Costo de vida se dispara y crece la incertidumbre


Economistas prevén que la inflación de junio supere el récord de mayo y escale hasta un 23 % interanual.

La moneda boliviana ha perdido valor respecto al dólar estadounidense.
La moneda boliviana ha perdido valor respecto al dólar estadounidense.

 

Fuente: El Deber



Cuando la inflación de un país supera los dos dígitos, el poder adquisitivo comienza a disolverse con rapidez. Ese fenómeno no es solo una preocupación teórica: implica que lo que hoy se compra con 100 bolivianos mañana podría requerir 110 o más. Esta escalada continua de precios, especialmente en bienes esenciales como alimentos, combustibles y vestimenta, afecta de forma directa a los ingresos de los hogares y genera un clima de incertidumbre generalizada.

En ese contexto, Bolivia enfrenta una de las coyunturas más críticas de su historia reciente. Según datos citados por Bloomberg Línea, el país registró en mayo una inflación mensual del 3,65 % y una tasa interanual del 18,46 %, el nivel más alto en 34 años. Esta cifra no solo refleja un aumento sostenido, sino también la pérdida de estabilidad de precios que define a una inflación galopante, superando el umbral del 10 % anual que separa la moderación del descontrol.

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El economista Jonathan Fortún, del Instituto Internacional de Finanzas, advierte que esta tendencia se mantendrá en los próximos meses. A su juicio, existen presiones tanto internas como externas que empujan al alza los precios. Entre ellas, menciona la escasez de divisas, la incertidumbre política, los bloqueos, y los efectos de la crisis geopolítica entre Irán e Israel sobre los precios del petróleo. “La inflación en Bolivia seguirá al alza. Hay espacio para que continúe escalando”, afirmó Fortún.

Otro análisis, del presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, proyecta que junio podría marcar un nuevo récord. Romero estima que la inflación mensual podría superar el 4 %, mientras que la acumulada del año se ubicaría entre 13 % y 14 %, y la interanual alcanzaría entre 21 % y 23 %. Advirtió que los factores estructurales que alimentan esta dinámica —como el contrabando, la emisión monetaria y la escasez de carburantes— siguen sin resolverse, y ahora se suman los recientes bloqueos promovidos por sectores políticos.

Ambos especialistas coinciden en que el país podría entrar pronto en un terreno aún más delicado si no se aplican correctivos urgentes. La inflación persistente no solo encarece la vida diaria, sino que también frena la inversión, distorsiona el mercado y alimenta el descontento social. A medida que se acercan las elecciones, los desafíos económicos podrían volverse también un factor decisivo en el escenario político.

Se espera que los datos oficiales de junio se conozcan en las próximas semanas, pero desde ya los pronósticos indican que la inflación continuará siendo una de las principales amenazas para la economía boliviana durante el resto del año.

Fuente: El Deber