Observan raros «fantasmas» circulares ocultos en el cosmos


Gracias a una nueva generación de radiotelescopios, astrónomos están desvelando un cosmos invisible y sorprendentemente simétrico, repleto de círculos y estructuras que jamás se habían registrado.

El remanente de supernova Teleios sorprendió a los astrónomos por su forma circular casi perfecta, visible únicamente en ondas de radio.Imagen: Filipović et al., arXiv, 2025 (CC BY-NC-ND 4.0)

Fuente: DW

 



En el vasto espacio que nos rodea, más allá de lo que nuestros ojos pueden ver –y los telescopios ópticos–, existe todo un universo oculto que solo los radiotelescopios pueden revelar. Y lo más fascinante es que está lleno de círculos.

 

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Gracias a una nueva generación de radiotelescopios ultramodernos, los científicos están descubriendo lo que llaman un «universo de bajo brillo superficial» que permanecía invisible hasta ahora. Los protagonistas de esta revolución son el Australian Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP), con sus 36 potentes antenas, y el radiotelescopio sudafricano MeerKAT, que cuenta con 64 antenas.

Estos telescopios lideran un proyecto llamado Mapa Evolutivo del Universo (EMU), lanzado en 2022, que está cartografiando todo el cielo austral con una sensibilidad sin precedentes. El objetivo: proporcionar el mapa más detallado del cielo del hemisferio sur hasta la fecha, un nuevo y espectacular radioatlas que se utilizará durante décadas, según explican los investigadores de la Universidad de Western Sydney.

Estrellas Wolf-Rayet: gigantes estelares en su fase terminal

Entre los hallazgos más intrigantes destacan las estrellas Wolf-Rayet, como WR16. Estos gigantes estelares se encuentran en sus últimos momentos de vida y, según Futurism, podrían ser 25 veces más masivos que nuestro Sol. En esta fase terminal pierden masa a un ritmo vertiginoso, creando envolturas luminosas como la bautizada Kýklos.

Estas estructuras, en su origen, brillan millones de veces más que el Sol. Sin embargo, esa luz es increíblemente tenue cuando llega a nuestro planeta, y, dado que solo permanecen unos pocos millones de años, no es frecuente detectarlos.

Teleios: el remanente de supernova con simetría perfecta

Las imágenes de radio también han revelado una serie de remanentes de supernova. Cuando una gran estrella agota finalmente su combustible, ya no puede resistir el aplastamiento de la gravedad. La materia que cae hacia el interior provoca una explosión final, y los restos de estas violentas muertes estelares forman estructuras circulares en expansión.

El más sorprendente es un remanente bautizado como Teleios, del griego «perfección», debido a su forma circular casi perfecta. Un equipo internacional dirigido por el astrofísico Miroslav Filipović descubrió que este objeto, único en su categoría, brilla débilmente solo en longitudes de onda de radio y nunca se había visto en ninguna otra longitud de onda, incluida la luz visible.

«Su forma indica que Teleios ha permanecido relativamente inalterado por su entorno, lo que nos brinda la oportunidad de hacer inferencias sobre la explosión inicial de la supernova, proporcionando una visión poco común de uno de los acontecimientos más energéticos del universo», escriben los científicos en The Conversation, que han enviado su análisis a Publications of the Astronomical Society of Australia, disponible en el servidor de preimpresiones arXiv.

Lo que hace a Teleios tan peculiar es su simetría casi perfecta. Los restos de supernova son casi siempre asimétricos de alguna manera: la propia explosión puede ser irregular, el material en expansión puede chocar contra gas o polvo interestelar, y finalmente la envoltura se expande lo suficiente como para empezar a fragmentarse. Según Science Alert, solo si la supernova es simétrica y tiene lugar en una región suficientemente vacía del espacio puede expandirse de forma tan perfecta.

Imagen de radiocontinuum ASKAP de 943,5 MHz de Teleios y su entorno, mostrando el plano galáctico.
Imagen de radiocontinuum ASKAP de 943,5 MHz de Teleios y su entorno, mostrando el plano galáctico.Imagen: Filipović et al., arXiv, 2025 (CC BY-NC-ND 4.0)

Los investigadores determinaron que probablemente sea el remanente de una supernova de tipo Ia, uno de los tipos más brillantes del universo, que se produce cuando una enana blanca en órbita binaria con otra estrella absorbe tanto material que supera su límite de masa y explota. Sin embargo, el estudio encontró un problema desconcertante: la ausencia de rayos X que deberían detectarse según los modelos evolutivos de este tipo de supernovas.

Otra dificultad ha sido calcular con precisión la distancia a Teleios. Según los datos expuestos por Science Alert, podría estar a unos 7.175 años-luz o a unos 25.114 años-luz de distancia. A la distancia más cercana, el remanente tendría 46 años luz de diámetro y menos de 1.000 años de antigüedad; a la mayor distancia, alcanzaría los 157 años luz de diámetro con más de 10.000 años.

Círculos Radioeléctricos Raros (ORC): enigmas cósmicos de proporciones galácticas

Y como si estos círculos cósmicos no fueran suficientemente misteriosos, los radiotelescopios también han revelado los llamados Círculos Radioeléctricos Raros (ORC), un fenómeno que, como su nombre indica, solo puede verse en longitudes de onda de radio. Para hacernos una idea de su magnitud, algunos de estos ORC son tan enormes que podrían contener galaxias enteras en su centro, llegando a ser hasta diez veces más anchos que la Vía Láctea.

Uno de estos objetos, llamado LMC-ORC, representa uno de los mayores misterios para los astrónomos actuales, ya que su origen sigue siendo completamente desconocido.

Según Filipovic y su equipo, este es solo el principio de nuestra exploración del «universo de bajo brillo superficial». En la actualidad, el sondeo EMU con ASKAP solo se ha completado en un 25 %. A medida que se recopilen más datos, se descubrirán muchos más objetos únicos y apasionantes.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de The Conversation, Science Alert y arXiv.