Por qué los aranceles de Donald Trump no acercarán a China y Europa


Tensiones comerciales, diferencias estructurales y desconfianza mutua frenan cualquier acercamiento duradero entre Bruselas y Beijing

El jefe del régimen chino,

El jefe del régimen chino, Xi Jinping, durante un encuentro con representantes diplomáticos extranjeros en Beijing, China el pasado 28 de marzo (Reuters)

 



Fuente: infobae.com

La imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos bajo la administración del presidente Donald Trump no conducirá a una alianza más estrecha entre el régimen de China y la Unión Europea (UE), a pesar del deterioro de las relaciones comerciales entre Washington, sus socios europeos y Beijing, según expertos consultados por CNBC.

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No veo a la UE y China unirse contra EE.UU.”, afirmó Max Bergmann, director del Programa Europa, Rusia y Eurasia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Aunque ambas potencias podrían estar abiertas a una mayor interacción a nivel geopolítico, Bergmann señaló que existen diferencias económicas fundamentales que dificultan una colaboración profunda.

El especialista destacó que la posibilidad de alineación económica entre China y la UE es limitada, dado que ambas economías se basan en las exportaciones y compiten directamente en sectores clave como el automotriz y las tecnologías limpias. “Habrá interés en ambas partes, pero también grandes limitaciones prácticas. A menos que China haga concesiones importantes, veo difícil que la UE se alinee con una estrategia de mayor acercamiento”, declaró.

Relaciones tensas entre la UE y China

A pesar de que el régimen conducido con mano de hierro por Xi Jinping es uno de los principales socios comerciales de la UE, las relaciones bilaterales han estado marcadas por investigaciones y represalias vinculadas al comercio.

Europa ha acusado reiteradamente a Beijing de subvencionar sectores estratégicos como los vehículos eléctricos, las baterías, y el acero y aluminio, distorsionando la competencia internacional.

El año pasado, la Comisión Europea impuso aranceles a los vehículos eléctricos chinos, lo que desencadenó medidas recíprocas por parte de Beijing, incluyendo investigaciones por presunto “dumping” a las exportaciones europeas de carne de cerdo y coñac, así como una pesquisa por subsidios a productos lácteos procedentes de Europa.

Pero los desacuerdos no se limitan al comercio. Según Carsten Nickel, director general de la consultora Teneo, existen diferencias estructurales entre ambos bloques que trascienden el contexto estadounidense. “Tienen que ver con el problema no resuelto del exceso de capacidad industrial en China, con las preocupaciones en el Parlamento Europeo sobre derechos humanos y con el respaldo chino a Rusia en el conflicto con Ucrania”, explicó.

Por su parte, Ian Bremmer, fundador y presidente del grupo Eurasia, apuntó a una “profunda desconfianza europea” hacia China en ámbitos como la propiedad intelectual, la vigilancia tecnológica y las políticas industriales. “Eso no desaparece aunque EE.UU. se vuelva un adversario”, aseguró.

Intentos de acercamiento

Algunos analistas consideran que China podría aprovechar el enfriamiento de los lazos transatlánticos para estrechar relaciones con Bruselas. “China verá una oportunidad para debilitar la alianza transatlántica y acercarse a Europa”, sostuvo Bergmann del CSIS.

Desde el lado europeo, algunos sectores evalúan una estrategia de equilibrio entre Washington y Beijing, en busca de concesiones chinas en apoyo a la industria de defensa rusa o en términos de apertura comercial. En semanas recientes, ambos actores han dado pasos hacia una mayor interlocución.

El presidente del gobierno de

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez y el jefe del régimen chino, Xi Jinping hablan durante un paseo por los jardines de la Casa de Huéspedes Diaoyutai tras una reunión en Beijing, China, este 11 de abril de 2025 (AP)

El jueves pasado, trascendió que China y la UE estarían explorando la posibilidad de establecer precios mínimos para los vehículos eléctricos chinos, en lugar de mantener los aranceles actuales. El viernes, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió en Beijing con el jefe del régimen chino Xi Jinping y abogó por una relación más equilibrada. En España se especula que lo de Sánchez es más un juego de política interna que una verdadera posibilidad de acercamiento.

A comienzos de esta semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, conversó telefónicamente con el primer ministro chino Li Qiang, señalando la necesidad de que Beijing contribuya a evitar desvíos comerciales derivados de los aranceles, según un comunicado oficial. El tono empleado por la UE fue “más suave” de lo habitual, comentó Nickel.

 


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