En el marco de la construcción colectiva de un Proyecto de Ley de Agua, el encuentro de la macrorregión Oriente, Chaco, Chiquitanía y Valle de Santa Cruz, que se llevó a cabo este 28 y 29 de mayo, propuso que se obligue a deforestadores del bosque que reforesten las áreas afectadas por ellos mismos, además de establecer un mecanismo para medir la huella hídrica de las industrias.
Fuente: Sumando Voces
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Clara Masai Méndez, de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia, en representación de su grupo de debate, dijo que “los grandes deforestadores deben reforestar las áreas afectadas” y “se debe hacer un control de huella hídrica a los empresarios e industrias y la obligatoriedad del tratamiento de sus aguas residuales”.
La huella hídrica es un indicador ambiental que mide la cantidad total de agua utilizada para producir un bien o un servicio.
Méndez también expuso la necesidad de “garantizar y proteger el uso prioritario del agua, que significa garantizar el agua para el consumo doméstico humano con calidad”, además de agua para la seguridad alimentaria y para los bosques.
Por otro lado, “se debe declarar como agua protegida las fuentes, ojos de agua, los ríos, los atajados, los curiches para que no mueran o se muden los jichis, que son los guardianes de las aguas”, dijo en conferencia de prensa realizada este viernes en Santa Cruz.
El Proyecto de Ley del Agua se viene construyendo en diversos encuentros, de los que participan pueblos indígenas, comunidades campesinas, líderes, representantes, cooperativas, gestores del agua, activistas, entre otros actores.
Este tipo de encuentros ya se llevaron a cabo previamente en La Paz y Cochabamba, mientras que el de oriente se desarrolló esta semana.
Libertad Pereira, de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, señaló que se busca construir un marco normativo que asegure el derecho al agua, la gestión comunitaria y el reconocimiento del agua como sujeto de derechos.
La propuesta es una respuesta a la crisis hídrica que ya afecta al planeta y al país en particular, explicó.
Víctor Loza, de la red de defensores del agua y el territorio, explicó que “una propuesta muy importante es la creación de fondos locales para la conservación de los recursos hídricos”, un mecanismo que ya se está implementando. Explicó que estos fondos provienen de las ONG y fundaciones, de la misma cooperativa de agua, y que sirven “para aplicar incentivos a las comunidades en proyectos de acceso al agua, en proyectos productivos a cambio de que la comunidad conserve los recursos área de recarga hídrica”.
Otra de las propuestas es la formación de monitores comunales para el control de la calidad del agua, detectar puntos de deforestación y generar alertas tempranas contra los incendios.
Fabiola Vaca Montero, de la asociación de mujeres indígenas chiquitanas de San Miguel de Velasco, expuso su testimonio sobre las dificultades que tienen las personas para obtener agua de calidad “porque sale color de chocolate y no sabemos cómo va a afectar esta agua en nuestra salud”.
Aseguró que las mujeres indígenas son las más afectadas porque almacenan el agua para cocinar y darles a sus hijos.
Hubo una coincidencia entre los participantes de que la protección del agua está asociada a la protección de los bosques.