De regreso en Cannes después de 15 años de hostigamiento en Irán, el cineasta disidente Jafar Panahi afirma a AFP sentirse «vivo» gracias a las películas que logra rodar a pesar de las restricciones.
Fuente: RFI
Encarcelado en dos ocasiones, con una prohibición de filmar durante 15 años, Jafar Panahi asegura no pensar en las represalias que podrían seguir a la proyección de «Un simple accidente», su nueva denuncia contra las autoridades.
«Lo que más importa es que se haya hecho la película. No me tomé el tiempo de pensar en lo que podría pasar» al regreso declaró el martes.
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PREGUNTA: «Un simple accidente» expone el dilema moral de los iraníes tentados a vengarse de sus torturadores. ¿Qué dice esto sobre las cuestiones que atraviesan la sociedad iraní?
RESPUESTA: «La cuestión que se plantea, en el fondo, es: ¿qué haría yo en una situación similar? Honestamente, no lo sé. A pesar de lo que podría decir —que deberíamos hacer esto o aquello—, en tal momento, a menudo una persona se paraliza. Ya no tiene la capacidad de pensar con claridad.
Al final, la pregunta no es si esto nos afecta personalmente, sino cómo moldeamos el futuro de este país. ¿Adónde vamos? ¿Va a continuar este ciclo o lograremos hacer que nadie nos dicte cómo vestir, qué debemos crear o comer? Nadie tiene el derecho de controlar todo eso.
P: Fue condenado en 2010 y encarcelado dos veces en Irán. ¿Teme por su seguridad cuando regrese a su país?
R: Lo más importante es que la película se haya hecho. No me he tomado el tiempo de pensar en lo que podría suceder. Estoy vivo porque hago películas. Si no hago películas, entonces ya no importa lo que me pase.
P: ¿Qué sentimientos le llenan al reencontrarse con el Festival de Cannes?
R: La verdad es que, lo que más extrañaba, era ver películas con el público. Como no podía estrenar mis películas en el cine, no podía verlas ni ver las reacciones de la gente.
Eso es lo más grande: vivir una película con el público. Cuando ves una película con los demás, te sientes vivo.
Cannes es un escenario más grande, pero lo que realmente quiero es sentarme en un cine con gente común en Irán y ver esta película, para saber qué me provoca y cómo se sienten ellos. Es lo más importante. No sé si siquiera es posible ser cineasta y hacer películas sin público.
P: ¿Sigue temiendo que las autoridades le impidan filmar?
R: No siempre nos dejan hacer películas, pero encontramos soluciones. Es típico de regímenes como este: no dejan que los artistas trabajen, no dejan que las personas hagan lo que les gusta. Lo importante es que encuentres una solución, como lo he hecho yo y otros amigos también.
Cuando me impusieron una prohibición (de filmar), podría haber regresado a casa fácilmente y pensar: ya está, se terminó, no puedo hacer nada, y luego dejarme abandonar a la desesperación.
Pero me pregunté: ¿qué puedo hacer de todas formas? Lo importante es seguir trabajando.
Recuerdo una época en la que los estudiantes (de cine) venían a verme y me decían: ‘Queremos trabajar pero es difícil, hay tantos obstáculos’. Pero, después de recibir esa sentencia, seguí haciendo algunas películas y nadie vino a decirme que no podía.
Vieron que las circunstancias difíciles no eran una excusa para no trabajar. Se dieron cuenta de que incluso en las peores condiciones, encontramos soluciones.
© 2025 AFP