Mustafa Suleyman, experto en IA, confundadro de DeepMind y actual CEO de Copilot, en su libro La ola que viene, sostiene que la Inteligencia Artificial está transformando nuestra forma de vivir y trabajar a una velocidad y escala sin precedentes. Advierte que esta revolución tecnológica, como todas las anteriores, trae consigo grandes oportunidades y también riesgos complejos de abordar. Por ello, destaca la necesidad de adoptar la IA de manera ética y responsable, con determinación y un esfuerzo colectivo que garantice que su poder beneficie a las personas y al planeta.
El reconocido pensador Yuval Noah Harari también ha expresado su inquietud sobre este fenómeno. Para Harari, la IA ha hackeado el “sistema operativo” de la civilización humana. Sostiene que estas herramientas son capaces de escribir, componer música, diseñar y programar de forma más eficiente que los humanos, lo que podría conducir a niveles extremos de manipulación de la verdad y a la creación de una realidad distorsionada que amenace la estabilidad de las sociedades.
Personalmente, creo que la inteligencia artificial, es una gran oportunidad de desarrollo. Puede simplificar tareas cotidianas y ayudarnos a enfrentar grandes problemas como el cambio climático o la escasez de recursos. También implica riesgos si se usa de forma malintencionada o sin supervisión adecuada. Aun así, soy optimista: con un enfoque responsable y ético, la IA puede convertirse en una poderosa aliada para un futuro más justo y sostenible.
Mucho se ha dicho sobre los impactos ambientales preocupantes del uso de la IA. Por ejemplo, el entrenamiento y la ejecución de modelos avanzados requieren grandes cantidades de energía y agua, lo que contribuye a las emisiones de carbono y a la escasez hídrica en zonas vulnerables. Además, existe el riesgo de que las mejoras en eficiencia energética logren un efecto rebote, donde el consumo total de recursos crezca en lugar de disminuir. Así, la eficiencia ganada podría verse compensada o incluso superada por el crecimiento del consumo global, lo que se conoce como la «paradoja de Jevons».
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Por ello, se debería priorizar el uso de energías renovables para alimentar los centros de datos, así como la adopción de tecnologías de refrigeración más eficientes y que usen menos agua.
En la realidad, el uso de herramientas de Inteligencia Artificial, que ya vienen siendo utilizadas, tienen múltiples aplicaciones para combatir el cambio climático. Algunos ejemplos se citan a continuación.
Comenzamos con la energía, o más concretamente la gestión de la eficiencia energética, la IA se está utilizando para optimizar el consumo en fábricas, procesos industriales y edificios, ajustando automáticamente la calefacción, ventilación e iluminación para reducir el gasto energético y las emisiones asociadas. Además, la IA facilita la integración de energías renovables en la red eléctrica, pronosticando la producción de energía solar y eólica y equilibrando la oferta y la demanda. En la industria manufacturera existen soluciones que han incorporado IA en sus sistemas de manufactura para identificar ineficiencias y mejorar procesos industriales.
La IA también está presente en la agricultura, ésta permite analizar datos de suelos, clima y cultivos para ajustar el uso de fertilizantes y agua, mejorando la eficiencia y reduciendo el impacto ambiental. Ya están en funcionamiento herramientas que usan IA para predecir rendimientos agrícolas y planificar el uso óptimo de recursos y la mejor planificación de campañas.
En cuanto a la conservación de los bosques, la IA analiza imágenes satelitales para detectar la deforestación en tiempo real y ayudar a proteger ecosistemas clave para la captura de carbono. Plataformas como Global Forest Watch utilizan estas herramientas para monitorear la pérdida de cobertura forestal y generar alertas tempranas, sobre todo en potenciales incendios forestales que han causado tanto daño a nuestros bbosques en la chiquitania y en la región amazónica.
A pesar del desafío de aprender el uso correcto de la IA y del control de sus riesgos potenciales, creo que las nuevas tecnologías apoyadas por la IA serán capaces de resolver los principales problemas de la sociedad y su efecto en el medio ambiente y por eso debemos desarrollar estrategias para su mejor aprovechamiento en beneficio del desarrollo sostenible en su acepción más amplia.
Y usted … ¿Está preparado para convivir con la Inteligencia Artificial?
Julio Silva
Director Ejecutivo de Fundares