El mundo del trabajo está cambiando. En los últimos años, la percepción del bienestar laboral y la salud mental ha evolucionado significativamente; y ha dejado de ser un tema secundario para convertirse en un factor estratégico dentro de las organizaciones. Hoy, las empresas que apuestan por el desarrollo empresarial responsable entienden que la productividad y el bienestar no son fuerzas opuestas, sino complementarias.
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El equilibrio entre la vida personal y profesional, el acceso a programas de salud mental y la creación de entornos laborales saludables son claves para la sostenibilidad de cualquier organización. Un equipo motivado y en buenas condiciones no solo es más productivo, sino también más comprometido con la visión de la empresa.
Un ambiente laboral que descuida el bienestar de sus empleados es fácil de detectar: altos niveles de rotación, ausentismo, desmotivación y un clima organizacional tenso son síntomas claros de que algo no está funcionando. Ante este panorama, los líderes tienen un papel fundamental en la construcción de una cultura de bienestar. Su responsabilidad no solo radica en establecer políticas, sino en predicar con el ejemplo, fomentando la comunicación abierta y asegurando que el bienestar no sea solo un discurso, sino una realidad dentro de la organización.
Las compañías más competitivas han adoptado estrategias para mejorar el bienestar sin afectar la productividad. Entre ellas, destacan el trabajo flexible, el liderazgo empático y el acceso a herramientas tecnológicas que permiten medir y mejorar el clima organizacional.
La pandemia marcó un punto de inflexión. Muchas empresas comprendieron que el bienestar de sus equipos no era un gasto, sino una inversión estratégica. Normativas como la ISO 45003, que establece directrices para la gestión de riesgos psicosociales en el trabajo, reflejan esta nueva realidad. La salud mental no es un tema opcional, sino un elemento clave en la retención del talento y la construcción de marcas empleadoras atractivas.
Si bien el trabajo remoto y los modelos híbridos han traído beneficios evidentes, como la reducción del estrés por traslados y la mayor autonomía de los empleados; también generaron desafíos, como el aislamiento y la dificultad para desconectarse. La clave está en diseñar políticas claras que equilibren la flexibilidad con la cohesión del equipo, asegurando que los colaboradores cuenten con las herramientas y el apoyo necesario para un desempeño óptimo.
El avance tecnológico permite la creación de herramientas especializadas en la medición del bienestar laboral. Plataformas de encuestas, aplicaciones de salud emocional y soluciones basadas en inteligencia artificial ayudan a detectar riesgos de burnout y permiten que las empresas tomen decisiones informadas para mejorar su entorno laboral.
En un mercado cada vez más competitivo, apostar por el bienestar laboral no solo es una cuestión ética, sino también estratégica. Las empresas que entienden que el desarrollo empresarial responsable y el bienestar social van de la mano no solo logran mejores resultados, sino que contribuyen activamente a la construcción de un futuro más equilibrado y sostenible.
Mónica Dupleich, CEO de BM Group
La autora es boliviana, experta en gestión y administración de talento humano y fue incluida en la lista Staffing 25 Latin America 2025 de Staffing Industry Analysts.