Se registró el aumento del 30% de militares y el despliegue de unidades aéreas en la frontera norte
Fuente: infobae.com
Las Fuerzas Armadas han incrementado la presencia de militares en la frontera norte. (Ministerio de Defensa)
Ecuador ha reforzado su presencia militar en la frontera norte luego de una serie de hechos violentos que culminaron con la emboscada a una patrulla del Ejército en el Alto Punino, donde once militares fueron asesinados el 9 de mayo, y el posterior retiro táctico de tropas ante la detección de grupos armados irregulares en el sector de La Barquilla, en la provincia de Sucumbíos. El Ministerio de Defensa Nacional confirmó, mediante un comunicado oficial emitido el 9 de junio de 2025, que se ha incrementado la presencia militar en esa zona crítica como parte de un plan estratégico de seguridad.
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“El Ministerio de Defensa Nacional informa a la ciudadanía que, desde hace varias semanas atrás, en atención a los acontecimientos suscitados en la frontera norte, hechos que son de conocimiento público, se dispuso, a través de un plan estratégico, el reforzar la seguridad en esta zona para evitar la presencia e ingreso de grupos armados irregulares a nuestro territorio”, señala el comunicado oficial.
Este incremento ha incluido un aumento del 30% en el número de efectivos militares operativos y de inteligencia desplegados en el terreno. Además, se ha potenciado la capacidad aérea con la incorporación de helicópteros Super Puma, H225, Fennec, H145 y aviones Super Tucano. Estas aeronaves permiten no solo tareas de transporte y reconocimiento, sino también operaciones tácticas de vigilancia y respuesta rápida ante amenazas.
El despliegue militar también ha sido acompañado de nueva tecnología especializada. El Ministerio informó que se han incorporado cámaras de monitoreo táctico, sistemas de levantamiento de información, vehículos multipropósito David y drones, orientados a mejorar la capacidad de vigilancia y recopilación de inteligencia sobre los movimientos de actores armados que operan en la zona limítrofe.
La decisión de reforzar la presencia militar ocurre en medio de una situación de creciente tensión en la frontera entre Ecuador y Colombia. En ese corredor geográfico confluyen diversos grupos criminales con capacidad armada, entre ellos el Frente Oliver Sinisterra, el Frente Carolina Ramírez y los Comandos de la Frontera, estructuras disidentes de las FARC que han sido oficialmente identificadas como grupos armados organizados por el Gobierno Nacional mediante el Decreto Ejecutivo 632, firmado el 15 de mayo.
Días antes del comunicado del Ministerio de Defensa, el Ejército Ecuatoriano ya había informado sobre una operación de reconocimiento ofensivo en La Barquilla que terminó con el contacto de una patrulla con personas armadas. En esa ocasión, uno de los individuos fue aprehendido tras identificarse como parte del Frente Carolina Ramírez y fue entregado a las autoridades correspondientes. Según el boletín militar, la patrulla tuvo que replegarse tras el encuentro y desde entonces se ha reforzado la presencia en ese sector con apoyo aéreo y búsqueda activa de información para detectar nuevas amenazas.
En ese contexto, el Ministerio de Defensa destacó que la situación en la frontera se encuentra “bajo constante evaluación” y aseguró que las Fuerzas Armadas del Ecuador “continuarán actuando con decisión y responsabilidad”. “Las Fuerzas Armadas del Ecuador están realizando todos los esfuerzos necesarios para cumplir con el compromiso de defender al país y a la familia ecuatoriana”, concluye el comunicado.
El fortalecimiento de la seguridad en la frontera norte no solo responde a las recientes agresiones, sino también a una estrategia más amplia impulsada desde el Ejecutivo tras la declaratoria de conflicto armado interno en enero de 2024. En ese marco, el Estado ha clasificado a varias organizaciones como actores beligerantes y ha delegado a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional competencias ampliadas para contener su accionar.
La zona fronteriza con Colombia se ha convertido en una de las regiones más sensibles del país. La combinación de rutas del narcotráfico, minería ilegal, ausencia estatal prolongada y presencia de grupos armados la convierten en un foco de alto riesgo. Las disidencias armadas que operan en el lado colombiano han traspasado las fronteras físicas y extendido su influencia en territorio ecuatoriano, desafiando la capacidad operativa del Estado y obligando a una respuesta coordinada entre distintas ramas de seguridad.
El Gobierno ha enfatizado que la protección de la soberanía nacional y de la seguridad ciudadana son prioridades. Sin embargo, las medidas adoptadas —aunque robustecidas en medios y tecnología— también han generado cuestionamientos en sectores civiles y organismos de derechos humanos, que piden mayor transparencia sobre las reglas de enfrentamiento, los protocolos de actuación y el respeto a las garantías constitucionales en zonas militarizadas.