Incendios, obras inconclusas, retiro de sedes y dudas sobre el financiamiento empañan el camino hacia el evento deportivo más grande del mundo
El presupuesto total de LA28 supera los 7.000 millones de dólares, y aún falta asegurar 2.000
Fuente: infobae.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
A tres años de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, las ambiciosas promesas que catapultaron la candidatura de la ciudad han quedado erosionadas por una realidad mucho más compleja.
Lejos de la visión de una metrópoli moderna y eficiente, lista para recibir a más de 10.000 atletas y millones de visitantes, la ciudad lucha por recuperarse de incendios forestales históricos, enfrenta un déficit fiscal cercano a los 1.000 millones de dólares y debe lidiar con tensiones políticas y retrasos en infraestructura clave.
En enero, una serie de incendios forestales arrasaron partes de la región metropolitana, desviando recursos y atención del proyecto olímpico. “Cada hora que el personal de la Alcaldía dedica a los Juegos no se dedica a la recuperación por los incendios”, señaló Jules Boykoff, académico experto en políticas olímpicas en entrevista con The New York Times.
Esta crisis se suma a un entorno económico incierto: la posibilidad de una recesión, sumada al endurecimiento de las políticas migratorias federales, amenaza con reducir la venta de entradas y limitar el turismo internacional.
La ciudad enfrenta un déficit fiscal cercano a los 1.000 millones de dólares, en medio de tensiones por la organización olímpica. (REUTERS/Mike Blake)
Promesas incumplidas y sedes trasladadas
Durante su campaña en 2015, Los Ángeles ofreció una propuesta atractiva al Comité Olímpico Internacional: buen clima, un “car-free Olympics” (Juegos sin autos), un sistema de transporte de vanguardia y un complejo habitacional de mil millones de dólares para los atletas que se convertiría en vivienda permanente tras el evento.
Según el diario neoyorquino, hoy muchas de esas promesas se han reformulado o directamente cancelado: el pueblo olímpico fue descartado por su alto costo; los atletas vivirán en los dormitorios de UCLA.
Además, el volleyball de playa, planeado para Santa Mónica, será trasladado a Alamitos Beach en Long Beach tras la retirada del gobierno local por problemas financieros y la prueba de canoa slalom, que iba a realizarse en Encino, fue reubicada a Oklahoma City, a más de 2.000 kilómetros, por contar ya con la infraestructura necesaria.
Los incendios de enero desviaron recursos y atención clave, justo cuando se acelera la preparación para el evento. (REUTERS/Ringo Chiu)
Infraestructura y transporte en deuda
La visión de un evento sin automóviles se ha suavizado. “Lo que significa es que, si quieres llegar a una sede, uses transporte público, no que no haya autos en la ciudad”, aclaró la alcaldesa Karen Bass.
Sin embargo, varios proyectos de transporte prometidos en 2015 siguen inconclusos, como parte del plan de expansión ferroviaria de 120.000 millones de dólares. La línea ligera Este de San Fernando, por ejemplo, aún no se ha terminado.
Algunos avances sí llegarán a tiempo, como el tren eléctrico tipo “people mover” que conectará al aeropuerto internacional de Los Ángeles (LAX) con estaciones de transporte público. Esta obra estaba pensada originalmente para 2024, pero su conclusión coincide ahora con la nueva fecha de los Juegos.
El comité organizador de LA28 ya tiene compromisos por 5.100 millones de dólares, mayormente de patrocinadores privados. (REUTERS/Carlin Stiehl)
Presión financiera y apoyo federal incierto
La organización de los Juegos está valorada en unos 7.000 millones de dólares. El comité organizador, encabezado por Casey Wasserman, afirma haber conseguido 5.100 millones en patrocinadores y espera cubrir el resto con ventas de entradas.
Pero si no se alcanza la cifra, la ciudad deberá cubrir los primeros 270 millones del déficit, y el estado de California —con su propio déficit de 12.000 millones— asumiría los siguientes 270 millones.
Los Juegos de 1984 en Los Ángeles son recordados como un éxito financiero y organizativo, liderado por Peter Ueberroth y el exalcalde Tom Bradley. Aquella edición —celebrada en medio de una recesión— logró beneficios económicos y fortaleció la reputación global de la ciudad.
Los Ángeles celebrará también el Mundial 2026 y el Super Bowl 2027, antesala de un exigente calendario de megaeventos. (REUTERS/Mike Blake)
Las autoridades actuales, incluyendo al exalcalde Eric Garcetti, evocan ese precedente como fuente de inspiración, aunque reconocen que el contexto de hoy es muy diferente. “El éxito de 1984 no garantiza el de 2028”, dijo la editora Alissa Walker, especializada en análisis urbanos.
A pesar de los obstáculos, la organización insiste en que Los Ángeles estará lista. “Queremos que los Juegos hagan de L.A. una mejor ciudad de lo que era antes”, afirmó Wasserman.
Pero la promesa de convertir a la ciudad en la capital de los megaeventos mundiales —tras el Mundial de 2026 y el Super Bowl de 2027— se enfrenta a pruebas tan impredecibles como su propio clima y política.
Los Juegos Olímpicos de 2028, según Wasserman, equivalen a organizar siete Super Bowls diarios durante un mes. Con un escenario en constante tensión, los próximos tres años serán cruciales para determinar si Los Ángeles logrará, una vez más, resurgir de las cenizas.