El dólar cada día sube de valor, ya pasó la barrera de los 15 bolivianos y el ingreso de las empresas públicas en las transacciones virtuales presionará más el precio.
Fuente: El Diario
De un tiempo a esta parte se observa que el consumo subió, pero no porque la economía este bien, sino por la devaluación acelerada de la moneda nacional. La gente en vez de dejar sus ahorros en los bancos más bien compra bienes, para reducir la pérdida de valor, a pesar de ello las ventas son bajas.
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Los bienes entendidos como muebles o inmuebles, pero la gente prefiere comprarse un vehículo que ver su dinero devaluarse.
La inflación reduce el poder adquisitivo de los bolivianos y con respecto al dólar ya se registra una devaluación cambiaria en más del 100%, pues de pasar de un tipo de cambio oficial de 6,96 bolivianos por divisa, ahora el valor supera los 15 bolivianos.
Algunos economistas señalan que la gente va a cuidar su dinero al adquirir bienes, como carros, casas, entre otros, con el objetivo de cuidar el poco patrimonio que le queda.
En sus redes sociales, el analista económico Gonzalo Chávez sugiere a las personas que preguntan en que puede invertir, en algunos casos sugiere compra de inmuebles, pero también plantea adquirir monedas más fuertes.
Ya en su momento, el exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, dijo a El DIARIO, que la ciudadanía va modificando sus hábitos de compras y ahora destinan más sus recursos a la compra de alimentos y medicinas, debido a que el dinero ya no les alcanza.
A principios de abril, Espinoza escribió en su cuenta @g_espinoza: “A este ritmo (de inflación), Bolivia cierra el 2025 con una inflación mayor al 21%. Es cierto, el gobierno de Luis Arce es un gobierno sin futuro, pero al menos debería preocuparse un poquito por la terrible herencia que está dejando”.
Inflación y controles
Como se recordará, la inflación terminó el 2024 con una cifra de 9,97%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero los economistas indican que el porcentaje fue mayor. La cifra anual a marzo pasó el 14%, mientras en el mismo período, los alimentos superaron el 20%.
En el mercado nacional, el precio de los alimentos sube, a pesar de las restricciones a la exportación de carne y soya, los controles de precios, los valores de los productos siguen su tendencia alcista.
Dólares
El que provocó una distorsión del mercado y el alza de los productos en el mercado nacional, fue el Gobierno, que desde el 2023 rompió el tipo de cambio fijo al establecer un monto especial para comprar dólares a los exportadores, por encima del oficial.
Desde ese año, la escasez de dólares fue agudizándose, hasta el punto de que provocó la creación del mercado paralelo, en donde la divisa se encuentra a un precio superior al oficial. Espinoza ya lo dijo, no habrá un dólar a 6,96 bolivianos.
Ese panorama redujo el valor del boliviano. Se compraba con 6,96 bolivianos un dólar, al tipo de cambio oficial, aunque sigue pero sólo en las estadísticas, ahora la unidad de la divisa estadounidense tiene un costo de 15 bolivianos y las proyecciones apuntan a que termine costando 30 bolivianos.
Salario
Por otra parte, el Gobierno y la Central Obrera Boliviana (COB) determinaron un incremento salarial de 10% al mínimo nacional y 5% al básico, sin tomar en cuenta la crisis por la que atraviesa el país y la situación de las empresas, provocando una reducción del personal en algunos emprendimientos económicos.
“En Bolivia te suben el sueldo un 10%, pero los precios suben 15% (2024 + 3 meses 2025) Felicitaciones: ahora ganas más
para comprar menos. Ilusión monetaria. Por el bolsillo izquierdo te meten en el reajuste salarial y por el derecho te lo sacan con inflación”, describe Gonzalo Chávez Álvarez en su cuenta @GonzaloCHavezA.
Entretanto, el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, explica que salario mínimo se ha devaluado en al menos un 50% desde el 2024 y solo vale un 45% respecto al dólar oficial.
De acuerdo con el último estudio (2023) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Bolivia tiene un nivel de informalidad laboral del 84,5%, el más alto de Latinoamérica y el Caribe, de todo el continente americano. El nivel de trabajo informal en los hombres es de un 82,7% y de las mujeres del 86,5%.
En la actualidad, debido a la crisis económica que arrastra el país, con una combinación de bajo crecimiento económico y alta inflación, se estima que la informalidad laboral podría haber llegado hasta un 90%.
Considerando los pocos trabajos formales que se pueden considerar como empleos con relativa calidad, señala.
Según los últimos datos del INE, existe una tasa de desocupación urbana del 3,9%. Esto quiere decir que, de toda la fuerza laboral del país, 4 de cada 10 están desocupados. Lo cual no aplica mucho en una economía tan informal, donde se ha visto un incremento notable de trabajos por cuenta propia, sin goce de beneficios sociales, ni cobertura de salud, sin ganar siquiera el mínimo nacional, con un deterioro claro de calidad del empleo y de las condiciones laborables, sostiene.
Con datos al 1er. trimestre del 2025, se estima que en el área urbana del país solo hay 753.000 trabajadores formales, quienes serían los beneficiarios de este incremento salarial. Sin embargo, de esta cifra puede ser mucho menor, considerando que solo se beneficiarían quienes ganaban menos a los 2.750 bolivianos antes del 01/05/2025. Además, hay varios empleados públicos y privados que no son “formales” por sus condiciones de consultores en línea o con contratos cortos (renovables), lo cual los exime de un incremento salarial y otros beneficios laborales.
En otras palabras, al tipo de cambio paralelo el salario mínimo nacional, expresado en dólares, ha caído de 217 a 180, una rebaja del 17%. Nuestro salario mínimo, al tipo de cambio del dólar negro, solo equivale el 45% de este expresado al tipo de cambio oficial. De manera sencilla, a manera que suba el precio del dólar paralelo, nuestro salario valdrá cada vez menos (devaluación cambiaria). De igual manera, si sigue aumentando los precios, este salario también valdrá menos por la pérdida de su poder adquisitivo (devaluación inflacionaria), concluye.
Fuente: El Diario