Leticia Martin era, hasta la publicación de este texto, columnista del diario argentino Perfil. Paradójicamente, la noticia de que la publicación fue eliminada luego en la edición digital consiguió que más de 800.000 personas la buscaran y la leyeran. Esta imagen es de la edición impresa del diario, la que no pudieron borrar. Por otro lado, la publicación digital fue rescatada por los tuiteros acuciosos.

𝗡𝗮𝗱𝗶𝗲 𝗹𝗲𝘆𝗼́ 𝘀𝘂 𝗰𝗼𝗹𝘂𝗺𝗻𝗮. 𝗡𝗮𝗱𝗶𝗲 𝗹𝗮 𝗲𝗱𝗶𝘁𝗼́. 𝗬 𝘀𝗲 𝗳𝘂𝗲 𝗮𝗹 𝗽𝗮𝗽𝗲𝗹.

Fuente: https://ideastextuales.com

Hace tres días, una periodista argentina publicó su última columna en un medio tradicional… Ella sabía que sería la última, pero, aun así, lo hizo. 𝗘𝗻 𝘀𝘂 𝗰𝗼𝗹𝘂𝗺𝗻𝗮 𝗲𝘀𝗰𝗿𝗶𝗯𝗶𝗼́ 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗹𝗲𝘃𝗮𝗯𝗮 𝘀𝗲𝗶𝘀 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 𝘀𝗶𝗻 𝗰𝗼𝗯𝗿𝗮𝗿.



(Imagino la satisfacción de Leticia. Se la jugó y, de alguna forma, comprobó científicamente una teoría y logró su objetivo).

El texto pasó todos los filtros y se imprimió tal cual: sin que nadie lo leyera.

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¿Cómo se cuela algo así en un diario?

Yo trabajé en medios impresos. Sé lo que debería pasar antes de que un texto salga. Pero también sé que hoy, cuando algo no te importa, simplemente lo ignorás.

Entonces:

1. Lo que no toca una fibra emocional o una urgencia real, se ignora.

2. Nadie está prestando atención (y pasa en el trabajo). Literalmente. Vivimos en modo scroll.

Y lo tercero es más duro.

3. Si el mundo está en modo «Nadie Lee», ni siquiera tu tragedia importa.

Quienes vendemos conocimiento online sabemos que lo que NO se considera ‘aplicable’, ‘usable’, ‘conveniente y práctico’ para nuestra propia vida, se descarta en 3,5 segundos.

En menos de lo que dura la atención de un pez.

Por Mónica Fuertes, periodista y guionizer.