“La naturaleza del alacrán es picar, pero eso no cambiará mi naturaleza que es ayudar”. Pukymon.
Valores humanos: Reciprocidad y respeto al otro.
Las nuestras son épocas de un relativismo generalizado y pérdida de principios, valores fundamentales y en la cual cada civilización tiene su propia lógica histórica. Esto mientras que en esencia lo que necesitamos en un desarrollo económico y social con principios y valores, que nos ayuden a convivir en paz entre nosotros y respetando nuestro ecosistema.
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En las antiguas civilizaciones, el Principio de reciprocidad era una norma social fundamental que regulaba las relaciones entre individuos y grupos, basadas en el intercambio mutuo de bienes, trabajo, favores o incluso rituales. Se manifestaba como una forma de cooperación y ayuda mutua vital para la supervivencia y el desarrollo de estas sociedades.
Este es un principio ha sido reconocido como un rasgo fundamental en la evolución humana y el problema es que se lo cumple cada vez menos.
La predica Cristiana contempla: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esta guía de conducta, esta consigna, encuentra un eco en el Islam, cuando en el Kitab al Kafi se lee: “Lo que no te gusta que te hagan, no se lo hagas a los demás”.
Textos similares se pueden encontrar en las religiones orientales e incluso en el Confucianismo chino. La noción de obligaciones mutuas constituye la enseñanza esencial del confucianismo. Quinientos años antes de Cristo, decía Confucio: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. Como se ve, lo bueno es eterno.
En los años mil quinientos de nuestra Era, durante el Imperio Incaico, se tenían las tres reglas de oro: Ama sua, Ama lulla, Ama qella. No ser ladrón, no ser mentiroso, no ser flojo. En el Icario quienes seguían estas reglas pasarían la otra vida bajo el calor de Inti (el sol). Quienes no lo hacían pasarían una fría eternidad en la tierra húmeda y oscura. Se hace referencia al ambiente gélido del altiplano.
Con el MAS esta Regla se las obvia y supera: “Yo le meto nomas y que arreglen los autoprorrogados”. Por lo cual en el masismo sus dirigentes serán ricos y felices.
En el Estado democrático occidental, todas las personas somos iguales ante la ley, lo cual es un derecho humano establecido en las Constituciones. Bajo este régimen democrático, el ciudadano, cuando se cumple la Ley, tiene derechos y obligaciones y una persona es valorada y reconocida cuando mantiene sus valores y principios y no aquella que se guía por su autopercepción, sus conflictos, desvíos y traumas sociológicos y sicológicos.
Bajo el régimen democrático, los instrumentos o medios que utiliza el Estado, para realizar una determinada función estatal mediante la Administración pública, se dividen en: Órganos Legislativos, Ejecutivos y Judiciales, todos independientes. En Bolivia lamentablemente todos estos órganos están supeditados al Poder Ejecutivo y al Partido político actualmente dueño del Gobierno y del Estado Plurinacional.
Nuestra civilización occidental que ha sido capaz de articular la libertad individual, la justicia y la trascendencia, se encuentra hoy amenazada, y no por un adversario externo, sino por el abandono progresivo de nuestros propios principios y por los efectos de las grandes migraciones que afectan su cultura. Ahora pese a nuestro proclamado desarrollo social, seguimos viviendo en un mundo en permanente pugna, donde países, facciones y personas, diariamente se están destruyendo y matando unos a otros y esto se da mientras a nivel mundial vivimos en una época de un gran desarrollo científico y tecnológico.
Todo en la vida tiene un riesgo y para avanzar debemos asumirlos, enfrentarlos y ahora a la guerra hibrida.
Vivimos en épocas de la Guerra híbrida, la que se realiza usando elementos de distinta naturaleza. Es una estrategia de agresión en la que se utilizan toda clase de medios y procedimientos para prevalecer, ya sea la fuerza convencional o cualquier otro medio irregular, como la insurgencia, el terrorismo, la migración, los recursos naturales e incluso otros más sofisticados mediante el empleo de las últimas tecnologías (guerra cibernética) y otros métodos de influencia como las noticias falsas, diplomacia, guerra jurídica e intervención electoral del extranjero y en las que la influencia sobre la población resulta vital.
Con las nuevas tecnologías, la población del mundo occidental está permanentemente interconectada e informada por los medios de comunicación y por la información que recibe, equivocada o no, considera que la economía mundial es mayormente de tendencia capitalista y que su población busca su propio bienestar y seguridad y esta es la percepción que vemos en nuestros países de la gente en común.
Estas tendencias democráticas, efectivamente, están creciendo en Latinoamérica, aunque persisten tendencias dictatoriales autocráticas alimentadas mayormente por el dinero del narcotráfico. Son Cárteles y Pandillas y que utilizan la guerra hibrida, vale decir narcotráfico, desinformación, tráfico de personas, olas migratorias, ciberataques, la influencia o coerción económica, las maniobras políticas encubiertas, la diplomacia coercitiva o las amenazas de fuerza militar, etc.
Ciudadanos en procura de Recursos, y Políticos en procura de Votos.
Ante un mundo convulsionado e inseguro, las personas buscan cobijarse bajo una organización, una secta, un sindicato, un partido político y lo hacen por diversas razones, especialmente la necesidad de seguridad, de pertenencia y apoyo.
Teniendo esto en cuenta lo anterior, un dirigente político necesita ofrecer a sus electores y de forma creíble y práctica, una propuesta que ofrezca al ciudadano un ambiente de seguridad para su persona y propiedad y la garantía de viabilidad económica y política de su país en el ámbito nacional e internacional.
El mundo está lleno de prometedores, de muchos pedigüeños y pocos hacedores. El MAS lo hace desde hace un cuarto de Siglo y sigue diariamente con sus promesas. Por ejemplo, últimamente, el 12 de mayo pasado, la Empresa Gubernamental Emapa, informo que se garantizaba que el precio del pan de batalla en el occidente del país será de Bs 0,50 durante 2025, gracias a la subvención de la harina y de otros insumos de producción. La realidad en el Oriente, es que el precio del pan seguirá en Bs. 1,0 y subiendo con el dólar.
Los pueblos andinos tienen un mejor bloqueo y una mayor capacidad de persuasión.