“Las apreciaciones del FMI subestiman el impacto económico de fenómenos extraordinarios que afectaron el desempeño económico en 2024, como los bloqueos de caminos, sequías e incendios”, reza el reporte del Ejecutivo.
El ministro Marcelo Montenegro y el presidente Luis Arce encabezan el gabinete económico estatal (Foto referencial)
El Ministerio de Economía respondió al Informe del Artículo IV del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Bolivia, calificando sus previsiones y análisis como “alarmistas” y poco ajustadas a la realidad nacional.
Según el reporte ministerial, el organismo subestima el impacto económico de fenómenos extraordinarios como los bloqueos, las sequías y los incendios, y omite avances clave en estabilidad financiera y recuperación de reservas.
“No se trata de debilidades estructurales del modelo económico; la economía ha demostrado resiliencia y se proyecta una recuperación para 2025”, afirmó el Ministerio en un comunicado difundido tras la publicación del Informe del Artículo IV del FMI sobre Bolivia.
El Fondo alertó sobre desequilibrios fiscales, escasez de divisas, sobrevaluación del tipo de cambio y un modelo “insostenible”, incluso advirtiendo que “la inacción podría conducir a un doloroso ajuste desordenado”. Frente a ello, el Ejecutivo boliviano defendió su política soberana y cuestionó las “recurrentes previsiones alarmistas que no se han materializado”.
El Ministerio subrayó que la deuda pública boliviana mantiene un perfil saludable y destacó que el país sigue cumpliendo con sus obligaciones externas, “en contraste con las proyecciones negativas del Fondo”.
Además, recordó que el propio informe del FMI reconoce que el bloqueo legislativo de más de $us 1.800 millones en créditos afectó seriamente el acceso a financiamiento externo.
Sobre las reservas internacionales, el FMI mencionó su nivel extremadamente bajo, mientras que el Gobierno resaltó su recuperación desde septiembre de 2023.
El informe también apuntó a la necesidad de una consolidación fiscal urgente, reducción de subsidios y mayor flexibilidad cambiaria; no obstante, para el Gobierno, estas recomendaciones ignoran el contexto interno y podrían afectar la estabilidad social.
“Bolivia conduce su política económica de acuerdo con su realidad interna y prioridades de desarrollo”, insistió el Ministerio.