Conductores exigen el despacho inmediato de carburantes, mientras el Gobierno promete regularizar el abastecimiento.
Fuente: Brújula Digital
Cansados de esperar por horas y hasta un día para conseguir combustible, transportistas decidieron bloquear este viernes la calle 0 de Obrajes, una de las principales vías de ingreso a la zona Sur de La Paz. Los conductores que hacían fila en el surtidor ubicado en esa vía giraron sus vehículos y tomaron los tres carriles de circulación. Anunciaron que mantendrán la medida hasta que llegue una cisterna que abastezca a todos.
Las rutas alternas como la avenida Kantutani y el ingreso por Alto Obrajes quedaron congestionadas, lo que afectó la circulación vehicular hacia el Sur de la ciudad.
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El desabastecimiento se arrastra desde hace tres semanas. En el surtidor Volcán, en el centro de la ciudad, una cisterna recién llegó la tarde de este viernes, después de que los choferes esperaran por más de 24 horas. Muchos de ellos durmieron en el lugar para no perder su turno y lamentaron no poder salir a trabajar.
«Un día perdido»
A lo largo de la ciudad, la crisis del combustible se refleja no solo en el caos vehicular, sino también en los testimonios de quienes sufren la escasez todos los días. “Vengo a cargar diésel a las 6 de la mañana y salgo como a las 5 o 6 de la tarde, cuando llega el combustible. Así que es un día peleado”, relató un trufista que esperaba en la zona Norte.
Un camionero señaló que deben cargar “día por medio o cada dos días, pero eso significa perder un día entero. No hay otra”. En el sector de transporte público, un taxista lamentó que su jornada se divida entre hacer fila y perder pasajes: “Cargamos un día entero y perdemos un día de trabajo. Como los pasajeros no quieren pagar más, los viernes venimos a hacer fila para poder trabajar el fin de semana”.
La situación es similar para los minibuseros. “Nosotros cargamos todos los días. Con los sindicatos nos turnamos, pero igual se pierde medio día o el día completo”, contó un conductor de la zona Villa Fátima.
Los vehículos particulares también se ven afectados. “En el trabajo nos dan permiso, pero también a veces tiene que venir mi hijo o mi papá para hacer la fila por turnos”, relató un vecino de Miraflores. Una mujer que solo utiliza su vehículo para llevar a sus hijos al colegio confesó: “Ya estoy pensando en dejar de usarlo porque esta fila es una tortura”.
Otro conductor particular agregó: “Hoy vine con mi hija a hacer fila. Es cansador, pero no tengo opción. Alguien tiene que venir si queremos movernos, nos intercalamos para quedarnos y trabajar”.
Los trabajadores que dependen directamente del uso del vehículo también sufren. “Yo tengo que trabajar con la moto todo el día, pero a veces paso más tiempo en la fila que repartiendo. Hay días que no trabajo”, explicó un motociclista de delivery.
Un chofer de flota denunció que deben cambiar rutas o reprogramar viajes: “Si no cargamos, no salimos”.
“Si no cargo, no puedo salir a vender. Y si paso el día acá, no vendo. Es una pérdida doble”, expresó por su parte un conductor de un auto de comida.
Descarga en puertos
Ante la crisis, el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo, informó el jueves que comenzó la descarga de al menos tres buques que se encontraban en puertos de Chile y Perú. Se trata de 120 millones de litros de combustible que comenzarán a llegar al país en cisternas entre el viernes y sábado.
Explicó que seis buques estaban varados en la terminal de Sica Sica (Arica) por efecto de las marejadas. En total, se espera la llegada de 190 millones de litros.
Este martes, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) anunció que también utilizará el puerto de Mejillones (Antofagasta) para agiliz