La construcción de la planta industrializadora de yuca en el municipio de Entre Ríos, en el Trópico cochabambino, tiene un 82 % de avance físico y se perfila como un motor de desarrollo para más de 3.876 familias productoras, informó el gerente departamental del Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social (FPS), Charly Mamani.
Fuente: ABI
La industria forma parte del Fondo Concursable de Inversión Pública Productiva (FOCIPP) y representa una inversión de más de Bs 20 millones. La conclusión está programada para el 9 de julio, tras finalizar el montaje de equipos y la fase de pruebas.
Tendrá dos líneas principales: la producción de harina de yuca (en presentaciones de 25 kg, 1 kg y 0,5 kg) y de almidón de yuca, también en formatos comerciales.
Se trata de una apuesta por transformar una materia prima abundante en la región en productos que reemplacen a la harina de trigo importada, cuyo precio han experimentado un alza significativa en los últimos años.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
“El objetivo de estas plantas industriales es evitar la importación. Más aún cuando la harina de trigo se ha disparado en los precios. Esta harina va remplazar también esta harina de trigo ya que es una materia prima que tenemos en cantidad en el Trópico”, afirmó Mamani.
Componentes técnicos y sostenibilidad
El proyecto contempla cuatro componentes: infraestructura, equipamiento, capacitación y supervisión.
La construcción física de la planta representa Bs 18 millones, mientras que la supervisión alcanza los Bs 700.000. El proceso de contratación para la capacitación técnica del personal está en marcha y se implementará inmediatamente después de la fase de pruebas operativas.
Además, se incluye una planta de tratamiento de aguas, garantizando estándares ambientales, y la provisión de agua y energía eléctrica como contraparte del municipio de Entre Ríos.
Impacto en empleo y desarrollo local
La planta generará 27 empleos directos y 45 indirectos en su etapa operativa, y beneficiará a más de 19.000 habitantes del área, convirtiéndose en un eje de dinamización económica regional.
Se espera que la producción no solo abastezca el mercado local, sino genere excedentes comercializables que fortalezcan los ingresos municipales y mejoren la calidad de vida de los pequeños productores.
“El objetivo es claro, que esta planta sea autosuficiente, que mejore la calidad de vida de los agricultores, genere empleo y recursos para los municipios. Estamos trabajando para que cada obra industrial que entregamos transforme la economía local”, enfatizó el gerente del FPS.
GMM/CC