Por la crisis, el salario mínimo de Bs 2.750 sólo tendrá un poder adquisitivo de Bs 900, según especialista


La medida, dada a conocer la víspera por el gobierno boliviano, contempla un “incremento” del 10% al salario mínimo nacional y un 5% al salario básico, aplicable principalmente a cuatro sectores del aparato estatal: Salud, Educación, Policía y Fuerzas Armadas

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Foto ilustrativa.

Fuente: ANF / La Paz

 



En medio de la crisis económica que atraviesa Bolivia, el reciente incremento al salario mínimo nacional (SMN) anunciado por el Gobierno generó críticas de expertos, analistas y el sector empresarial. El investigador Bruno Rojas, especialista en temas laborales, advirtió que el nuevo SMN de 2.750 bolivianos tendrá en realidad un poder adquisitivo equivalente a apenas 900 bolivianos, debido al constante aumento en los precios de productos básicos.

“Su poder adquisitivo será apenas de alrededor de 900 bolivianos en un escenario de constante incremento de los precios de la canasta básica familiar”, escribió Rojas en sus redes sociales, en un breve análisis crítico sobre el reciente anuncio gubernamental realizado junto a la Central Obrera Boliviana (COB).

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La medida, dada a conocer la víspera, contempla un “incremento” del 10% al salario mínimo nacional y un 5% al salario básico, aplicable principalmente a cuatro sectores del aparato estatal: Salud, Educación, Policía y Fuerzas Armadas. Sin embargo, Rojas sostiene que no se trata realmente de un aumento salarial, sino de una reposición insuficiente frente a la inflación acumulada.

“En principio, me parece pertinente señalar que no se trata de un incremento, sino de una reposición parcial de los salarios, mucho más en el contexto actual de crisis económica y de elevada inflación en el que los salarios perdieron significativamente su poder adquisitivo”, explicó el especialista.

Según Rojas, los salarios reales en Bolivia se contrajeron a menos de 1.500 bolivianos, mientras que las utilidades de los sectores empresariales se mantuvieron en niveles elevados.

Los empresarios, por su parte, manifestaron su desacuerdo con las medidas. A través de distintos voceros, demandaron el congelamiento salarial o, en el mejor de los casos, un leve incremento al salario básico.

“Como ya es habitual, advirtieron con despidos, mayor desempleo, informalidad y consecuencias ‘extremas’ para los sectores productivos”, apuntó Rojas.

El especialista también fue enfático en señalar que los verdaderos causantes de la actual crisis no son los trabajadores ni sus salarios, sino factores estructurales en los que el empresariado tiene gran responsabilidad.

“Las reposiciones salariales de ninguna manera son causa de efectos adversos en toda esta situación. Es más, no provocan inflación, algo que cualquier estudiante de economía lo sabe”, subrayó.

Para ejemplificar cómo se ha distorsionado el debate público en torno al aumento salarial, Rojas mencionó el caso del pan en Santa Cruz. “El pan de batalla subió la unidad a un boliviano y este aumento no se debe para nada a los salarios. Más claro, no es posible”, indicó.

Rojas cuestionó duramente el rol que está cumpliendo la COB, organización que históricamente representa a los trabajadores, pero que en los últimos años se ha sumido en el prebendalismo.