Los derechos humanos en la agenda política


 

 



 

Bolivia es un país de abundancia en materia de derechos humanos. Por lo menos en la parte legal y teórica. Los bolivianos tenemos la Constitución Política que nos otorga más de 160 artículos de derechos humanos. Una legislación amplia y rica que protegen a las mujeres, niños, niñas, jóvenes, campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes, profesionales, periodistas, personas de la diversidad sexual, los adultos mayores, las privadas de libertad, las personas con VIH-sida, las trabajadoras del hogar, los escritores, los artistas., la madre tierra y sus seres vivos.

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Además, estas leyes les da responsabilidades a las instituciones del Estado para que cumplan con su trabajo de asistir, difundir y ser escudos de protección de los derechos humanos de la población en su conjunto. Sin privilegios, ni coimas, ni cuotas, ni prebendas.

Y de yapa, Bolivia ha suscrito más de veinte tratados internacionales de derechos humanos, que son obligatorios para su cumplimiento. Pero cuando hay informes internacionales sobre el estado de la justicia, sobre la vulneración de los derechos humanos, el gobierno actual rechaza esos informes a nombre de la soberanía nacional y de la no injerencia.

En este proceso electoral esta amplia agenda de derechos humanos debe estar en el centro de las campañas electorales, porque son la esencia de la democracia, sus instituciones y sus leyes. Esta agenda debe significar un pilar para las propuestas programáticas del conjunto de los candidatos a la Presidencia, Vicepresidencia, Asamblea Legislativa Plurinacional. Porque los derechos humanos significan el bienestar y progreso de las familias bolivianas.

Porque los derechos humanos no son algo inalcanzable, ni están en el universo infinito, ni son cosas abstractas o de otro mundo. Los derechos humanos es para darles certezas a las poblaciones de que tengan acceso a la salud, educación, justicia, alimentación, trabajo, a la diversión, a las libertades de expresión, opinión, a trasladarse a cualquier lugar dentro del país, con el objetivo final de mejorar las condiciones de vida de cada uno de los que somos parte del Estado Plurinacional.

Antes de estar lanzando ofertas fantasiosas, demagógicas y difíciles de concretar en medio de esta enorme crisis social, política, económica que debemos afrontar día a día los bolivianos, pues los candidatos tienen en la mano esta agenda para impulsar los niveles de cumplimiento de las leyes nacionales que establecen los derechos humanos de los grupos sociales, para exigir el cumplimiento a los gobiernos municipales, gobernaciones, sistema escolar, universidades, medios de comunicación, empresas privadas, sistema judicial, comando de la policía, familias de todo ese poderoso andamiaje legal de los derechos humanos.

Además, hay que tomar en cuenta la crítica situación en la que algunas poblaciones y sectores han tenido que afrontar la defensa y vigencia de sus derechos humanos.

Pero surgen algunas dudas profundas, que se las pasamos a los aspirantes para asumir el poder y a los políticos que están detrás de ellos, porque así como tenemos una importante agenda de derechos humanos en leyes, instituciones, buenos propósitos, pues en este país, esos derechos son instrumentalizados y violentados desde las esferas del poder hasta el ciudadano.

¿De qué derechos humanos podemos hablar si la violencia contra la mujer es una pandemia que cada vez va en ascenso y el sistema judicial no responde con las sentencias? ¿De qué derechos humanos podemos proclamar cuando el sistema carcelario de Bolivia está hacinado, sin condiciones de salud, de reinserción ni tratamiento y se producen en las cárceles muertes y asesinatos? ¿De qué derechos humanos podemos ofrecerles a los niños si cuando van a un centro médico encuentran la muerte en ellos? ¿Qué son los derechos humanos cuando los hospitales, postas sanitarias están rebalsando de gente en busca de atención y sin tener los recursos para los caros medicamentos?

¿Qué derechos humanos tienen los pueblos indígenas cuando sus tierras son avasalladas y siguen postergados en la miseria, siendo usados por la demagogia, por políticos y por oenegés? ¿Qué derechos humanos protegen cuando una niña y adolescente es violada y asesinada en su propio pueblo? ¿Qué la justicia es un derecho humano, nada más falso, porque ahí vemos a fiscales y jueces arrodillados ante el poder político y económico? ¿Dónde están los llamados defensores del Pueblo cuando se producen violaciones y vulneraciones a los derechos humanos?

¿La libertad de expresión y opinión es un derecho humano o se ha convertido en un instrumento de presión y de procesos para el que denuncia o el que critica a las autoridades nacionales, departamentales y municipales?

¿De qué derechos humanos hablamos cuando un diputado o senador es el violador, agresor y queda impune de sus delitos? ¿O cuándo el expresidente Evo Morales fue acusado de graves delitos sexuales, pero a pesar de una orden de aprehensión, se ríe de la justicia? ¿Es un derecho humano el robar, corromperse, agredir, atropellar y destruir?

¿Existen o no los derechos humanos en el Estado Plurinacional de Bolivia?

Claro que existen, están vigentes y qué mejor oportunidad para impulsar una agenda de derechos humanos en este proceso electoral, ya que cada candidato parece no vivir en Bolivia y no pisa tierra firme. El Defensor del Pueblo, Rolando Villena (2010-2016), nos decía: “Este día y cada día es para demandar, reclamar y exigir que los derechos dejen de ser enunciados, abstractos, ideales etéreos y leyes que no se cumplen y se tornen en realidades comprensibles, exigibles y practicables”.

Por si acaso, señores candidatos y candidatas: los derechos humanos no están en cuarentena, nunca deben ser bloqueados o cercados. No son privilegios de nadie, ni mecanismos de presión. No son un regalo del poder político.

No excluyen a nadie, sino que incluye a todos. Derechos fundamentales sin hacer distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo. No se necesita permiso para ejercerlos y exigir su cumplimiento No son de propiedad de ningún gobierno, caudillo, jefe o poderoso.

Los DD. HH. no enfrentan, ni confrontan. Nos hacen más humanos y más dignos.

En el Estado Plurinacional no hay excusas para la violación de los derechos humanos, ni para el encubrimiento, ni para la indiferencia.

Ni para la impunidad, ni para los padrinazgos, ni para las complicidades

Los derechos humanos nos ayudan a responder a las prioridades inmediatas y a desarrollar estrategias de prevención para el futuro.

La ruta es el respeto y vigencia plena de los derechos humanos, paraguas que nos protege y nos hace más humanos.

Ojo que la lucha por los derechos humanos es fundamentalmente social y política, nos abarca, nos compromete a todos y todas.