Votaré por el candidato que se comprometa con el turismo


 

La expresión “gota que horada la piedra”, se refiere a la persistencia y tozudez con la que se arremete una causa y de manera insistente y parsimoniosa se repite hasta que perfora la voluntad más reactiva. El objetivo debe ser necesario y no se valorará plenamente por la sencillez de su contenido y la simpleza de su objetivo, hasta que aparece su resultado, obvio y contundente, que obliga a decir, “¿cómo fue que no lo hice antes?”.



Ese es el turismo en nuestra vida cotidiana, cuando la evidencia muestra que podrían ingresar anualmente 3.500.000 de dólares, repartidos en todo el territorio, si empezamos a modificar nuestra inveterada costumbre de bloquear caminos como deporte nacional.

Existe otro valor fundamental que viene acompañado del turismo, y es la cohesión social. La Inteligencia Artificial la define como “la capacidad de una sociedad para generar vínculos de solidaridad y pertenencia entre sus miembros. Se trata de un indicador de la integración de la ciudadanía a su comunidad” que se ve acompañada de relaciones recíprocas, respetuosas y generosas que demandan confianza mutua, cooperación y la identificación con la comunidad que se integra. Dice que fortalece la confianza en las instituciones, el multiculturalismo y no discriminación, la solidaridad, la participación social, el interés por la política y la valoración de la democracia. Fíjese, corresponden a todas las condiciones de las que carecemos por un trabajo igualmente sostenido, esta vez perverso y deplorable.

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Cuando se relaciona Cohesión Social con Turismo, se obtiene una fórmula virtuosa que obliga a más de 20 actores relacionados directamente con la actividad, que tienen que trabajar en consecuencia, pues si uno de ellos falla, rompe la cadena y perjudica a todos los demás. Transporte, hotelería, gastronomía, artesanía, senderismo, servicios auxiliares, y continúa la lista, son beneficiarios en diferentes proporciones del excedente económico y simbólico que genera.

La Cohesión Social es, además, una virtud humana a la que se llega como consecuencia de un dolor, individual o colectivo, que desemboca en Resiliencia, o mediante inteligencia, como producto de raciocinio y discernimiento. La pandemia del COVID no sirvió para lograr cohesión social a pesar del año que debimos estar restringidos en nuestra libertad; apenas concluyó, volvimos a las prácticas criticables en algunos casos, con otras más que reprochables frente a brotes inaceptables de corrupción en medio de las necesidades y el dolor. Otras sociedades tienen en las tragedias, las guerras, las conflagraciones, los eventos extremos de la naturaleza, como un facilitador de cohesión. Frente a un terremoto, desaparece la inquina o malquerencia contra mi vecino, pues estoy obligado a actuar en conjunto para que la tragedia no sea mayor.

Cuando se llega a ella por la inteligencia, quiere decir que los actores aceptan hacer las cosas de una manera distinta por el resultado que se busca y la gratificación que se recibe. Los 94 millones de turistas que visitaron España el año 2024 y los 123.000.000 de dólares que produjeron, es un dato concluyente. O los 11.000.000 de turistas que visitaron República Dominicana el mismo año, número similar a la población de la isla, y cuyo visitante emblemático, fue recibido en el aeropuerto por las autoridades en señal de júbilo. O el millón y medio de promesantes que recorren el Camino de Santiago y que, al pasar por Carrión de los Condes, en la mitad del Camino, son saludados personalmente por el alcalde José Manuel Otero, cuando llegan al final del día a recuperar fuerzas.

Por eso necesitamos cohesión social para aprovechar lo que el mundo ve en nosotros, el destino número 7 sobre 75 países, por las características de tranquilidad de nuestro territorio. Por eso necesitamos que el turismo se convierta en política pública para alentar la cohesión social y nos permita incorporarlo al debate nacional que ayude a superar la descoordinación territorial, la ausencia de un administrador del territorio, las limitaciones a la competitividad, la necesidad de desarrollo masivo de capacidades y el cambio de patrón de protesta social.

Para eso organizamos el II Encuentro de Ciudades Intermedias, Hacia una Bolivia Turística y comprobamos una vez más el compromiso que existe de los actores que decidieron sus energías y recursos para alcanzarlo. Por eso agradecemos tanto a quienes nos apoyan para seguir en el empeño.

En las elecciones, votaré por el candidato que se comprometa con el turismo.


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