Desde la medianoche del miércoles, el transporte de gas licuado de petróleo detuvo operaciones en todo el país. La medida agrava la crisis de abastecimiento y deja a miles de hogares sin acceso a garrafas ni combustible vehicular.
Fuente: eldeber.com.bo
Desde la medianoche del miércoles, la crisis entre YPFB y los cisterneros se profundiza con la incorporación del transporte de GLP a la paralización de operaciones. Así lo confirmó Maykoll Montaño, dirigente de los transportistas del sector, quien señaló que, a partir de ese momento los vehículos que transportan gas en garrafas, utilizados por la mayoría de la población que no cuenta con gas natural domiciliario, dejaron de operar.
“Se incorpora con nosotros también el transporte del GLP. También dejan de operar desde la media noche (de ayer)”, explicó Montaño.
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El dirigente insistió en la necesidad urgente de retomar el diálogo con las autoridades para encontrar soluciones concretas y de fondo: “Esperemos que nos llamen cuanto antes para sentarnos y dialogar. Tenemos que ser sinceros y ver la situación que nos está pasando para buscar soluciones reales. Eso es lo que estamos esperando.”
Esta paralización en el transporte del GLP impacta directamente en el acceso de miles de familias a un insumo básico para la cocina y calefacción, generando preocupación por la continuidad del servicio y los posibles efectos económicos en los hogares de menores ingresos.
Los cisterneros dejaron de enviar sus unidades al exterior para traer combustible, en protesta por la falta de una “nivelación” de tarifas que refleje la realidad del tipo de cambio paralelo.