La crisis en el sistema de salud boliviano se ha agudizado en los últimos años, con un 60% de los hospitales sin medicamentos esenciales y un presupuesto insuficiente que apenas cubre las necesidades básicas.
Fuente: ANF
Ante este escenario, los partidos y alianzas políticas, con miras a las elecciones de agosto de este año, han presentado sus propuestas para reformar el sector, con planes que van desde la digitalización hasta la integración de la medicina ancestral.
El Partido Demócrata Cristiano (PDC), con su candidato Rodrigo Paz Pereira, propone un modelo de atención 50/50, combinando esfuerzos públicos y privados. Su plan incluye la eliminación de la burocracia, la digitalización de historias clínicas y la construcción de hospitales modernos. Además, busca fortalecer la seguridad social con cobertura universal y equidad de género.
Nueva Generación Patriótica (NGP), liderada por Jaime Dunn, plantea un Fondo de Emergencia de Salud (FES) auditado internacionalmente, financiado con el 10% de las regalías de hidrocarburos. Entre sus medidas innovadoras destacan brigadas médicas móviles para zonas rurales, telemedicina satelital y una plataforma digital para agilizar citas y denunciar cobros irregulares. También promete reducir las listas de espera en emergencias en 10 meses y combatir la corrupción con auditorías públicas.
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El Movimiento de Renovación Nacional (Morena), con Eva Copa, apuesta por reasignar recursos a salud y educación, fortaleciendo el Sistema Único de Salud (SUS) con más infraestructura y personal especializado. Su enfoque intercultural busca articular la medicina ancestral con la ciencia moderna, garantizando acceso gratuito y equitativo.
El MAS-IPSP, con Eduardo del Castillo, propone una «Revolución en Salud», basada en un SUS fortalecido, con historias clínicas digitales, consultas virtuales mediante inteligencia artificial y un Fondo Solidario para enfermedades de alto costo. También promete hospitales con atención las 24 horas, producción nacional de medicamentos y un enfoque preventivo comunitario.
Libertad y Progreso (ADN) enfoca su propuesta en reducir la corrupción y optimizar fondos públicos, incentivando la demanda de servicios privados. Su plan incluye una renovación tecnológica y normativa, aunque no detalla mecanismos concretos de financiamiento.
La Alianza APB-SUMATE, con Manfred Reyes Villa, plantea una reestructuración del Ministerio de Salud, creando viceministerios especializados en enfermedades crónicas y tecnologías médicas. Promueve alianzas público-privadas (APP), digitalización de expedientes clínicos y un Sistema Nacional de Ambulancias. También busca reformar la formación médica con un internado vertical en lugar del rotatorio tradicional.
La Alianza Unidad, liderada por Samuel Doria Medina, propone un sistema digital de citas médicas para eliminar filas, junto con la eliminación de impuestos a medicamentos esenciales. Su plan incluye la creación de un Fondo Nacional de Salud para infraestructura y la integración de medicina tradicional.
La Alianza Popular, con Andrónico Rodríguez, promete universalizar el SUS con acceso gratuito a tratamientos de alta complejidad. Su enfoque preventivo incluye brigadas móviles y un Sistema Nacional de Salud Digital con inteligencia artificial para diagnósticos tempranos.
Alianza Libertad y Democracia, de Jorge Quiroga Ramírez, prioriza la digitalización y descentralización del sistema, con una historia clínica electrónica nacional. También impulsa políticas de salud mental y materno-infantil, junto con transparencia en la gestión mediante blockchain.
Finalmente, La Fuerza del Pueblo propone arancelar los servicios de salud y fomentar alianzas con el sector privado, subsidiando la demanda en lugar de la oferta. Su plan incluye modernización de infraestructura y capacitación continua para el personal médico.
Mientras algunos partidos presentan estrategias detalladas y financiamiento claro, otros se limitan a propuestas genéricas sin mecanismos concretos. Con la salud pública en crisis, los votantes deberán evaluar cuál plan ofrece soluciones reales y sostenibles para un sistema que hoy se encuentra colapsado.
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