El 56% de los incendios en Bolivia en 2024 se originó en cinco áreas protegidas, según la Fundación Tierra. En la mayoría de los casos, se trató de quemas malintencionadas que dañaron bosques y ecorregiones
Fuente: eldeber.com.bo
Bolivia vivió en 2024 una de las peores catástrofes ambientales provocadas por los incendios forestales. De acuerdo a una investigación de la Fundación Tierra, se registraron 12,6 millones de hectáreas devastadas en todo el país, donde el fuego afectó a cinco áreas protegidas y Territorios Comunitarios de Origen (TCO).
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El documento titulado: “Incendios Forestales 2024: Tras las huellas del fuego” establece que la superficie dañada en áreas protegidas fue del 56 %, y que en la mayoría de los casos, se trató de quemas malintencionadas que dañaron bosques y ecorregiones en San Matías, Bajo Paraguá, Guarayos, Pantanal y Monte Verde.
Para Gonzalo Colque, investigador de la institución, los incendios no son desastres naturales, ni accidentes; en un 95 % son provocados por la mano del hombre. “La mayor parte de los incendios que tenemos en el país se debe a una presencia antrópica, hay una actividad humana que explica la mayor parte de los incendios en nuestro país”, destacó durante la presentación de la investigación, realizada el miércoles de esta semana en Santa Cruz.
Lamenta, además, que “la tierra sea vista como un recurso de fácil acceso para mucha gente”, ya que tanto el Gobierno como las leyes han transmitido la idea de que la agricultura en Bolivia es un negocio de altísima rentabilidad, que permite recuperar en corto tiempo el capital invertido, y que para ello basta con tener acceso expedito a las tierras.
Respecto al fuego en áreas protegidas, Colque señala que el informe indica la existencia de asentamientos indígenas en el Bajo Paraguá, Monte Verde, Guarayos y San Matías, que están desmontando y quemando territorio para la agricultura extensiva, prácticas que son consentidas por su dirigencia.
“Lamentablemente, existen dirigencias indígenas paralelas y divididas políticamente. Por eso, algunos dirigentes autorizan quemas, desmontes e incluso firman la transferencia del derecho de usufructo de las tierras a comunidades nuevas o bajo el nombre de comunidades interculturales», sostuvo a tiempo de advertir la presencia de asentamientos de colonias menonitas.
EL DEBER solicitó información a la dirección del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), a través de la Unidad de Comunicación del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAYA), para conocer su posición sobre la afectación de las áreas protegidas, pero no obtuvo respuesta hasta el cierre de esta publicación.
Una cifra histórica para el país
En 2019, se quemaron 5,3 millones de hectáreas en Bolivia. Cinco años después, esa cifra se duplicó, al registrar 12,6 millones de hectáreas. Este es uno de los principales hallazgos de la investigación.
“Esta cifra supera todos los registros históricos del país. Este tipo de desastres son indeseables y no tienen justificación alguna. Las autorizaciones para desmontes se han multiplicado por seis en los últimos cincos años, más de 200 mil hectáreas. Estamos viviendo un periodo en el que existen muchas libertades para tomar la tierra, ocuparla y provocar este tipo de desastres”, sentenció el investigador.
Santa Cruz, el departamento más afectado
Según la investigación, tres departamentos concentraron la mayor parte de los incendios forestales registrados en 2024. Santa Cruz fue el más afectado, con 8,5 millones de hectáreas. Le siguió Beni, con 3,5 millones de hectáreas, y en tercer lugar se ubicó el norte de La Paz, con 406 mil hectáreas afectadas.
Los meses más críticos del año fueron agosto, septiembre y octubre. Solo en ese trimestre ardieron 10,5 millones de hectáreas.
Otro dato relevante es que el 60 % de los incendios forestales ocurrieron en zonas boscosas, mientras que el 40 por ciento afectó a sábanas y pasturas.