen que los indígenas deben ser de izquierda y votar por el correísmo. Esa superstición se desmiente con datos concretos. Los indígenas han votado siempre contra Correa, porque los persiguió de manera brutal. Si revisamos cifras concretas, constataremos que en las tres últimas elecciones apoyaron masivamente a Lasso y a Noboa. En la cúpula nacional de la organización indígena se mantiene un grupo mariateguista ideologizado, pero la mayoría de sus miembros tiene otros puntos de vista. He tenido la suerte de tratar bastante tanto con indígenas de altura como con los shuar. Tienen diversas costumbres, una enorme riqueza cultural, y sus intereses son más modernos que las ideas de Mariátegui.
Existen 14 pueblos y 18 nacionalidades que pesan bastante en cinco provincias. En todas ellas, Noboa obtuvo un triunfo abrumador: en Chimborazo el 70%, en Cotopaxi el 63%, en Tungurahua el 79%, en Bolívar el 68%, en Morona Santiago el 71%, en Napo el 73%.
El 13 de abril el correísmo sufrió la derrota más estrepitosa de su historia. En las elecciones de primera vuelta de 2021 ganó las elecciones con el 52% frente a un 19% de Lasso, en 2023 Luisa González sacó el 34% frente al 23% de Noboa. En 2025, por primera vez en el siglo, salió segundo. En la segunda vuelta de las dos últimas elecciones, el correísmo perdió la presidencia por cuatro puntos. En 2025 fue derrotado por doce puntos.
Ecuador tiene 24 provincias. En la segunda vuelta Luisa González ganó en cinco, con márgenes modestos. Noboa ganó en las otras 19 provincias, a veces con diferencias enormes, en especial en las más pobladas, Pichincha y Guayas, y en las ciudades de Quito y Guayaquil.
En la primera vuelta electoral se eligió a los miembros del Congreso, en donde el correísmo fue el bloque mayoritario durante dos décadas. Este año sus legisladores se incrementaron de 51 a 67, mientras el partido de Noboa pasó de 14 a 66. Lo probable es que la mayoría de los nueve diputados de Pachakutic y de los cuatro socialcristianos se plieguen a Noboa. Por primera vez en 18 años, un gobierno no correísta contará con mayoría propia en la cámara.
Noboa asumió la presidencia a los 35 años, es el presidente más joven de la historia ecuatoriana. Nació en Miami, en una familia de exportadores de banano. Su abuelo y su padre fueron, en su momento, los hombres más ricos del país. Se ha preparado académicamente para ser presidente. En 2010 se graduó en Administración de Negocios en la Universidad de Nueva York, en 2019 consiguió una maestría en Economía en la Kellogg School of Managment, después una maestría en Administración Pública en Harvard y finalmente una maestría en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica en la Universidad George Washington.
No se identifica con la derecha ni con la izquierda, se considera de centro. Según Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Daniel se crio en la casa de su familia. El ministro de Trump fue padrino de primera comunión de su hermano Santiago Noboa Azim.
La mayoría de los presidentes argentinos no han hablado inglés. Ha sido difícil que desarrollen una amistad cercana con mandatarios norteamericanos, con los que no comparten un idioma común. Mauricio Macri pudo llevar adelante su brillante política internacional, entre otras cosas, porque era políglota. Noboa no solo habla inglés, sino que se crio en la clase alta norteamericana, conoce sus usos y costumbres. Tiene amistades que pueden ayudarle en su gestión.
Las encuestas serias encontraron siempre a Noboa con una pequeña ventaja sobre González. Los estudios de las últimas semanas registraron una evolución positiva de la imagen de Noboa y de las diferencias semánticas con Luisa. Esas variables, más importantes que los números de la simulación, permitían tener una expectativa positiva. La encuesta aplicada por Informe Confidencial, el sábado anterior a las elecciones, encontró que un 18% de los electores estaba indeciso entre los que apoyaban a ambas candidaturas. Parte del 10% que votaba por Luisa y estaba indeciso fue a Noboa.
Correa, al igual que el cristinismo en Argentina, han respetado los resultados electorales, aunque las distancias con sus contrincantes fueran pequeñas: dos puntos en el caso de Macri, cuatro con Lasso y cuatro en la primera elección de Noboa.
En esta ocasión, sin el apoyo de su partido ni de sus alcaldes más importantes, de Quito y Guayaquil, Luisa y Correa, influidos por sus asesores, dijeron que la paliza fue fruto de un fraude. Ninguno de los cien observadores internacionales encontró una anomalía, nadie salió a la calle para protestar por el resultado. Se hizo eco de la denuncia solo el mayor experto en fraudes del continente, Nicolás Maduro.
El tiempo se ha acelerado. Los jóvenes que hace veinte años ofrecieron en Ecuador acabar con el pasado y “la partidocracia” cantando “hasta siempre comandante” han caducado. Hoy lucen como viejos amargados, que viven insultando y defendiéndose en juicios interminables. Varios están condenados y se encuentran presos o prófugos de la Justicia. Tienen ideas y actitudes anacrónicas, basadas en teorías conspirativas. Cuando averiguamos cuántos usuarios entran a la red para escuchar su música y unirse a sus protestas, nos damos cuenta de que se quedaron en otro tiempo.
Correa, Evo, Maduro, Ortega, Cristina, fueron. La gente no compra casetes, aprende a usar la inteligencia artificial. Deberían permitir que aparezcan líderes de nuevas generaciones.
Fuente: Perfil.com