El país entero está siendo tomado como rehén por un grupo radicalizado: los evistas, seguidores de Evo Morales, que han abandonado completamente la vía democrática para pasar a la acción violenta, sistemática y criminal. Ya no se trata de protestas. Se trata de terrorismo político.
Se ha filtrado un audio donde el propio Evo Morales habla de “la batalla final”, ordenando bloquear todo el país. No es una metáfora: es un plan para cercar las ciudades, cortar el ingreso de alimentos, de carburantes, paralizar la economía y sembrar el caos para imponer su candidatura por la fuerza.
En Oruro, 11 médicos fueron secuestrados por estos grupos violentos. Uno de ellos se encuentra con traumatismo encefalocraneal. En La Paz, se colocó una bomb@ cerca del lugar donde se encontraban vocales electorales. En Sucre, se disparó contra el edificio del Tribunal Constitucional Plurinacional y hubieron atentados terroristas contra magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Los autores de este intento de atentado, armados con explosivos, han sido detenidos, y se ha confirmado que actuaban bajo coordinación de personas ligadas a la movilización y al evismo.
Esto no es activismo. No es oposición. Es terrorismo.
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Por eso, hoy más que nunca, se precisa de la unidad del pueblo boliviano:
🔴 Los comités cívicos del país,
🔵 Los candidatos presidenciales,
🟢 Los aspirantes a la Asamblea Legislativa,
🟠 Las plataformas ciudadanas y los activistas en conjunto con toda la sociedad civil que defiende la democracia.
Debemos pronunciarnos de forma clara, firme y sin cálculos políticos. Y a exigir al gobierno central:
-Que aprehendan de inmediato a los responsables materiales e intelectuales,
-Que desarticule estos grupos sediciosos y violentos,
-Que coordine con Interpol para registrarlos como grupos terroristas internacionales,
-Que se garantice la realización de las elecciones en agosto sin amenazas ni chantajes,
-Que se restablezca el orden y se proteja la vida, la economía y las libertades del pueblo.
No podemos permitir bloqueos criminales, ni cercos que pongan en riesgo la seguridad alimentaria. No podemos aceptar el uso de la violencia para imponer una ambición personal. El país no puede rendirse ante el chantaje de grupos fanáticos que desprecian la voluntad de 11 millones de bolivianos.
No podemos equivocarnos, estas movilizaciones no son por la crisis económica, son por el ego enfermo de Evo Morales, son por su impunidad.
No se negocia con el terrorismo. No se pueden transar los principios de la democracia.
Porque al final, el enemigo más peligroso de la razón y de la libertad de la sociedad es el fanatismo armado que desprecia la vida, la ley y la voluntad del pueblo.
Este es el momento de la unidad. No hay mañana si no defendemos hoy la paz, la democracia y el futuro.