El dictador conoció la noticia sobre la liberación de los rehenes en la embajada argentina en Moscú. La inteligencia de sus socios -Rusia, China, Irán y Cuba- no anticipó el operativo de los Estados Unidos en pleno corazón de Caracas
ARCHIVO: 1 de agosto de 2024, Claudia Macero (izquierda), Pedro Uchurrurtu (centro) y Magalli Meda, asilados en la residencia del embajador de Argentina -bajo protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática del país austral-, en Caracas (EFE)
Fuente: infobae.com
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Eran las 3 de la madrugada en Moscú cuando Nicolás Maduro debió atender una llamada de urgencia desde Caracas. Eran malas noticias, como suelen ser las comunicaciones a esas profundas horas de la noche. “Estados Unidos liberó a todos los que estaban en la embajada argentina”, escuchó del otro lado de la línea.
Fue un golpe al mentón. Maduro -invitado por su aliado/socio/patrocinador Vladimir Putin a conmemorar el Día de la Victoria en Rusia junto a otros dictadores regionales y del mundo- ya no pudo contraer el sueño y quedó despierto tratando de averiguar qué había pasado. Y sobre todo, quién lo había traicionado.
Por el momento poco se sabe del operativo de los Estados Unidos en tierra venezolana para liberar a Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos quienes buscaron refugio en la sede diplomática de la Argentina el 20 de marzo de 2024. Eran víctimas de la persecución que el déspota caraqueño había iniciado contra el equipo de María Corina Machado, la líder opositora.
Asilados y convertidos en rehenes del régimen chavista, pasaron allí 412 días acosados y padeciendo los embates permanentes de las fuerzas de seguridad e inteligencia de Miraflores. La sede diplomática fue rodeada, sitiada, dejada sin recursos, sin suministro eléctrico, sin víveres, con el agua cortada… Pero esas mismas fuerzas que controlaban y mantenían bajo asedio el edificio fueron engañadas por el operativo norteamericano. Lo poco que se conoce hasta ahora de esa misión es que fue “de película”, fue planificada al detalle e involucró a todo tipo de agentes.
Magalli Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos y Omar González, rehenes del régimen de Nicolás Maduro, estaban refugiados en la embajada argentina en Caracas y fueron liberados por los Estados Unidos.
Caracas busca desesperadamente responsables y traidores. Una cabeza a la cual culpar. Hay preocupación entre los altos mandos policiales.
El operativo que los liberó no sólo representó una humillación para las estructuras del régimen de Maduro, sino también una luz de alerta sobre las deficiencias del apoyo que prometieron los socios y aliados de Venezuela y que quedaron expuestas: Cuba, Rusia, Irán y China. Ninguno de estos países pudo darle la asistencia necesaria para repeler las maniobras que resultaron en la liberación de Meda, Macero, González, Urruchurtu y Villalobos.
Maduro podría reprocharles a todos ellos en persona en Moscú. Allí también fueron invitados Miguel Díaz-Canel, Xi Jinping y desde luego estará el anfitrión, Putin. ¿Se animará? Seguramente se limitará sólo a lamentarse, lamerse las heridas y vociferar contra Washington por violar su territorio.
Memes contra la realidad
El martes por la noche, en horas desesperadas, los jerarcas chavistas intentaban distraer la versión norteamericana por una historia propia, menos humillante. Querían instalar en la opinión pública que la liberación había sido coordinada entre todas las partes. Pero no fue así. El operativo se desarrolló en el más absoluto secreto, sin participación de otros actores, salvo asistencias concretas.
Incluso esos mismos funcionarios enviaban memes (sí, ¡memes!) para reforzar su narrativa. Tierno. Pero el relato de Caracas se desmorona por sí mismo: cuando el 7 de septiembre de 2024 Edmundo González Urrutia abandonó la sede diplomática española donde estaba asilado, el Palacio de Miraflores se encargó de publicar fotografías mostrando la “capitulación” del presidente electo que abandonaría horas después Venezuela con destino a Madrid. Esta vez no sólo no hay fotos del presunto arreglo, sino que hay más desconcierto que información dentro de los muros de la dictadura.
Meme difundido por jerarcas del régimen de Maduro para instalar otra versión y poner en duda la liberación de los rehenes de la embajada de Argentina en Caracas.
Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano e histórico combatiente de las tiranías latinoamericanas, fue el encargado de confirmar la noticia.
“Tras una precisa operación, todos los rehenes se encuentran ahora a salvo en territorio estadounidense. El régimen ilegítimo de Maduro ha socavado las instituciones venezolanas, violado los derechos humanos y puesto en peligro nuestra seguridad regional. Extendemos nuestra gratitud a todo el personal involucrado en esta operación y a nuestros socios que ayudaron a asegurar la liberación segura de estos héroes venezolanos”, escribió Rubio en su cuenta de X.
Machado, por su parte, expresó su “reconocimiento y agradecimiento infinito a todos los que hicieron posible” esta “operación impecable y épica por la Libertad de cinco héroes de Venezuela” y ratificó su compromiso asumido con los “900 héroes presos por esta tiranía” y los “30 millones de venezolanos”. La líder de la operación es víctima de la persecución chavista, régimen que podría querer fortalecer su humillada imagen accionando contra su libertad.
Es probable que las represalias de Miraflores se multipliquen contra otros opositores. Incluso contra los presos políticos de diversos países que el régimen mantiene como rehenes en diferentes cárceles del país.
En tanto, Maduro tratará de sonreír los días previos a los actos por el Día de la Victoria en Moscú, rodeado de autócratas y dictadores. Intentando asimilar el humillante golpe que acaba de recibir.
X: @TotiPI