Bolivia tan cerca de León XIII


 

Nacido en Potosí, Francisco Argandoña Revilla no fue un hombre común. Brillante profesional, destacó en la explotación de la plata de Huanchaca (Pulacayo) y como exportador del precioso metal acumuló una fortuna al constituirse en el principal propietario del yacimiento, cuya explotación mejoró, superó al punto de convertirse en un magnate.



Destacó entre los empresarios, contrajo matrimonio con Clotilde de Urioste sucrense y juntos escalaron vía diplomática altos cargos en Europa especialmente. Francisco fue el Primer Plenipotenciario ante el Zar de Rusia, su actuación destacó por su brillo y efectividad, al punto que los sucesivos gobiernos le acreditaron ante Francia desde donde irradió su labor diplomática en favor de los intereses de Bolivia. Los esposos Argandoña no tuvieron hijos, quizá por ello, su atención la pusieron en niños desamparados a los que brindaron educación, creando sendos establecimientos con apoyo de la Iglesia Católica en las principales ciudades. Su fama llegó a Roma y el famoso Pontífice León XIII, paladín de la doctrina social del catolicismo, convocó a la pareja al Vaticano y fue el 28 de diciembre de 1898, 21 años de su mandato que hizo de Francisco y Clotilde «Príncipes de La Glorieta», lo que muestra la cercanía de nuestra Patria con el Santo Padre, distinción única, jamás concedida a ningún otro país. El otro gesto fue la formación de una pléyade de universitarios como Remo D´Natale, Benjamín Miguel, Luis Ossio, José Bustamante, Jorge Derpic, otros dentro de los parámetros de la Rerum Novarum en un evento continental que, desde Santiago de Chile, sirvió de fundamento de la Democracia Cristiana.

Los príncipes encomendaron al arquitecto Antonio Camponovo edificar La Glorieta, el Palacio de su residencia a sólo 5 kilómetros de Sucre, obra monumental de exquisita factura romántica e historicista, como calificaron los esposos Meza, calificados para recomendar el patrimonio cultural de Bolivia.

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Agradecer al sitio Web Historias de Bolivia. Oxígeno.bo que cita abundante referencias sobre los Argandoña y su obra diplomática y cultural. Francisco murió relativamente joven debido a una intoxicación alimenticia en París el 27 de agosto de 1910, su esposa 23 años más tarde. Lamentar que los sobrinos en número de 40 entre Potosí y Sucre, no tuvieran el acierto de preservar el invalorable patrimonio que legaron los príncipes. La Glorieta terminó siendo una Academia Militar bajo el Gobierno de René Barrientos tutelado por las FF.AA. Imposible dejar de leer, entre otros, a Roberto Querejazu que siendo diplomático en Europa recogió invalorable testimonio del trabajo de los Argandoña.